En la naturaleza no existen las líneas rectas ni los ángulos de noventa grados. Esta es una evidencia empírica que los arqueólogos aplican antes de iniciar una excavación. Especialmente aquellos que analizan la superficie terrestre fotografiada desde el espacio. Sarah Parcak es una arqueóloga satelital de los Estados Unidos, ganadora del TED Prize 2016, el máximo reconocimiento para una idea que combina tecnología, entretenimiento y diseño con ganas de cambiar el mundo. Su proyecto, Global Xplorer, desea poner fin al saqueo de restos arqueológicos gracias a una plataforma digital abierta al público. El lanzamiento del programa, que ella define como “el hijo de Indiana Jones y Google Earth”, está previsto para principios de 2017. El lugar elegido es el Perú.

Luis Jaime Castillo, profesor de la PUCP, y su drone DJI modelo Phantom 4. “Llega hasta 4 mil metros de altura”, dice.

Luis Jaime Castillo, profesor de la PUCP, y su drone DJI modelo Phantom 4. “Llega hasta 4 mil metros de altura”, dice.

Para cumplir su misión, Sarah Parcak incluyó un soporte social para Global Xplorer y se asoció con la fundación Sustainable Preservation Initiative (SPI), con sede en Nueva York, para replicar un programa que da resultados desde 2010 en Lambayeque, Lima y La Libertad: una comunidad que mejora su economía gracias al turismo, protege su patrimonio arqueológico de huaqueros y traficantes de terrenos. El arqueólogo Luis Jaime Castillo, director en Latinoamérica de la SPI y ex-viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, lidera la contraparte nacional que dará soporte profesional y logístico a los primeros hallazgos de Global Xplorer en Perú. La arqueología del siglo XXI arranca en 2017.

¿Por qué el proyecto empieza aquí?
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Primero, porque el Perú es una de las cunas de la civilización. Segundo, porque Sarah es especialista en la arqueología de Egipto y tiene una serie de técnicas para detectar sitios en ambientes desérticos. Como el Perú se parece, en la costa, a Egipto y Mesopotamia, que ahora son zonas inseguras, el mapa arqueológico no solo nos favorece porque somos un país interesante, sino porque en otras partes del mundo no se puede trabajar.

¿Qué hace único a Global Xplorer?

El problema que soluciona, y es el punto central de la propuesta, es que el mundo es muy grande.
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Con la fotografía satelital actual ya detectamos algunos huaqueos, saqueos, invasiones, construcciones riesgosas, como un canal de irrigación, etc. Lo que le hizo ganar el premio TED fue la idea del crowdsourcing: cualquiera, en cualquier parte del mundo, puede entrar y ver una base de datos de sitios arqueológicos.

“Esqueleto” tridimensional de Chavín de Huántar creado a partir de las fotos de un drone.

“Esqueleto” tridimensional de Chavín de Huántar creado a partir de las fotos de un drone.

¿En qué se diferencia de la exploración mediante Google Earth?

Las imágenes del Perú en Google Earth tienen, a lo mucho, 50 cm por píxel, y son de hace tiempo. Sarah ha conseguido que la empresa de fotografía satelital Digital Globe le ceda sus imágenes de manera gratuita. Estas son carísimas porque son recientes y tienen una resolución de 35 cm por píxel (el PeruSat-1 es de 70 cm). Con eso alcanzas a ver hasta la placa de un camión. Si yo tuviera una foto de una huaca en Lima de hace dos años y la comparase con una de ahorita, y veo que empiezan a aparecer, digamos, típico de las invasiones, un montón de negocios que venden madera y esteras, se que ahí se viene asentamiento.

¿Cómo se usan las imágenes de Digital Globe para detectar nuevos hallazgos?

Se trata de imágenes multiespectrales.
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Cuando un satélite realiza una toma, la foto es como un wafer: tiene varias capas. Las primeras son las que todos vemos: rojo, verde y amarillo. Luego están la ultravioleta, infrarroja, térmica y otras. Imagina un campo homogéneo de tierra que abajo tiene una ciudad con murallas de piedra. Cuando el sol irradia ese campo, la arena absorbe el calor de manera diferente a la piedra. A las ocho de la noche, dos horas después del atardecer, la arena habrá soltado la temperatura mucho más rápido que la piedra. Eso va a dar un color diferente en la foto.

¿En qué etapa de la exploración participan los especialistas peruanos?

El satélite, por más que sea bueno, no puede detectar quién está huaqueando. Hay un segundo nivel de verificación con drones. Esta es la parte en que interviene la National Geographic, con su equipamiento de drones, y el Ministerio de Cultura. La resolución de un drone sube a un centímetro por píxel. Con estas tomas podemos crear fotos precisas, llamadas ortomosaicos, que nos permiten hacer modelos tridimensionales. Esto sirve para mucho más que tener una bonita foto desde el aire: cuando está georreferenciada, podemos darle valor jurídico.

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Imagen procesada para crear un modelo tridimensional sin distorsiones de perspectiva.

¿Toda esta tecnología será suficiente para frenar la destrucción del patrimonio que sucede a vista de las autoridades?
Pienso en el caso de la Huaca Paraíso, en San Martín de Porres, en 2013. La tecnología permitirá ver los casos más menudos y que van más despacio. En el Perú hay miles de restos arqueológicos. Solo en el valle del Rímac, en este valle nuestro de Lima, hay 376. Hace treinta años había 800. Han desaparecido todos los chiquitos.

¿Qué falta para lanzar el proyecto?

La idea de Global Xplorer, Sustainable Preservation Initiative y National Geographic es que la gente se meta en el asunto, que se enamore del tema, que vea sitios y se ponga a buscar.

Por Caroline Mercado   
Foto de Maricé Castañeda

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