Hace 10 meses, mi ex de 4 años me sacó la vuelta con mi mejor amiga de toda la vida, quien además era mi roomate en ese momento. Evidentemente rompí mi relación tanto con mi novio como con mi amiga y me mudé del departamento que compartíamos juntas. Ellos empezaron una relación ahí mismo, la que acaba de terminar dramática y escandalosamente ya que él no solamente le ha sacado también la vuelta, sino que la ha dejado embarazada de 6 meses para irse con una compañera del trabajo. Hace un par de días, recibí un mensaje de ella diciéndome que me extraña, que le gustaría limar asperezas conmigo y que quiere que seamos nuevamente amigas. A pesar de que lo primero que pensé fue que el karma nunca falla, tampoco quiero regocijarme sobre el dolor ajeno. ¿Debería ponerme en sus zapatos y perdonarla? ¿o es alguien a quien es mejor tenerla lejos de mi vida?

Por Cecilia de Orbegoso

Primero que nada, ¡ouch! Sin duda, esto ha sido un golpe devastador para ti y no quiero dejar expresar mi empatía y admiración por tu increíble capacidad de resistencia y fortaleza al superar una traición tan desgarradora. Tengo que aceptar que muchas veces ni le damos el lugar apropiado al dolor que implica ponerle fin a una amistad, ni hablamos lo suficiente del mismo, especialmente cuando se trata de algo tan común. (Mira no más, tengo una amiga panameña con una historia similar a la tuya, aunque con una diferencia impactante: su ex novio y su ex amiga no se separaron, pero si hubo bebe de por medio y le pidieron a mi amiga que fuese la madrina, ¡ni siquiera Judas se atrevió a tanto!)

Además, me da la impresión de que hablar sobre el fin de una amistad cercana entre dos mujeres podría considerarse un tema casi tabú ya que, en parte, somos juzgadas por nuestra habilidad para mantenerlas. Es como si no hubiese una víctima clara en la historia, sino dos verdugos, mientras que es completamente aceptado que un hombre nos rompa el corazón. A fin de cuentas, las mujeres somos tanto aliadas indispensables en nuestras vidas como posibles competidoras y hasta enemigas. No solo las mujeres somos complicadas, contradictorias e interesantes como dice la cultura popular, sino que también lo son las relaciones entre nosotras, y es que mientras que no podemos ni siquiera ir al baño sin nuestras amigas, también debemos tener cuidado, pues nunca sabemos cuál de ellas nos clavará la daga traicionera.

Es muy duro el duelo de terminar una amistad tan cercana y déjame decirte que lo peor de todo es que a una ex mejor amiga se le extraña. Un corazón roto puede sanar con el tiempo, pero la traición de una mejor amiga deja cicatrices que perduran, ya que ella ocupaba, probablemente, el lugar más alto en tu jerarquía de confidencias e intimidades. Extrañas las dinámicas y las rutinas compartidas, pero sobre todo te sientes vulnerable al no saber en qué manos terminarán aquellos secretos que alguna vez compartiste.

Si te estás preguntando si deberías darle una oportunidad a tu ex-amiga, lo importante es reflexionar sobre qué tipo de persona es ella. ¿Es alguien en quien puedes confiar? ¿Crees que tendrá algún cambio real en su comportamiento y actitudes? La confianza es un recurso valioso, y si alguien ha demostrado no merecerla, es comprensible que seas cautelosa al permitir que regrese a tu vida. Pero si me permites ser completamente honesta, la frase “quería darle una oportunidad más para ver si había cambiado” es probablemente como justifiques de aquí a unos años o inclusive meses, el porqué tropezaste dos veces con la misma piedra.

Volver a entablar una relación con ella depende completamente de ti, y que tire la primera piedra quien esté libre de cometer dos veces el mismo error. Pero puedo asegurarte con total certeza que, a veces, las desilusiones son necesarias para trazar nuestro camino de evolución. Después de todo, cuando alguien te decepciona, es como si el cargador de tu teléfono fallara: puedes intentar algunas maniobras y jalar el cable, pero en el fondo sabes que ya se malogró.

En tus zapatos mi recomendación se basaría en los siguientes seis simples pasos: 1. Veo tu texto. 2. Reconozco que existe tu texto. 3. Leo tu texto. 4. Respondo mentalmente. 5. Tu notificación desaparece. 6. Sigo con mi día. O dicho en palabras más maduras, aceptar lo que ha sucedido, reconocer el dolor, soltar cualquier rencor, perdonar y desearle lo mejor (el perdón no siempre implica la reconciliación: puedes perdonar a alguien y, al mismo tiempo, decidir que es mejor mantener cierta distancia).

No le debes una respuesta ni menos escuchar sus explicaciones si no lo deseas. Además, durante este tiempo de duelo, es probable que te hayas dado cuenta de que esa relación no era tan beneficiosa para ti, y que, en realidad, te hizo un favor al salir de tu vida. La vida es demasiado corta para rodearte de personas tóxicas o que constantemente te lastiman.

Finalmente, recuerda que la clave para seguir adelante está en dejar de sentirnos víctimas y comenzar a comprender que la vida no nos castiga, sino que nos envía lecciones. Al final del día, una vez que entiendas la historia, podrás agradecer al villano que su paso por tu vida no fue en vano.

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