Chic y decontracté. Ese es el estilo que Inès de la Fressange ha expresado durante buena parte de su vida, que pasa por un momento muy activo y un aspecto tan espléndido como el que lucía en la década de los setenta, cuando comenzó su carrera modelando para diseñadores como Thierry Mugler y Kenzo. Hija del marqués André de Seignard de la Fressange –de la familia heredera de la Banca Lazard– y de una sofisticada modelo argentina con ancestros colombianos, Cecilia Sánchez-Cirez, Inès Marie Laetitia Églantine Isabelle nació en Gassin, cerca de Saint-Tropez.

En los ochenta, alcanzó el punto más alto de su carrera como rostro exclusivo de Karl Lagerfeld para Chanel.

A los diecisiete años deslumbró al mundo con una belleza que rápidamente pasó a ser el epítome de sofisticación, un inolvidable encanto enfatizado en campañas publicitarias donde aparecía vestida en tenidas en blanco y negro acompañadas de collares de perlas de la maison Chanel. En 1989 se convirtió en el rostro de un nuevo busto de Marianne –uno de los símbolos femeninos de la Revolución Francesa y del triunfo de la República–, con lo que se sumó a una tradición de la que ya habían formado parte Brigitte Bardot, en 1970, y Catherine Deneuve, en 1985.

En el desfile prêt-à-porter de Chanel. París, 1986.

Fue un orgullo para ella y las francesas, pero aparentemente Lagerfeld no apreció la idea y eso determinó que Inès abandonara Chanel y tomara su propio camino. Entonces creó la marca Inès de la Fressange, en la que expresa su estilo simple y elegante de blusa blanca, bicicleta y canasto provenzal. La flagship store se ubica en Saint-Germain-de-Prés, sus creaciones se venden online, y también ha impuesto su estilo en forma masiva colaborando con la marca japonesa Uniqlo. Pero la amistad con Lagerfeld ha continuado: nadie podría imaginar un desfile Chanel sin la presencia de Inès en la primera fila.

Junto a Karl Lagerfeld, en la Semana de la Moda de París 2010, durante la clausura del desfile primavera-verano 2011 de Chanel.

Inès también se ha desarrollado en el ámbito editorial. El primero de sus libros fue Profession mannequin: Inès de la Fressange, conversations avec Marianne Mairesse (2002), donde habla de su vida en la sociedad francesa y lo que significó ser modelo en un tiempo en el que primaban las rubias. Ocho años después vino “La Parisienne”, escrito en conjunto con la periodista Sophie Gachet, con la que también colaboró en otros cinco títulos que exploran la elegancia y el estilo de vida parisino. Y el más reciente de sus libros es Comment je m’habille aujourd’hui?, un texto dedicado a las mujeres que miran su clóset y no saben qué ponerse.

AMIGAS Y AMORES

Su amiga Carolina de Mónaco también cumplió sesenta años este 2017. Tal es su nivel de cercanía, que la princesa es madrina de la mayor de las dos hijas de Inès, y ambas se han apoyado en los momentos más importantes y difíciles de sus respectivas vidas, en especial cuando quedaron viudas: Carolina en 1990, tras la muerte de Stefano Casiraghi, e Inés en 2006, cuando perdió al ejecutivo italiano Luigi D’Urso por culpa de un infarto (en 2009, comenzó una relación con Denis Olivennes, alto mando de la empresa de publicaciones Lagardère).

En su matrimonio con el ejecutivo italiano Luigi d’Urso, en 1990. D’Urso falleció en 2006, a los 52 años, víctima de un paro cardiaco.

Con Luigi, Inès fue madre de Nine y Violette, a las que sumó Clothilde, la hija que él tuvo de un matrimonio anterior, quien a su vez tiene dos niños, Iris y Robert, muy queridos por Inès. Además de ser un ícono de la moda, Inès es una abuela feliz. 

Por Francisca Olivares