Tras participar en “De vuelta al barrio”, una de las telenovelas más exitosas de 2018, la actriz se alista para interpretar uno de los papeles más retadores de su carrera: será La Brasileña en la versión de “Pantaleón y las visitadoras” adaptada al teatro en clave de comedia musical. A pesar de que las críticas no son ajenas a su trabajo, Milett la tiene clara: “Si sabes lo que vales, no te dejas doblegar”, afirma.
Por: María Alejandra López | Fotos de Luna Sibadón
Son las 11 de la noche y Milett recién termina de trabajar. Hace unos días se lesionó el tobillo. Sufrió un esguince de segundo grado que ha sido tratado con un vendaje compresivo. Aunque su recuperación sería más rápida si guardara reposo, la actriz no puede detenerse. Desde hace algunos meses, concentra su tiempo en un estudio en Miraflores. Allí se viene preparando para su primer protagónico en el teatro.
En “Pantaleón y las visitadoras” bailará, cantará y actuará, algo que una vez le dijeron que no podía hacer. El año pasado, la periodista Juliana Oxenford expresó su descontento por ver a Milett en la televisión. “¿No hay actrices increíblemente talentosas en Lima que hay que llamar a Milett Figueroa?”, escribió en Facebook. Milett le respondió: “Expresarse así de alguien que solo trabaja en lo que ama y se prepara día a día es injusto”.
Y es que, aunque se hizo conocida por integrar un reality de televisión, lo de Milett siempre estuvo claro: iba a convertirse en actriz. “Desde chiquita lo supe. Si de alguna manera ingresé a un ambiente (el de los realities), fue porque pensé que podía llevarme a más”.
En los últimos meses has enfocado tu trabajo en la televisión (en “De vuelta al barrio”), y ahora estarás en el teatro. ¿Sientes que al fin dejaste la etiqueta de ‘chica reality’?
No me genera ningún tipo de preocupación si dejé o no la etiqueta. Todo el mundo sabe que empecé como ‘chica reality’ y luego fui actriz. Creo que todas las personas empiezan en algo, y yo he estado preparándome desde que entré al entretenimiento. No me considero ni chica reality ni actriz, soy la historia que llevo detrás de mí.
En una entrevista que te hicieron el año pasado, dijiste que eras una de las personas públicas que más bullying había recibido. ¿Aún recibes críticas?
Han disminuido porque ya no les presto importancia y no las respondo. Si salgo a emitir una declaración o a responder una mentira, se forma una cadena sin fin. Así hablen bien o mal, prefiero no responder. Ahora solo hablo de mi trabajo.
¿Al inicio te amedrentaban las críticas?
No me amedrentaban, pero podían llegar a afectarme como a todo ser humano. Como he dicho alguna vez, si sabes lo que vales, no te dejas doblegar.
Al ser mujer, ¿qué ha sido lo más difícil que te ha tocado vivir en esta industria?
Definitivamente, aprender a disfrutar mi cuerpo. Ha sido un proceso no sentirme mal si salgo en minifalda o en bikini. Alguna vez un periodista dijo que no podía ser actriz porque me había visto desfilando en poca ropa. Esos comentarios me han enseñado a disfrutar de todo mi ser: de mi cuerpo, mi alma, mi sensatez, mi conciencia y lo que transmito a las personas en las que influyo.
¿Hoy te sientes más empoderada?
Nunca me he cohibido. Siento que la maldad o el lado oscuro los generan las personas. Ahora tengo un nivel de conciencia más elevado que el que tenía cuando ingresé a la televisión (a los 17 años).
En sus últimas declaraciones, Jessica Newton ha afirmado que le gustaría verte como Miss Perú. ¿Todavía sueñas con la corona?
Más que tener una corona en la cabeza, mi sueño era darle una alegría al Perú y expresar un buen mensaje. He sido víctima de violación a la intimidad y bullying durante cuatros años consecutivos, y quería transmitir un mensaje a conciencia.
Sobre el caso de Anyella Grados, ¿qué piensas de que renunciará a la corona tras la difusión de su video?
No hablo de terceros, pero creo que cualquier video grabado dentro de cuatro paredes representa una violación a la intimidad si es que se difunde públicamente.
El mundo del espectáculo puede ser muy difícil. ¿Quiénes han sido tu apoyo para sobrevivir todo este tiempo?
