Llevo casi tres años en una relación con un chico buenísimo, amable y cariñoso que me quiere mucho y me llena de halagos, pero con quien no me siento estimulada intelectualmente ya que no tenemos intereses en común. Esto no solamente hace que me sienta sola e insatisfecha, sino que a veces dudo si soy realmente feliz con él y si él es el chico con el que quiero pasar el resto de mi vida. El problema es que no me atrevo a terminar con él ya que me aterra la idea de ser soltera nuevamente y que después de unos meses voy a arrepentirme de haberlo dejado. ¡Tengo miedo! Trato de convencerme de que es más fácil seguir en esta relación y trabajar en lo que me molesta, pero no estoy del todo convencida. ¿Será que estoy pidiendo mucho? y si no, ¿cómo puedo encontrar el coraje para terminar esta relación a pesar del impacto a corto plazo que pueda tener en mi vida?

Por Cecilia de Orbegoso

Me da la impresión de que hemos romantizado tanto la idea de que una relación tiene que ser pasional, llena de complicaciones, tensiones y desafíos, que, si no hay lucha, ansiedad y dolor, nos anclamos en la idea de que es imposible que exista amor. Por el contrario, creo que el amor debería ser simple y sin grandes tensiones, donde puedas gozar del atractivo de una relación basada en la facilidad, la comodidad, la confianza y la adoración.

Para empezar, tener gustos o intereses similares no es garantía de nada, por lo que sentir que estás en un espectro diferente a tu novio, intelectualmente hablando, no debería causarte ansiedad. A lo largo de los años me he encontrado con muchísimas parejas con gustos completamente opuestos cuya brecha intelectual es un factor irrelevante en la ecuación. De igual modo, con los gustos y hobbies. Por ponerte un ejemplo, mi pareja no sabe dibujar ni una casita de Kindergarten, pero admira la forma como pinto con pasión. De igual modo, yo no sé nada de Real Estate, pero disfruto mucho ver cómo le brillan los ojos al hablar del potencial que ve en una propiedad. Y es que por algo se dice almas gemelas, no cerebros gemelos.

Sin embargo, sí creo que hay un componente crucial que hace la diferencia en el éxito de cualquier relación: la admiración. Por lo que me cuentas ese no es tu caso, y, si no admiras a tu novio, por más halagos que te haga, muestras de cariño que demuestre y esfuerzos que él haga por complacerte, tu nunca vas a terminar de estar contenta.

No sé en qué parte de la curva de tu vida estés en este momento. No sé si simplemente quieres pasar el tiempo con alguien, o por el contrario ya te estás proyectando a dar los siguientes pasos. De ser así y quieres una pareja con la cual construir un hogar y formar una familia, pero crees que él no es el indicado ya que no ves un futuro con él, bueno que te puedo decir, la respuesta es más clara que el agua: ¡¡¡NEXT!!!

Antes de tomar cualquier decisión apresurada, lo primero que te aconsejo es que te des un tiempo para reflexionar sobre lo que realmente quieres en una pareja. Haz una lista de tus necesidades, deseos y valores. ¿Tu novio actual cumple con esos criterios? Si no es así, entonces es hora de tomar medidas para cambiar tu situación. Para decir lo obvio por un momento: la vida es demasiado corta para conformarse con relaciones que no te hacen feliz solamente porque tienes miedo de lo que te depara la soltería.

Para que no te queden dudas sobre tu decisión te dejo otra autoreflexión: si no existiese ninguna logística involucrada en la ruptura, ya sea por ejemplo una mudanza si es que viven juntos, un gasto mayor (poniéndome en la situación en la que se dividían el alquiler), un cambio en la rutina, probablemente en el círculo de amigos, tener que dar explicaciones a la familia, preocuparte de cómo se va a sentir él, la incómoda conversación de la ruptura, y así sucesivamente entre otros daños colaterales relacionados a terminar una relación de años, ¿Lo harías sin pensar dos veces? Si la respuesta es sí, entonces ten por seguro que terminar con él es la decisión correcta.

Es verdad que terminar una relación no es fácil, y es natural que te vayas a sentir triste, confundida y ansiosa. Permítete sentir todas esas emociones, pero no te quedes atrapada en ellas. ¡Enfréntalas y sigue adelante! Será horrible, luego será triste, luego será diferente, luego serás libre y luego serás feliz.  A fin de cuentas, no hay nada que el tiempo no cure, y eso incluye al desamor.

Encontrarás de nuevo el amor, así como lo hará tu chico, y con el paso del tiempo ambos estarán agradecidos de no haber dilatado aún más una relación que no era correcta. Finalmente, tocando el temido tema de los miedos, déjame decirte que estoy, más que molesta, decepcionada con el miedo. Tantos años juntos, tantos llantos, tantas historias, para que este conmigo haya sido tan mal amigo. No solo egoísta, sino también cobarde, ya que, temeroso de que yo lo vaya a abandonar, me ha dado los peores consejos para que yo no me pueda liberar.  Así que recuerda, el miedo nos hace prisioneros de las acciones que no tomamos y al final del día no se que opción es más aterradora: el miedo a abrir los ojos, o que la zona de confort te vaya a encarcelar.

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