Covid-19 hace que volar en clase ejecutiva se sienta más como económica. Con los protocolos de seguridad, la experiencia de volar en business pierde su brillo.
Por Angus Whitley y Anurag Kotoky, para Bloomberg.
Olvídese de la flauta de Moet & Chandon helada antes del despegue, gin tonics durante el vuelo y el carrito de postres itinerante después de la cena. Volar en clase ejecutiva no es lo que solía ser.
Los esfuerzos para minimizar la interacción humana y reducir el riesgo de infección por Covid-19 están quitando brillo a los asientos más caros a bordo de aviones comerciales. Atrás quedaron los menús de varios platos y el cálido servicio personal, que alguna vez fueron los sellos distintivos de aerolíneas como Singapore Airlines Ltd. y Cathay Pacific Airways Ltd. En estos días, lo que queda de los viajes de primera categoría es funcional, higiénico y más cercano a la clase de atrás, solo con más espacio para las piernas.
‘Ejecutiva se siente como economía’
Los protocolos son un dolor de cabeza más para una industria que se enfrenta a un colapso casi total de la demanda.
“No hay nadie que te ayude con su bolso, no te acompañan a tu asiento. Y definitivamente no hay champagne antes del vuelo”, cuenta Sandra Lim, quien voló en clase ejecutiva a Singapur desde Los Ángeles con Singapore Air a fines del mes pasado. “Se siente como si estuviera en la clase económica”.

“No hay nadie que te ayude con su bolso, no te acompañan a tu asiento y definitivamente no hay champagne antes del vuelo”, cuenta Sandra Lim.
La tripulación usaba máscaras y protectores para los ojos, y evitaba el contacto y los puntos de contacto compartidos siempre que era posible, dijo Lim. Si bien los pasajeros podían pedir una bebida, no se les ofrecía gratuitamente y no había menús. Los platos llegaban todos juntos en una bandeja, al igual que en la economica, en lugar de cada plato por separado.
“Si le quitas el plus de una mejor comida y servicio, [volar en business] se vuelve solo un modo de transporte para ir del punto A al B”, dijo Lim, de 38 años, quien se desempeña como consultora de alimentos y bebidas.
Se han reanudado algunas rutas en el extranjero, pero el tráfico en todo el mundo apenas ha comenzado a reactivarse. La demanda de vuelos internacionales se redujo un 92% en julio, y los aviones que volaban iban con la mitad de pasajeros, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo .
‘Cambio estructural’
Tampoco está claro hasta qué punto el mercado premium, que según la IATA generó el 30% de los ingresos internacionales de las aerolíneas en 2019, puede recuperarse. Muchos viajeros de negocios se han acostumbrado a las videoconferencias en lugar de realizar visitas en persona, y una recesión global amenaza los presupuestos corporativos.
“Nos enfrentamos a un largo e incierto camino hacia la recuperación”, dijo el lunes el director comercial y de clientes de Cathay, Ronald Lam. “Simplemente no sobreviviremos a menos que adaptemos nuestras aerolíneas al nuevo mercado de viajes”.
Nuevas cifras

Caídas en la demanda internacional de pasajeros en julio.
IAG SA, propietaria de British Airways e Iberia, dijo en julio que la demanda de vuelos por vacaciones se recuperará antes que los viajes corporativos. Este “cambio estructural” en el mercado conducirá a nuevos diseños de cabina. En una conferencia telefónica, el director financiero de IAG, Stephen Gunning, dijo que British Airways retiró su Boeing Co. 747 antes que cualquier otro modelo, en parte porque tenían muchos asientos premium.
Es probable que las aerolíneas de bajo costo como Ryanair Holdings Plc y EasyJet Plc, que atienden principalmente a turistas que viajan distancias cortas, se recuperen más rápido que las aerolíneas con un enfoque internacional más grande, dijeron analistas de UBS Group.
¿Pagar por volar en ejecutiva?
El atractivo de un asiento más grande y cómodo, que se recline hasta quedar completamente plano puede ser suficiente para atraer a los pasajeros de clase ejecutiva, opina Volodymyr Bilotkach, profesor de gestión del transporte aéreo en el Instituto de Tecnología de Singapur. Pero marketear la idea de economica premium podría ser más complicado. “No sé si los pasajeros estarían dispuestos a pagar ese diferencial de precio ahora”.

En envases de plástico y todo entregado al mismo tiempo, así son ahora las cenas en la clase ejecutiva.
Sin embargo, las aerolíneas de alguna manera necesitan seguir ocupando sus asientos premium; o deshacerse de ellos. Según Bilotkach, un solo asiento de clase ejecutiva que quede plano debe generar al menos cuatro veces la ganancia de un asiento económico para justificar todo el espacio que ocupa en el avión.
Algunas aerolíneas usarán la pandemia para eliminar permanentemente sus ofertas de cabinas premium para ahorrar dinero. Eso significa que muchos proveedores que dependen de las aerolíneas cerrarán. Esto a su vez afectará la oferta de las comidas y el servicio a bordo.
Dicho esto, “todavía habrá aerolíneas que reconozcan el valor que la buena comida y el servicio aportan a su marca. “Somos seres humanos. Nos gusta que nos mimen”, dice el experto.
Show de seguridad
Hasta que se normalice la crisis sanitaria, los pasajeros de ejecutiva y de primera clase deben esperar un servicio reducido y comidas más modestas, opina el chef con estrella Michelin Vineet Bhatia, quien ha trabajado con British Airways y Qatar Airways durante casi dos décadas.
Los viajeros no deben preocuparse por el riesgo de infección de la comida o incluso de un trago. “Tomar un whisky en un avión con un 40% de alcohol es más seguro que tomar un vaso de agua del grifo”, asegura Bhatia, “pero los pasajeros sí quieren ver que se estén implementando protocolos de higiene”.
“El aspecto de la seguridad tiene que ser muy visual”, continua Bhatia. “El pasajero quiere ver a la tripulación manteniendo la distancia, saludándolo completamente cubierto, entregándole su comida en una caja envuelta e inmediatamente marcharse. Parece ciencia ficción, pero así es”.
Incluso estos protocolos no fueron suficientes para Graziela Guludjian, quien tomó un vuelo de 12 horas y media a Barcelona desde Singapur en clase ejecutiva el mes pasado. La tripulación de Singapore Air le dio una bolsa con mascarilla, desinfectante para manos y toallitas desinfectantes.
“Me sentía incómoda”, confiesa Guludjian, quien se mudaba de regreso a España con su esposo y sus tres hijos. “No quería volar, pero no tenía opción. No quiero viajar pronto”.