Hay un prejuicio extendido: “Al inicio, los padres decían que no querían que sus hijos estuvieran en clases con un niño especial, porque eso los atrasaría en su aprendizaje”, cuenta Noelia Consuelo Robles, directora de la I.E. Parroquial Liceo Español San Juan Bautista, un colegio que aplica la educación inclusiva a gran escala en el distrito de Hualmay, provincia de Huara. Esa barrera inicial, sin embargo, no es infranqueable. En el caso de esta escuela promovida por el padre Juan Fernández Salvador, el trabajo se sustentó en la sensibilización de los padres, quienes, con el tiempo, se convirtieron en sus principales aliados.
No son pocos los desafíos que enfrentan los niños con necesidades educativas especiales (NEE), pero los obstáculos, poco a poco, comienzan a vencerse. Rosa Brescia de Fort, presidenta del Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje (CPAL) y una de las pioneras de este tipo de educación en el país, considera que la educación inclusiva, más que un modelo, es una filosofía. “Está basada en el acceso con equidad a la educación y, dentro de ella, responder así a las necesidades de todos los estudiantes, ya sea porque son talentosos, presentan discapacidades severas o simplemente porque aprenden con estilos distintos”, explica. Pero, sobre todo, señala que ello implica el derecho a la igualdad de oportunidades en la educación.
El Ministerio de Educación (Minedu) ya trabaja en estas nociones desde hace algún tiempo. Por ejemplo, ha instaurado el reconocimiento a las “Escuelas Valora”, instituciones que, por su desempeño profesional, sus buenas prácticas pedagógicas y de gestión en la inclusión de estudiantes con necesidades educativas especiales, destacan entre el resto. En junio de este año, se reconoció a cincuenta y seis escuelas públicas y dos privadas a nivel nacional con esta categoría.
Una de las escuelas reconocidas por sus prácticas es la escuela La Sagrada Familia Fe y Alegría 64, en Huánuco. Elizabeth Huamán, directora del colegio, relata que desde hace unos años atiende a un estudiante con síndrome de Down.
Con la asesoría del Servicio de Apoyo y Asesoramiento a las Necesidades Educativas Especiales (SAANEE), trabajaron estrategias en el aula para mejorar las relaciones de convivencia. Desde el año pasado, con el apoyo de recursos tecnológicos y con la experimentación con música, lograron la integración exitosa del estudiante. “Actualmente, Roy ha transformado nuestro equipo y nuestra escuela. Asume encargos, ya no se escapa del aula, respeta a sus compañeros, se muestra mucho más sociable. Y ellos, a la vez, muestran una preocupación solidaría por él”, cuenta Huamán.
El Minedu señala que, este año, el Estado ha invertido más de 4 millones 300 mil soles para atender a estudiantes en más de 400 escuelas que albergan a más de 1600 estudiantes con discapacidad. Estas han recibido recursos para que acondicionen su infraestructura, con rampas, barandas, señaléticas o la adaptación de servicios higiénicos para estudiantes con discapacidad. Asimismo, tienen recursos para adquirir materiales como pelotas sonoras, ajedrez en braille, tarjetas de vocabulario, software de comunicación alternativa, bastones, punzones para escribir en braille o equipos transcriptores en braille, entre otros. Además, más de 1300 estudiantes con ceguera de todas las regiones del país hacen uso de materiales en braille brindados por el Minedu.
Por Stefano De Marzo
Ilustración de Adrián Alcocer
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