La reina Elizabeth II ha convocado a un reunión de urgencia en su residencia de Sandringham. ¿El objetivo? Llegar a un acuerdo sobre la decisión tomada por el príncipe Harry y Meghan Markle.
Por Redacción COSAS
Si los duques de Sussex esperaban terminar de una vez por todas con la presión mediática renunciando a la realeza británica, lastimosamente no lo han conseguido. Por el contrario, todos los focos están más centrados que nunca en la pareja.
Hoy precisamente se ha programado una reunión de emergencia en Sandringham, una de las residencias vacacionales de la monarca en el Reino Unido. Con Meghan Markle en Canadá junto a su pequeño hijo Archie, los Windsor determinarán el destino del matrimonio, que hace solo unos días anunció su retiro de la familia real y su deseo de empezar una nueva vida en Norteamérica, donde planean mudarse.
Se sabe que a la cita han acudido la soberana, el príncipe Charles, el príncipe William y el príncipe Harry, además de sus secretarios personales. Según adelantan medios británicos, Meghan Markle está conectada vía telefónica. Por su parte, el príncipe Philip ha abandonado esta mañana la casa de campo donde se debatirá el tema y que es su oficialmente su hogar desde su retiro de la vida pública en 2017. Asimismo, Kate Middleton, duquesa de Cambridge, no participa en la reunión sino que permanece en el palacio de Kensington al cuidado de sus hijos.
¿Qué temas se discuten?
El principal asunto a tratar es hasta qué punto el príncipe Harry y su esposa seguirán formando parte de la casa real. Según sus propias declaraciones, tienen la intención de «dar un paso al costado» en sus funciones como royals y desarrollarse profesionalmente en el extranjero. No obstante, pretenden al mismo tiempo representar ocasionalmente a la reina.
Dicho proceder en el pasado ya trajo consecuencias negativas para la familia. Tal y como apuntó «The Guardian» hace algunos días, los condes de Wessex ya fracasaron al intentar intercalar compromisos reales con sus trabajos en la televisión y las relaciones públicas. Acusados de aprovechar su condición de miembros de la nobleza, en 2002 finalmente renunciaron a sus profesiones y se decidieron dedicarse a tiempo completo a la agenda impuesta por el palacio de Buckingham.
Según «The Times», la madre del príncipe de Gales quiere asegurarse de que las labores que realicen los duques de Sussex no dañen la reputación de la familia real, motivo por el cual tendrán que pactar en qué rubros podrán desempeñarse y en cuáles no. Una de las mayores preocupaciones son las entrevistas que la pareja podría conceder a los medios de quedar completamente al margen de la realeza.
Los duques de Sussex llegan a un acuerdo con la reina Isabel II
Sobre los títulos, los gastos de manutención y Frogmore Cottage
En caso los duques tengan que abandonar por completo sus funciones públicas, cabe la posibilidad de que la reina les retire los títulos nobiliarios. Con eso, perderían el estatus que bien podrían explotar. Sin embargo, es probable que la monarca recuerde lo mal que tomaron los ciudadanos el hecho de que Lady Di perdiera su condición de princesa tras su divorcio, y tome una decisión menos drástica.
Uno de los puntos más complejos que tendrán que conciliar es el de la financiación. En la web que estrenaron la semana pasada, Meghan Markle y el príncipe Harry aseguraron que planean renunciar al Sovereign Grant, el dinero que perciben del fisco y que equivale al 5% de sus gastos totales.
No obstante, en ningún momento dijeron que renunciarían al dinero con el que el príncipe Charles cubre el 95% de los gastos restantes. Dicho monto no proviene del bolsillo de los contribuyentes sino del ducado de Cornwall. Pero que según la prensa local el heredero al trono habría amenazado con quitarles.
Además, los Sussex tampoco habrían renunciado a la financiación de su seguridad, estimada en más de un millón de dólares anuales, y a su casa de Frogmore Cottage. Según anunciaron Meghan y Harry, su deseo es que esa siga siendo su residencia oficial en el Reino Unido. Pero en el mismo comunicado señalaron que para ello debían contar «con el permiso de la reina».
La controversia en este punto surge a partir de que gastaron casi tres millones de dólares en remodelar la casa, dinero que provino de los contribuyentes. Por esta razón, la abuela de Harry y William podría optar por quitarles el inmueble o exigirles que paguen una renta, para compensar el dinero invertido en ella.
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Fotos: @royalcollectiontrust, @britishmonarchy