La marquesa de Griñón vivió esta experiencia semanas después de romper su compromiso con el empresario Íñigo Onieva.
Por Gabriela Peña
Tamara Falcó visitó por primera vez el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Francia. La marquesa de Griñón compartió con los voluntarios de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes de Madrid, que se dedican a las obras de caridad en su día a día.
Curiosamente, una de las personas con las que Falcó compartió esta experiencia es Natalia Onieva Segovia, pariente de su exnovio, Íñigo Onieva.
El viaje comenzó el pasado 12 de octubre, pero no fue hasta el domingo que la hija de Isabel Preysler compartió sus impresiones con todos sus seguidores en su cuenta de Instagram, @tamara_falco. «Gracias a la Hospitalidad de Madrid por brindarme esta oportunidad única de peregrinar a Lourdes. ¡No la voy a olvidar jamás y espero que sea la primera de muchas! Vuelvo a Madrid feliz», expresó.
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Tras el término de su relación de noviazgo con Íñigo Onieva, Tamara se refugió en sus seres queridos, el trabajo y la fe. En las imágenes que ha publicado aparece con el uniforme característico de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes de Madrid. Al acudir como auxiliar, utilizó una bata azul marino con el cuello y los puños en blanco. También lucía un delantal y medias y zapatos azul marino.
Su vestimenta se completaba con un cinturón elástico azul marino con la hebilla dorada de la Hospitalidad y la medalla de la Hospitalidad. Las reglas de vestuario establecen que si se necesita llevar bolso este debe ser negro, azul marino o gris oscuro, una directriz que ha cumplido la marquesa de Griñón, tal y como se observa en la foto en la que enciende una vela.
Tamara Falcó y la religión
En la etapa más oscura de su vida, la marquesa, de 40 años, se ha refugiado en la religión. «En un momento de mi vida perdí la alegría, pero la recuperé gracias a la fe», confesó en una entrevista concedida a Ecclesia, de la Cope.
«El sentirme amada siempre pese a mis pecados y mis defectos te cambia la vida. Solamente intento ser coherente y tengo mucha suerte. Poco a poco en redes sociales hemos ido creando una comunidad muy respetuosa, con valores similares a los míos y eso se nota. Todo lo que sea compartir nuestros momentos de fe es muy bonito, da gusto», dijo tras visitar el Vaticano en el mes de marzo, cuando le entregó al papa Francisco una imagen de la Virgen de la Alegría.
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