El sétimo de los catorce hijos de Mia Farrow volvió a defender a su padre, Woody Allen, quien, aparte de su escandaloso matrimonio con Soon-Yi Previn, ha sido acusado de abuso sexual por su propia hija, Dylan.
Por Francisca Olivares
¿Quién hubiera imaginado que Mia Farrow era considerada una figura abusiva por uno de sus hijos? Moses Farrow, terapeuta y fotógrafo de origen coreano, uno de los catorce hijos de la actriz, la describió así a través de una publicación de fines de mayo en su blog –mosesfarrow. blogspot.com–, titulada “A son speaks out”. Ahí también defendió a su padre, Woody Allen, acusado por su hermana Dylan de haberla abusado sexualmente a los siete años. “He escrito este artículo sobre mi familia, mi niñez y la verdad sobre mi madre… y quería compartirlo con ustedes”, anunció.
Moses fue adoptado por Mia en 1980, y luego por Woody Allen cuando inició su relación con la protagonista de “El bebé de Rosemary”. “Soy una persona muy privada y no me ha interesado la atención pública. Pero, dados los ataques increíblemente incorrectos y engañosos hacia mi padre, Woody Allen, siento que no puedo seguir manteniendo el silencio mientras él es continuamente condenado por un crimen que no cometió”.
Como era de suponerse, este texto, publicado mediante su cuenta de Twitter, recibió comentarios a favor y en contra. Hasta la fecha, Mia no se ha manifestado, aunque sí recibió el respaldo de Dylan –que apuntó a lo “problemático” que es Moses– y de su hijo Ronan, abogado y periodista ganador de un Pulitzer por su reportaje en “The New Yorker” sobre los casos de abuso de Harvey Weinstein, el depredador sexual de Hollywood. “Fui criado con un extraordinario sentido de servicio público por una madre soltera (Mia Farrow) que trabajó mucho y mantuvo siempre increíbles principios cuando se trató de apoyar a sus hijos y defenderlos”, escribió Ronan, único hijo biológico de Woody Allen y Mia.
Mentiras verdaderas
La reacción de Moses –un poco tardía– se debe a que, en enero de este año, Dylan concedió una entrevista exclusiva a la cadena CBS donde, una vez más, dijo que en el momento de su sometimiento, ocurrido en el ático de la casa familiar en Connecticut, había concentrado su mirada en un tren eléctrico de juguete, tratando de bloquear mentalmente lo que sucedía. Moses asegura que por entonces no había ningún tren en el ático, que todavía no estaba habilitado, y además agrega que ese día él estuvo en todo momento con ella y su padre. “El 4 de agosto de 1992 fue un día cálido y soleado en Bridgewater, Connecticut, pero en la casa de campo de nuestra familia, Frog Hollow, había un escalofrío en el aire”, escribe. “Mi madre, Mia Farrow, había salido de compras con su mejor amiga de la infancia, Casey Pascal. Yo tenía catorce años y estaba en casa con mi hermana Dylan, que acababa de cumplir siete, mi hermano Satchel, de cuatro (ahora conocido como Ronan) y los tres hijos de Casey. Nuestra niñera, Kristi; la niñera de Casey, Alison, y nuestra tutora de francés, Sophie, nos estaban supervisando. La casa estaba llena. Había también otro adulto en la sala de televisión, sentado en el suelo mirando ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’: Woody Allen. Aparentemente, no parecía diferente a cualquiera de sus visitas anteriores a nuestra casa de campo, pero mi madre nos había advertido a todos que no lo perdiéramos de vista. Estaba comprensiblemente furiosa: siete meses antes, después de descubrir una serie de polaroids en la casa de Woody, se había enterado de que él mantenía una relación íntima con mi hermana Soon-Yi, de veintiún años. Durante meses nos había repetido el mismo mantra: Woody era ‘malvado’, ‘un monstruo’, ‘el diablo’, y Soon-Yi estaba muerta para nosotros”.
Moses dice que por eso no despegó los ojos de Allen ese día. Confiesa también que “en secreto” se sentía desgarrado por la situación, porque le tenía mucho cariño a su padre, al que recuerda llegando todos los días a las seis y media de la mañana con periódicos y muffins para compartir con la familia, ya que Mia y él no vivieron nunca juntos.
Soon-Yi, vale aclararlo, fue adoptada por Mia y su segundo marido, el pianista y compositor André Previn. Allen asegura que entre ellos nunca hubo una relación de padre e hija.
El descargo
En su publicación, Moses explica que la disfunción familiar que vivió en su infancia no tuvo nada que ver con Woody, sino con su madre y la familia Farrow. “Todos en Hollywood sabían que mi abuelo, el director John Farrow, era un notorio bebedor y donjuán en serie. Hubo numerosos argumentos alimentados por el alcohol entre mis abuelos, y Mia me contó en una oportunidad que había sido víctima de un intento de abuso dentro de su propia familia. Su hermano, mi tío John, que nos visitó muchas veces cuando éramos jóvenes, se encuentra actualmente en prisión por una condena de múltiples cargos de abuso sexual infantil. (Mi madre nunca ha comentado públicamente sobre esto ni ha expresado preocupación por las víctimas). Mi tío Patrick y su familia solían venir, pero esas visitas podían finalizar abruptamente, ya que Mia y Patrick a menudo terminaban discutiendo. Patrick se suicidó en 2009”.
Moses hace hincapié en que su madre, luego de separarse de Frank Sinatra en 1968, se fue a vivir a la casa de su íntima amiga Doris Previn. Ahí inició un romance con el marido de Doris, André, y quedó embarazada de sus hermanos mayores, los mellizos Matthew y Sascha. Sin decirlo, sugiere que Mia, que estuvo casada con André entre 1970 y 1979, no habría actuado en forma tan distinta a Soon-Yi.
Al concluir su publicación –después de revelar muchísimos malos tratos por parte de su madre, incluyendo una ocasión en que lo dejó desnudo en un rincón después de que hubiera cortado un par de jeans y otra en que lanzó a uno de sus hermanos discapacitados escaleras abajo–, recuerda que su padre ha sido acusado solo una vez de haber actuado mal, y que la acusación viene de “una enfurecida expareja y durante negociaciones de custodia”.
“Como profesional capacitado sé que el abuso sexual infantil es una enfermedad compulsiva”, explica. “Dylan estuvo sola con Woody en su departamento innumerables veces a lo largo de los años sin que ocurriera ni una sombra de incorrección. Sin embargo, algunos te harán creer que, a los cincuenta y seis años, de repente él decidió convertirse en un abusador de menores en una casa llena de gente hostil encargada de vigilarlo”.
Después habla de actrices y actores que se han alejado de su padre, como Cate Blanchett o Colin Firth, que según él “tienen miedo a no estar en el lado correcto”. Les recuerda que ellos no estuvieron presentes el día del supuesto abuso a su hermana, mientras que él sí. Por último, le habla directamente a Dylan, a quien le desea paz e insta a que se libere de la carga que le ha impuesto su madre.