Dolce & Gabbana presenta sus nuevas colecciones llenas de historia y elegancia en tres días de extravagancia en Florencia, marcando una reactivación de la industria y un nuevo significado para la Alta Costura.
Por Mariana Valle
A estas alturas ya sabemos que Dolce & Gabbana saben cómo armar una fiesta y para sus últimos desfiles de Alta Gioielleria (Alta Joyería), Sartoria y Moda, nada menos que una celebración de tres días consecutivos con impresionantes pasarelas. Presentado en tres importantes edificios históricos y jardines, los invitados fueron sumergidos en la opulencia de inspiración barroca que define, hoy más que nunca, a Dolce & Gabbana.
Día uno: Alta Joya
Comenzando con su última colección de alta joyería, Alta Gioielleria, presentada en el extraordinario edificio de Santa Maria Novella que recientemente celebró su 400 aniversario, Dolce & Gabbana presentó una amplia gama de piezas impecables que demostraron que cuando se trata de accesorios, cuanto más vistoso, mejor. Obedeciendo los cánones estéticos de la más pura elegancia renacentista italiana, intrincados motivos florales a gran escala, piedras deslumbrantemente vívidas e iconografía real hicieron brillar a la lujosa colección, que recordaba el esplendor por excelencia de Dolce & Gabbana.
El Dolce Homme
Esa noche, las invitados, a quienes Stefano Dolce y Domenico Gabbana apodaron acertadamente como sus ‘reinas’, fueron llevadas al Palazzo Vechio para el desfile de Alta Sartoria, su colección de ropa masculina. Alojada en el Salone de Cinquento, se creó una pasarela gigante de ricos tapices tomaba la forma de una flor de lis a gran escala en el centro del salón cubierto de murales del siglo XVII. Solo una colección de tal gigantesca grandiosidad podría ser digna de una habitación llena de tanta historia. Como era de suponerse, el espectáculo no dejó a nadie decepcionado.
Buscando inspiración en el Renacimiento florentino, Dolce y Gabbana recurrieron a artistas visionarios como Leonardo, Michelangelo y Botticelli. De su obra sacaron elementos para crear una colección de telas profundas y ricamente adornadas. ¿Los materiales? Terciopelos bordados, cristales y mucho oro.
Abundaron las siluetas reales (ahora sinónimo de Dolce & Gabbana), así como las túnicas de seda, sastrería texturizada y abrigos con cuello de piel.
Alta Costura
El día siguiente estaba reservado para el desfile de Alta Moda y la importancia de los eventos que tendrían lugar en Florencia era muy clara. Después de todo, Florencia es donde nació la alta costura de Italia, en 1951. Para el desfile final, no se podía esperar nada menos que un espectáculo. Con vistas panorámicas de la ciudad, los jardines de Villa Bardini sirvieron como un escenario asombrosamente hermoso. El desfile de alta costura se llevó a cabo usando una antigua escalera de piedra como la pasarela. La rodeaba la magia de la flora local.
La colección en sí era impresionante. El gran volumen de los vestidos, capas y faldones decorados con paisajes italianos y encantadores estampados florales.
Con 89 estilos de intrincada artesanía italiana, Dolce & Gabbana presentó esta colección como una carta de amor y tributo a Florencia, destacando el impresionante arte que siempre ha salido de la ciudad. Se lucieron vestidos de corsé clásicos con faldas amplias, sedas drapeadas y tocados con adornos de flores que evocaban un capricho romántico. Pero también trajes de falda de los años 50 que aportaban un aire de elegancia sofisticada. Uno de los looks más destacados fue una bata amarilla confeccionada íntegramente con plumas, demostrando una vez más las increíbles habilidades de sus artesanos.
Esa es la magia de Dolce & Gabbana: puede hacernos volver al siglo XV con cortes reales y trajes de ricos tapices, o transportarnos a un mundo de misticismo y flores místicamente hechas de sedas y plumas. Una cosa es segura, para quien busca moda en su forma más auténtica, sus desfiles nunca decepcionarán.