Por primera vez en la historia, “Forbes” elaboró esta lista, en la que destacan mujeres de distintos ámbitos del deporte estadounidense. El primer puesto fue para Michele Roberts, directora del Sindicato de Jugadores de la NBA (NBPA), mientras que Serena Williams, la atleta femenina mejor pagada del mundo, obtuvo el tercer lugar.
Por Dan Lerner
Si hay mujeres alrededor del mundo que ya han roto el bendito techo de cristal, quienes integran esta lista se han encargado de hacerlo añicos. Las mujeres más poderosas del deporte en los Estados Unidos, una industria que mueve miles de millones de dólares y que llega a todo el mundo, han sido reconocidas por Forbes en un ranking que demuestra que este sector de la sociedad, tan dominado por los hombres, está cambiando para bien.
Forbes armó esta lista por primera vez en su historia siguiendo tres criterios: la métrica cuantitativa (cuánto dinero tienen, manejan o generan), la esfera de influencia (internacionalidad, seguidores) y el impacto que tienen en su respectivo sector. Para ello, armó un panel de ocho personas, a su vez muy influyentes en el negocio del deporte, que eligió, de acuerdo con los criterios mencionados, a las mujeres que integran la lista de veinticinco.
El podio
Encabeza la lista Michele Roberts, directora ejecutiva de la National Basketball Players Association, el Sindicato de Jugadores de la NBA (NBPA, por sus siglas en inglés), la liga de baloncesto más importante del mundo. Roberts, de sesenta y dos años, es la primera mujer en la historia de Estados Unidos en liderar un sindicato deportivo profesional, y su trabajo consiste en representar a unos trescientos cincuenta jugadores que, entre todos, amasan unos tres mil millones de dólares en salarios.
Según Forbes, la abogada graduada en UC Berkeley “es una gran inspiración para las mujeres que aspiren a tener puestos ejecutivos en la industria del deporte, por lo que el panel la ha elegido como la mujer más poderosa en el ámbito deportivo en el país”.
Roberts fue elegida como directora de la NBPA en 2014, y desde entonces ha intentado que temas como la igualdad de género y diversidad racial sean discutidos con frecuencia en la NBA. “Cuando obtuve el trabajo, evidentemente era consciente de que ser mujer era significativo. Pero no imaginaba recibir tantos correos y cartas de mujeres jóvenes negras felicitándome, sintiéndose representadas por mí”, comentó en una entrevista al portal The Undefeated. Y agregó: “Siempre tuve claro que quería ser la mejor directora de la historia, pero ahora no me queda de otra, porque nunca faltará algún tonto que diga que fracasé porque soy mujer”.
En segundo lugar, Forbes ha elegido a Lesa France Kennedy, la directora ejecutiva de International Speedway Corporation y vicedirectora del NASCAR, la liga de carreras automovilísticas más importante de Estados Unidos. Kennedy maneja trece de las más importantes pistas de carreras en el país, además de ser un miembro muy importante del directorio de una liga –NASCAR– que maneja miles de millones de dólares.
Kennedy fue la supervisora de la renovación del Daytona International Speedway, transformando el complejo en el “único estadio de carreras del mundo”, según sus propias palabras. La construcción del recinto costó alrededor de 400 millones de dólares. “Al principio, el hecho de ser mujer hacía que ni siquiera me invitaran a ciertas reuniones. Así me di cuenta de que, como mujer, tenía que hacer el doble de esfuerzo para volverme invaluable y que no me dejen de lado. Si eres persistente, los hombres eventualmente te oyen. Pero toma tiempo, y eso está cambiando poco a poco”, explica Kennedy en una entrevista para The New York Times.
Quien ocupa el tercer lugar es bastante más conocida que las dos primeras. Se trata de Serena Williams, la atleta femenina que más dinero ha ganado en la historia del deporte. La legendaria tenista, que posee veintitrés títulos de Grand Slam –un récord a nivel mundial, superando incluso los veinte de Roger Federer– ha ganado 84 millones de dólares en premios en toda su carrera.
Serena es una de las deportistas más queridas en los Estados Unidos, y ha sido la imagen de más de una docena de grandes empresas, entre las que se incluyen Intel, Nike, JP Morgan Chase, entre otras. De hecho, la tenista, que ganó el Australian Open del año pasado estando embarazada, ha comprado acciones en el Ultimate Fighting Championship (UFC), un campeonato de peleas que genera millones de dólares en casi todo el mundo.
La lista de “Forbes” incluye a mujeres de distintos ámbitos del deporte, desde directoras de equipos y ligas hasta directoras de conglomerados mediáticos, pasando, incluso, por dueñas de startups. “Las mujeres en esta lista representan una verdadera minoría en un negocio dominado por los hombres. Si bien se ha progresado en las últimas dos décadas, el techo de cristal para las mujeres en este ámbito parece ser más bajo que en otros. De hecho, de los cuatrocientos cincuenta puestos ejecutivos que hay en las ligas más importantes, tanto amateurs como profesionales, solo el 10% es ocupado por mujeres. Dicho esto, las mujeres que integran esta lista deberían ser celebradas por la cantidad de obstáculos que han tenido que superar para llegar a tener puestos de poder”, asegura Forbes en la presentación oficial de la lista.