Shanghái, la ciudad más rica de China, sufre por desabastecimiento de comida en medio del rebrote más importante de COVID-19 registrado hasta ahora.
Por Walter Chunga
Dos semanas de confinamiento estricto por COVID-19 de la población de Shanghái han tenido una consecuencia inesperada: la escasez de alimentos. En esta mega ciudad de más de 26 millones de habitantes, sus ciudadanos se quejan de que se están quedando sin alimentos, mientras otros ya no tienen reservas de alimentos en casa.
Frente a esta situación, las autoridades de Shanghái, están tomando cartas en el asunto para intentar aliviar la grave situación que afrontan sus ciudadanos. Con ese fin, se contrataron 3 mil personas más, para que se sumen a la labor de reparto de alimentos, en la mega ciudad.
En Shanghái se contrataron 3 mil personas más, para que se sumen a la labor de reparto de alimentos, en la mega ciudad.
En la red social china “Weibo”, se pueden encontrar testimonios de personas preocupadas porque casi no tienen alimento y se lamentan de que los alimentos no llegan a la puerta de su casa. Este sábado se registraron más de 25 mil nuevos casos en la ciudad, no obstante, solo unas mil personas registraron síntomas de la enfermedad.
Este viernes último, Shanghái abrió su mayor hospital temporal para casos asintomáticos y leves de COVID-19 en el Centro Nacional de Exposiciones y Convenciones, ofreciendo alojamiento a 50 000 pacientes.
Se extienden las restricciones en China
Luego de las pruebas masivas las autoridades de Guangzhou cambiaron las clases escolares para que fueran en línea y dijeron que las personas no debían salir de la ciudad a menos que fuera necesario y que para hacerlo se necesitaría una prueba de COVID-19 negativa.
Shanghái en su primer día de confinamiento.
La ciudad reportó 37 casos el domingo, después de que un día antes se informara sobre una docena de infecciones. Asimismo, en Wuhan, los pasajeros que viajan en el metro de la ciudad, tienen que mostrar una prueba de COVID-19 negativa.
Por otro lado, ciudades vecinas a Shanghái decretaron sus propios confinamientos ante el temor de que ocurra lo mismo que en la vecina Shanghái. En la provincia de Zhejiang, las autoridades se comprometieron a intensificar los controles de entrada en la región.
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