El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que sostiene los órganos pélvicos, es decir, la vejiga, la uretra, el útero y el recto, y que, durante el embarazo, soporta el peso del bebé, el líquido amniótico y la placenta. En esta etapa, el suelo pélvico también se estira y, posteriormente, queda debilitado y pierde tensión, haciendo que, muy probablemente, los órganos que sostiene desciendan poco a poco. Por eso, ejercitarlo es fundamental para evitar consecuencias, como la incontinencia urinaria y fecal, el dolor lumbar e, incluso, la disfunción sexual y el prolapso.
“Como cualquier otro músculo, los tres que conforman el suelo pélvico deben mantenerse en forma, pero el problema es que ningún deporte los trabaja específicamente”, explica Irina Ingureanu, socia de Womom y certificada en Rückbildung, una técnica alemana que combina ejercicios de Kegel para contribuir al fortalecimiento de la zona pélvica. Ella hace énfasis en que “fortalecer y rehabilitar el suelo pélvico es necesario antes de retomar los ejercicios para recuperar la figura después de dar a luz, y, lamentablemente, solo tomamos conciencia de su importancia cuando ya nos ha generado un problema de salud”.
Es importante resaltar que este tipo de ejercicios no solo está dirigido a aquellas que acaban de ser madres, sino, en general, a las mujeres de todas las edades, incluso a las que ya empezaron la etapa de la menopausia. “El suelo pélvico puede ejercitarse y lograr fortalecerse aún a los cincuenta años; la edad no es excusa”, agrega Irina.
Publicado originalmente en Cosas 614