El reencuentro de Las Vengadoras, una década después

COSAS reúne a Tilsa Lozano, Maricris Rubio y Giselle Patrón, trío seductor que revolucionó la escena mediática peruana con su belleza en 2012 alborotando las discotecas. Hoy, con vidas completamente distintas, dos de ellas como madres y una a punto de casarse, nos hablan desde la intimidad.

Por Diego Ochoa Acosta | Fotos: Mid Meza

Hace trece años, COSAS fue el primer medio en fotografiar a las superheroínas del momento: Las Vengadoras. En aquel entonces, pocas mujeres se atrevían a hablar con tanta claridad y confianza como Tilsa Lozano, quien formó la primera alineación del grupo en 2012. Este fenómeno despertó admiración, celos, lujuria y, por supuesto, envidia. Su exitosa canción “Soy soltera y hago lo que quiero” se convirtió en el jingle infaltable en todas las discotecas y en cada una de sus presentaciones, adueñándose de la escena nocturna del Perú.

Una década más tarde, las reunimos nuevamente frente al mar. Ya no en Paracas, sino en Punta Hermosa. Aunque sus vidas han tomado rumbos muy distintos, al encender las cámaras, su complicidad está intacta. “¡Por fin volvimos las Avengers!”, grita Tilsa con entusiasmo, buscando contagiar el ánimo de todos a las ocho de la mañana. Aunque ya no son figuras controvertidas, la atención mediática sigue centrada en ellas. Maricris ya es madre, y atraviesa nuevamente la soltería. Por su parte, Giselle, quien fue la primera en alejarse del grupo, presionada por un exnovio “muy tóxico”, acaba de comprometerse en México, donde está radicada desde hace muchos años.

“¡Por fin volvimos las Avengers!”, exclama Tilsa Lozano durante la sesión fotográfica en Punta Hermosa.

Tilsa nos recibe en su casa frente al mar, con una vista envidiable. Madre de dos hijos y conductora de televisión, se encuentra en un periodo complicado, pues, con un nudo en la garganta, contaría momentos después que enfrenta el fin de su matrimonio con el peleador Jackson Mora. Sin embargo, su esencia sigue intacta, y mantiene la misma personalidad carismática y arrolladora que la convirtió en un ícono de la cultura popular peruana.

Tilsa

¿Cómo ves a la Tilsa de hoy en día? ¿Qué ha cambiado en ti respecto a la Tilsa mediática de hace unos años?
A la Tilsa mediática le agradezco todo, porque esa mujer fue una guerrera [con lágrimas en los ojos]. Aguantó muchísimo. La mujer que soy hoy existe porque esa Tilsa fue fuerte como un roble. Cuando miro atrás, me pregunto: “¿Cómo logré soportar tanto durante tantos años?”. Como en todo en la vida, uno va desarrollando “callos”, tanto en la piel como en la personalidad. Pero al final lo único que puedo decir es que la vida es hermosa. Tengo hijos maravillosos, el apoyo de mis padres, un trabajo, vivo en un lugar que amo y estoy rodeada de personas a quienes quiero. Sé que todo lo que tengo me lo he ganado con esfuerzo. He luchado, no me he rendido, y por eso hoy puedo decir que estoy en mi mejor momento. He construido mi seguridad desde adentro, no por la apariencia o lo material, sino por la certeza de saber quién soy.

Tilsa Lozano dejó su turbulento pasado mediático para centrarse en su faceta de madre y conductora de televisión.

¿Cómo fue para ti comenzar tan joven y recibir comentarios duros sobre tu físico?
Fue complicado, porque en aquella época la gente no tenía filtro para lanzar críticas. Hoy en día, ya está claro que nadie debería opinar sobre el cuerpo de otra persona. Creo que va más allá de los estándares de belleza; es un tema de respeto hacia los demás. Aunque en señal abierta aún existen personas que comentan sobre la apariencia ajena. En mi caso, durante diez años me llamaron “celulítica” en televisión y nadie decía nada.

Con los años, ¿has cambiado tu forma de autoaceptación?
Mi carácter se ha ido moldeando con el tiempo y las experiencias vividas. Pero en un momento, hace ya muchos años, me pregunté: “¿Por qué debería esconderme?”. Sí, tengo celulitis. Y cuando enfrentas algo, el miedo desaparece. Primero tienes que conversarlo contigo misma, comprenderlo y aceptarlo. “Sí, tengo celulitis, así soy, ¿y qué?”.