Rick and Morty (Adult Swim)

Para que hablar de Rick and Morty sea más sencillo, hay que tener claro el significado de una palabra: nihilismo. Este término implica la negación de cualquier existencia moral, religiosa, política o social. Y eso se trabaja y refuerza gracias a la trama de la serie: un niño y su abuelo, un genio loco (y con problemas de eructos), viajan a través de diferentes universos, galaxias y realidades. Es en estos paseos interdimensionales en los que distintas situaciones propician una crítica a las religiones o un comentario agresivo contra los gobiernos. Todo, eso sí, encubierto en bromas y líneas aparentemente inocentes. Su guion, tan inteligente como divertido, hace que muchos la consideren la mejor serie animada del momento. 

Archer (Fox)

Es más fácil calificarla como comedia. Pero eso no le quita méritos. Al contrario, le suma. El título es el nombre (corrección: apellido) de un espía secreto cuya lista de misiones exitosas es tan larga como la de vicios y defectos que posee. En la serie vemos a este alcohólico, ególatra y narcicista rescatando a rehenes, resolviendo crisis con Rusia y llegando a lo más profundo del Caribe hasta verse envuelto en una red de narcotráfico. Pero esos escenarios no son usados simplemente como pretextos para secuencias de acción o chistes superficiales. Esta creación de Adam Reed se apoya en aquellas situaciones para hacer bromas ácidas que critican de manera directa y dura a la sociedad y la política.

F is for Family (Netflix)

Lizardo Cruzado, un poeta peruano, escribió que «vivir es ponerse a despertar y empezar a podrirse». Y esa figura podemos usarla para describir lo que pasó cuando se acabó el conocido «sueño americano». La década de los setenta supuso un cambio social fuerte para las personas en Estados Unidos, y ahí se ubica F is for Family. En ese ponerse a despertar. En ese abrir los ojos. Con la familia Murphy como eje central del programa, podemos regresar en el tiempo y presenciar a una sociedad estadounidense golpeada por la crisis política y económica. Cada personaje, a su manera, revisa las aristas de aquel American way of life que se va diluyendo. Como en algunos casos anteriores, esta es una de esas comedias que te dejan un sabor amargo. Porque a veces algo da tanta risa que duele, y otras algo duele tanto que da risa. 

Animals (HBO)

El paréntesis es un sello de garantía, pero también es engañoso. No es una creación original de HBO. La serie fue producida de manera independiente. Phil Matarese y Mike Luciano, creadores y voces principales del programa, se las arreglaron para presentar sus dos primeros capítulos en el Festival de Sundance de 2015. Después de la odisea que eso supuso, todo fue más sencillo. Porque apareció HBO. Tras la proyección exitosa en el festival, la cadena compró los derechos y ordenó dos temporadas más. Al igual que BoJack Horseman, y tal como avisa su título, sus protagonistas son animales parlantes. Eso sí: no son antropomorfos. Y hay más diferencias: si a la serie del caballo la define la tristeza, a este show lo caracteriza la ansiedad. ¿Cómo supera una pareja de ratones sus dificultades amorosas? ¿Qué crisis de identidad puede tener una paloma? La respuesta está en las dibujadas calles de Nueva York donde transcurre la serie.

Por Omar Mejía Yóplac