Una carta enviada a los responsables del estudio clínico, más de 80 voluntarios solicitan que la UPCH y la UNMS cumplan con respetar los acuerdos asumidos en el “Consentimiento Informado” que firmaron los 12 mil participantes, en el que se establecen las condiciones de su colaboración en el ensayo clínico y la administración prioritaria de la vacuna a aquellos voluntarios a quienes se les inoculó placebo.
Por Benjamin Palma Ilustración Emilia Maldonado
Es setiembre del 2020 y eres uno de los miles de voluntarios para los ensayos clínicos de Sinopharm en el Perú. Independientemente de si te colocaron la vacuna o un placebo estás feliz, estás ayudando al país y te estás asegurando una vacuna. Y es que, las cosas buenas les pasan a las personas buenas ¿o no?
Lamentablemente, la realidad es otra. Mediante un correo electrónico, los investigadores principales de los ensayos clínicos de Fase III de la vacuna de Sinopharm, Germán Málaga (Universidad Cayetano Heredia) y Eduardo Ticona (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, informaron a todos los participantes del estudio que recibieron placebo que ya no tendrían prioridad para recibir la vacuna. Sin importar el contrato legal. Sin importar el contrato moral. Una simple y única notificación vía mail es todo lo que recibieron los participantes del estudio.
Nos contactamos con Francesco Brescia, uno de los voluntarios del estudio quien nos comentó su malestar. Y como él, más de 80 voluntarios que también recibieron placebo han alzado la voz.
Coherentes en su incoherencia
El polémico correo fue enviado el 5 de febrero a los 4 mil voluntarios que recibieron placebo. Esta «nueva disposición» informaba que todos los voluntarios serían vacunados cuando recién cuando “estén aptos para acceder a la vacunación en el Perú, conforme a los criterios en el Plan Nacional de Vacunación contra el COVID-19”. En otras palabras, no habrá prioridad en vacunas para voluntarios que recibieron placebo.
En lo que solo puede llamarse un párrafo de cierre indignante e incoherente, tanto el Dr. Germán Málaga como el Dr. Eduardo Ticona reiteraron su compromiso en vacunar a los voluntarios que recibieron placebo «lo más pronto posible». ¿Esos mismos voluntarios a los quienes acaban de decir que no tendrán prioridad en la campaña de vacunación? Sin palabras.
Una carta firmada por más de 80 voluntarios, reveló que, «ante el malestar de varios voluntarios, el 10.02.2021 el Dr. Germán Málaga declaró en diversos medios de comunicación que sí se respetaría la prioridad en la vacunación de los voluntarios y que ésta se realizaría entre marzo y abril de este año».
A pesar de ello, a casi un mes desde la «promesa» hecha por el Dr.
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Málaga, esta no se ha formalizado.
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Ni con un cronograma de vacunación, ni por medio de un correo. Imaginamos que ha de ser complicado vacunar gente cuando no se tiene vacunas.
Desazón preocupantemente familiar
Así, protegidos por el Poder Judicial, nadie tendrá que responder por este nuevo atropello. Probablemente dirán que no han terminado el periodo de ensayos clínicos, lavándose así las manos. Y es que, tristemente, es la excusa perfecta. Si los ensayos siguen, no hay obligación legal de vacunar a nadie; el contrato lo deja claro. Ese mismo contrato que existía para proteger a los voluntarios, ahora parece ser usado en su contra.
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Si bien el escándalo del ‘Vacunagate’ ha puesto en pausa varios procesos dentro del ensayo clínico, los voluntarios que se sometieron a pruebas clínicas para intentar colaborar en algo a la lucha contra la pandemia no deberían ser quienes paguen las consecuencias de las faltas éticas de los responsables del estudio.
Nos quedamos con más preguntas que respuestas, ¿dónde están esas vacunas que se prometieron? ¿se desvanecieron de la noche a la mañana o se fueron para los implicados en el ‘Vacunagate’? ¿Es una mera coincidencia que este escándalo se dé tras conocerse la lista de 487 funcionarios vacunados con las dosis contra el COVID-19?.
Pasado ya un mes desde la llegada del correo, no hay responsables ni respuestas. Y los 487 funcionarios vacunados siguen impunes. ¿Cómo pedir empatía y solidaridad a miles de peruanos, cuando los voluntarios que pusieron el hombro hoy no saben cuándo recibirán la vacuna? Si bien la prioridad siempre debe ser vacunar primero a los más vulnerables y expuestos al virus, habla muy mal de un estudio clínico el no cumplir con los compromisos suscritos
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