La mansión que Elvis y Priscilla Presley compraron hace 40 años ha abierto recientemente sus puertas al público por primera vez.
Por Redacción COSAS
Han pasado 40 años desde que Elvis y Priscilla Presley compraron la mansión Graceland, que recientemente ha abierto sus puertas al publico por primera vez.
Desde su muerte, sus seguidores no han dejado de visitar los exteriores de la mansión y tomarse fotos en la que la casa del rey del Rock and Roll.
La más reciente película de Baz Luhmann, titulada Elvis, que se estrenará en los cines el 24 de junio, narra a grandes rasgos la relación del rey del Rock and Roll, interpretado por Austin Butler con su manager, papel que recae en Tom Hanks.
La cinta, filmada en Queensland, Australia, también retrata a Priscilla, interpretada por Olivia De Jonge y, sin duda, abre un nuevo universo de admiración a la música de Elvis, y a su patrimonio, ya que ha permitido la apertura de puertas de la mansión donde los Presley pasaron 20 años de su vida.
La mansión de los Presley
El “Cuarto de la Jungla” en Graceland. Foto: Photo: Alamy
Graceland no es una gran mansión, está ubicada en la afueras de Menphis y se caracteriza por su diseño ecléctico. Se podría decir, incluso, que tiene un estilo kitsch.
Su diseño de interiores incluye tendencias desde los años 50 hasta finales de los 70. Tiene habitaciones extravagantes, colores poco convencionales, zonas de meditación esotérica, muebles dorados con pan de oro.
Ocupada por la familia Presley durante 20 años, la casa fue adquirida en cien mil dólares cuando Elvis tenia 22 años y contrató a un decorador local llamado George Golden para que pusiera en practica su visión, dejando indicaciones de color para los diversos ambientes, diseños de telas y disposición de los muebles.
La sala de la casa de Elvis Presley
Foto: J. Carlee Adams / Alamy
La piscina de la casa de Elvis Presley Foto: Morten Larsen / Alamy
Todo fue decorado en un mes debido al recargado trabajo que tenía Elvis. Tras ello, los Presley se mudaron y vivieron ahí durante muchos años. Priscilla recuerda las muchas horas pasadas delante del piano o el comedor, otro espacio donde compartían entre risas con todos los miembros de su equipo de trabajo.
La casa, actualmente, es como un santuario cuando los visitantes llegan la recorren en silencio como reverenciando el recuerdo del rey del Rock.
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