Carlos Alcántara está en proceso de convertirse en un hombre sin edad. Víctor Rodríguez, su fisioterapeuta y entrenador personal, asegura que el actor de 51 años tiene una capacidad extraordinaria para aumentar masa muscular y resistencia. Sus prematuras entradas y una calvicie lenta pero segura en la región parietal le han dado un aire de resignada madurez desde la década de los noventa, cuando apenas rondaba los 30 años, llevaba una nariz de payaso y se entregaba por entero a la técnica claun.
Tal como le pasó a la ‘Chelita’ de la recordada Analí Cabrera, Alcántara tiene la suerte, o tal vez la impertinencia, de haberse instalado en la memoria de su público por el nombre de su personaje más querido: ‘Machín Alberto’. “Le tengo un gran cariño, pero es una pena que comercialicen el producto tanto. Ya son dieciocho años y a nosotros no nos dan ni un sol por las repeticiones, ¡imagínate!”, nos cuenta sobre “Patacláun”, el programa de Frecuencia Latina que lo hizo famoso bajo la dirección de July Naters. “Nos estamos poniendo las pilas y algo tiene que pasar”, agrega con indignación, “es el colmo, realmente el colmo, pasan una y otra vez temporadas completas. Ellos ganan con nuestras imágenes, con nuestro trabajo, y no invierten ni un sol”.
Las líneas de expresión en la frente de Alcántara parecieran ser supernumerarias, una cualidad tan útil para la comedia, como potencialmente delatora en una performance dramática de menor calibre. Por fortuna, Alcántara se consolida como un actor completo: obtuvo el premio Biznaga de Plata en el Festival de Cine de Málaga por su rol protagónico en el filme “Perro guardián” (2014), en donde interpretó a un exmilitar devenido en sicario.
El actor que produjo y protagonizó las dos películas más taquilleras en la historia del cine peruano, ‘Asu Mare’ (2013) y ‘Asu Mare 2’ (2015), respectivamente, vuelve a rodar un filme basado en una historia de superación personal. En esta ocasión, Alcántara se aleja de la autobiografía amplificada en clave humor y toma el reto de transformar en cinematografía el bestseller del escritor motivacional David Fischman, “El secreto de las siete semillas”, quien define su libro como: “Una parábola de la vida y el liderazgo que lo ayudará a entenderse mejor y ver que vivir balanceadamente lo puede convertir en un líder más efectivo”.
La parábola en cuestión es la historia de Ignacio Rodríguez, un padre de familia de 42 años: “Un tipo estresado, un empresario que se ha abandonado porque hace tiempo que no hace deporte”, revela Alcántara, quien asume la transformación física de su personaje en pantalla, el tour de force de rigor para los actores de cine. Pero más que arrancar el filme con sobrepeso y perder lo ganado a base de una dieta restrictiva, Alcántara decidió reinterpretar a su personaje y darle la disciplina de un atleta de élite: “Ya tenía 83 kilos, así que no quería estar más gordo. El entrenamiento ha sido un pretexto para ponerme las pilas y de aquí en adelante mantenerme así. Quiero que el personaje sea como los jóvenes que veo aquí, en el club, tempranito, haciendo deporte a las seis de la mañana, y que luego se van a trabajar”.
Como le sucede a muchos famosos con positivo alcance en la opinión pública peruana, Alcántara fue invitado por algunas organizaciones políticas para alistarse en sus filas. “He tenido propuestas y no las he aceptado porque no me siento preparado, y porque me piden apoyo por una cuestión comercial, y yo no me voy a prestar. Además, me doy cuenta de que está totalmente torcido todo. Yo no creo en estas elecciones”.
Texto: Caroline Mercado
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