Octavio Salazar, actual congresista de Fuerza Popular y ex ministro del Interior y ex director de la Policía Nacional del Perú, busca la reelección por el partido de Keiko Fujimori. En esta entrevista, defiende a la hija de Alberto Fujimori y expone sus puntos de vista y sus propuestas sobre el principal punto de preocupación ciudadana: la creciente percepción de inseguridad que se ha extendido por todo el país.

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Si bien las propuestas de Fuerza Popular en torno a la inseguridad ciudadana ya han sido expuestas por Keiko Fujimori, ¿cuál es el desarrollo de estas?
Nosotros hemos diagnosticado que uno de los principales problemas en el tema de la inseguridad es la falta de prevención social y policial. En el tema de la prevención social, queremos un Estado que trabaje al lado de la ciudadanía para empezar a controlar, desde la misma célula básica, que es la familia, el tema de la violencia. De los 120 mil efectivos policiales que hay, dos tercios tienen que estar en la parte de la prevención y un tercio, en la parte investigativa, de inteligencia y de fuerza especial. A eso hay que adicionarle un aporte tecnológico que pasa por la puesta en marcha de una plataforma satelital, como la de los países desarrollados, que implique el monitoreo de todas las cámaras de videovigilancia, sobre todo en los puntos críticos, para que se puedan tener en línea todos los aspectos relacionados con los delitos, en costa, sierra y selva, por aire, mar y tierra.

Habla de tecnología, pero todo esto pasa por incrementos presupuestales, y pareciera no haber dinero para eso.
Ahora estamos viendo que tenemos un presupuesto de 138 mil millones de soles. En los últimos años, se ha incrementado en un tercio. Es una barbaridad de dinero. De ese total, menos del 2% va al tema de seguridad.

Es insignificante.
Por eso, hay que incrementar el presupuesto en materia de seguridad. El otro factor importante es que el Estado tiene que volver a poner orden. En estos momentos, estamos viendo una falta de visión, de estrategia y de liderazgo. Se requiere de una decisión política que aterrice en cosas puntuales. Por ejemplo, en el caso de la flagrancia. Con el Nuevo Código Procesal Penal, la policía actúa inmediatamente, pero, cuando no hay flagrancia, la policía tiene que esperar que el Ministerio Público le dé la orden para investigar. Entonces, estamos atados de manos. Es un país en el que la policía tiene que pedir permiso para actuar.

¿Qué piensan hacer?
Agilizar todo. Basta con que la policía comunique a la Fiscalía que se va a empezar a investigar tal caso para que acompañe en el proceso y facilite el trabajo.

Hay algo que ha llamado la atención. Proponen que la Marina de Guerra patrulle en el Callao y que el Ejército resguarde las inmediaciones de las cárceles. ¿Dónde queda la policía entonces?
Abocándose a lo suyo. La policía hoy en día tiene un océano de funciones pero con poco desarrollo en profundidad. Le hemos venido dando más funciones, pero lo que tenemos que hacer es reducir y sectorizar su trabajo, el corazón de su negocio, que es el de prevenir e investigar.

En el corto plazo –de llegar al gobierno–, ¿qué avances podrían verse?
Pienso que, en seis meses, algunas cosas tienen que empezar a cambiar.

¿Como cuáles?
El tema del 24×24, por ejemplo. Este gobierno ha hecho algo y ahora retrocede. Disolver esto tiene una razón, que es volver al esquema anterior de trabajo de un policía: servicio, retén y franco, que el policía descanse. Lo que este gobierno piensa es “se acabó el 24×24 y, entonces, todos los policías tienen que estar todos los días a exclusividad del Estado”. Pero están en un error. Uno tiene que revisar cómo se trabaja en las policías de otros países. En Chile, por ejemplo, el relevo policial se produce cada ocho horas en una comisaría. Los únicos permanentes son el comisario y algunos oficiales.

En ese sentido, ¿qué reflexión le produce el amago de huelga policial de hace algunas semanas?
Si bien la policía no tiene que generar ese tipo de hechos ni estar detrás de paralizaciones, también es verdad que, cuando se les afecta en el dinero que llevan a su casa, cuando se les dice que ya no van a trabajar en su día de franco para dedicarse exclusivamente al Estado y que se les va a dar un plus que es menor a lo que pueden conseguir trabajando en la calle, ¿cómo solucionan entonces los problemas de su canasta familiar? Acá también hay un tema de sensibilidad de un gobierno. Los países, cada vez con mayor acento, están reduciendo sus gastos para temas de defensa y los están incrementando para el orden interno. La policía forma parte de esto y necesita tener tranquilidad, sosiego, espacio para poder dedicarse a su actividad profesional.    

De salir reelecto parlamentario, ¿qué iniciativas impulsaría?
El tema de la flagrancia es importante. Necesitamos un marco jurídico que le permita a la policía intervenir también cuando no haya delito flagrante. Es un tema que voy a seguir porque, caso contrario, tenemos una policía paralizada. Otro asunto es concretar la ejecución en su totalidad de la Ley contra el Crimen Organizado, donde muchos de los artículos han sido propuestos por quien habla. Es muy importante que el Perú tenga una Dirección Contra el Crimen Organizado. Estamos estipulando penas severas para quienes cometan delitos dentro de organizaciones criminales, incluso cadena perpetua. El problema es que hasta ahora esta ley no entra en ejecución plena, porque este gobierno no le da el dinero al Ministerio Público para crear más fiscalías y juzgados.

¿Sueña con volver a ser ministro del Interior?
Soy muy pragmático en mi vida. Lo que he logrado lo he realizado siendo muy claro y jamás soñando.

 

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Texto: Carlos Hidalgo