Tras pasar algunos meses en Los Ángeles, Meghan y Harry finalmente han decidido echar raíces en la costa californiana. El lugar elegido para su nueva morada es Santa Bárbara, una zona con herencia española, donde tendrán como vecinos nada menos que a Ellen DeGeneres y Oprah Winfrey.
Por Redacción COSAS
Los duques de Sussex han comprado una propiedad en Santa Bárbara, ciudad costera al norte de Los Ángeles, que acoge a otros famosos amigos de la pareja. Según la fuente que cita «Page Six», Meghan y Harry desean afincarse y criar allí a Archie, luego de abandonar la familia real británica el pasado mes de enero.
El discreto traslado habría ocurrido a inicios de julio, pero por el momento no han trascendido imágenes del nuevo hogar, el precio que han pagado por él ni su ubicación exacta. El matrimonio, por tanto, mantiene desde hace unas seis semanas una ubicación desconocida por los reporteros gráficos, lo que les está proporcionando la privacidad que tanto han demandado en el último año, y que en Los Ángeles tampoco hallaron.
«Esta es la primera casa que cualquiera de ellos ha tenido. Ha sido un momento muy especial para ellos como pareja y como familia: lograr tener total privacidad desde que se mudaron. Tienen la intención de vivir permanentemente en esta casa y en la tranquila comunidad. Aquí es donde quieren que crezca Archie, donde esperan que pueda tener una vida lo más normal posible», explicó una fuente al citado medio.
Según el mismo informante, Meghan y Harry nunca habían pensado asentarse en Los Ángeles. Solo habían elegido esa ciudad emblemática como una transición. Por otro lado, los especialistas apuntan a que los duques no buscaban una mansión excéntrica sino una con características de hogar familiar, del estilo de Frogmore Cottage, donde vivieron casi dos años en el Reino Unido.
Zona de moda
La mansión de Santa Bárbara, además de proporcionarles privacidad, parece localizarse en una exclusiva zona costera. Allí mismo la actriz Gwyneth Paltrow está construyendo su nueva residencia. La nueva y privilegiada ubicación de los Sussex sale a la luz tras cuatro meses de confinamiento en Los Ángeles, concretamente en la casa del productor Tyler Perry.
Antes de llegar a territorio estadounidense, la pareja vivió dos meses entre vacaciones y retiro post-Megxit en la tranquila isla de Vancouver, en Canadá.
Cabe recordar que previo a su llegada al continente, Meghan y Harry compartieron dos hogares en el Reino Unido. Luego de su boda, se trasladaron al antiguo departamento de soltero del príncipe, en el Palacio de Kensington, en el centro de Londres.
Después de anunciarse el embarazo de Meghan y la ruptura definitiva de las oficinas de los Sussex y los Cambridge, se supo que los recién casados estaban preparando un nuevo hogar cerca al Castillo de Windsor, a 35 kilómetros de la capital británica. En dicho lugar, conocido como Frogmore Cotagge, y tras invertir 3 millones de libras del presupuesto real, solo vivieron unos pocos meses antes de renunciar de manera oficial a sus responsabilidades reales ante la Corona.
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