Siempre hay personas que están a tu alrededor y se identifican con tu sueño, pero la que siempre ha estado a mi lado es mi mamá. Ella vive mi felicidad en cada momento y disfruta de mis logros. Es una de las piezas más importantes para que nunca me rinda. Eso es lo que me ha enseñado: si tienes un sueño, no pares hasta conseguirlo. En mi caso, siento que soy más trabajo que talento.
La Brasileña
Milett sabe bien que con su papel en “Pantaleón y las visitadoras” asume un gran compromiso. Su personaje, La Brasileña, es el mismo que la actriz colombiana Angie Cepeda interpretó en la película que se estrenó en 1999. Aunque las producciones son totalmente distintas entre sí, la actriz peruana no ha sido ajena a las comparaciones. “No me fastidia; ella lo hizo muy bien”, le dijo a un diario local hace unos días.
Lo cierto es que para Juan Carlos Fisher, director de la comedia musical, el papel de La Brasileña no podría ser encarnado por otra actriz peruana. “Cuando me reuní con ella, realmente me di cuenta de que es la actriz perfecta para este personaje”, dice. “Necesitábamos a una actriz que fuera una verdadera bomba en todo sentido: que cantara, bailara y actuara. Ella es todo lo que necesita La Brasileña. Estoy feliz con su chamba”.
Este es tu primer protagónico en el teatro. ¿Qué te motivó a aceptarlo?
Ya había hecho teatro musical para niños, pero jamás una obra de esta magnitud. Lo que me motivó fue la humanización de los personajes en el guion. ¡Es un espectáculo maravilloso! Con esguince o sin esguince, va a salir.
¿Has tenido la oportunidad de ver otras representaciones de tu personaje?
Sí, pero solo para informarme. Juan Carlos Fisher y David Serrano, quienes adaptaron la obra, han trabajado los personajes de una forma muy distinta. La Brasileña me ha dado vida: está haciendo que disfrute cada vez más ser mujer. No cualquiera puede representar a una prostituta de los años cincuenta. Es un trabajo difícil y minucioso.
La obra es sumamente provocativa y aborda el tema de la prostitución. ¿Qué opinas de ese trabajo?
Creo que la prostitución, más allá de si es legal o no, debe respetarse. Es un trabajo como cualquier otro y cada quien elige su vida.
En una línea de la obra, tu personaje dice que ella aprendió a seducir desde muy pequeña y que sabía que podía tener a cualquier hombre. ¿Te identificas con ese aspecto? ¿Sientes que eres la reina de la seducción?
No necesariamente como ella lo dice en el texto. La seducción es algo muy subjetivo. No a todo el mundo puede seducirle una cara bonita o un cuerpo lindo. Como escuché una vez: la belleza puede durar cinco segundos; después debes tener algo más que ofrecer.
La Brasileña lucha por su trabajo. ¿Crees que es una mujer feminista?
Creo que, en general, la obra habla de temas muy importantes, como la equidad. Estamos hablando de los años cincuenta, época en la que el machismo predominaba en casi todas las personas. En la historia, ella toma sus propias decisiones. Eso me gusta: es una mujer con templanza y dedicación.
¿Te consideras una mujer feminista?
Me considero una mujer que cree en la equidad. Soy feminista si el feminismo no se lleva a los extremos. No quiero que los hombres piensen que queremos atacarlos, pero lo que sí quiero es que los derechos de las personas se hagan valer, tanto para los hombres como para las mujeres.
Ahora tu carrera es primordial. ¿Podrías tener una pareja en este momento?
Con mi trabajo actual no podría tener pareja. Todo el día estoy en ensayos y mi pareja tendría que ser del musical. Solo llego a mi casa a dormir, y eso que duermo casi seis horas. Ni tengo tiempo para ir al cine o ver a mis amigos. Estoy totalmente concentrada en mi chamba y en lo que me gusta, que es el arte… ¡No puedo parar!
¿Has pensado en la posibilidad de irte al extranjero?
Sí, antes de aceptar mi participación en la obra. Tenía dos proyectos interesantes y ya los había evaluado, pero siempre quise hacer un musical con Juan Carlos Fisher. Creo que el universo les da a las personas lo que es para ellas. La Brasileña me escogió a mí en el momento preciso.
¿Dónde te ves de aquí a diez años?
Me veo haciendo lo que amo, escogiendo mi felicidad y mi tranquilidad por encima de todas las cosas. Y siempre respetándome.