A casi seis meses de la muerte del príncipe Philip, la reina Elizabeth tuvo sentidas palabras en memoria de su esposo durante la ceremonia de apertura de la sexta sesión del Parlamento escocés.

Por Arianna Gonzáles 

La reina Elizabeth acudió a la ceremonia acompañada del príncipe Charles y Camilla, duquesa de Cournalles.

El pasado 9 de abril, el príncipe Philip falleció a los 99 años. Los días que le sucedieron a su partida, estuvieron llenos de homenajes, entre los que resaltó el mensaje que llevaba el ramo de flores que reposaba sobre su ataúd.
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“Tu amada Lilibet”, se leía en la tarjeta, que constituyó el único pronunciamiento de la reina a Elizabeth después de la muerte de su consorte.

Sin embargo, casi seis meses después, este sábado 02 de octubre Elizabeth II ha hablado del duque de Edimburgo, por primera vez desde su fallecimiento.

“He hablado antes de mi profundo y permanente afecto por Escocia, y de los muchos recuerdos felices que el príncipe Felipe y yo siempre hemos tenido de nuestro tiempo aquí”, dijo en su discurso en la ceremonia de apertura de la sexta sesión del Parlamento escocés.

Dentro de la remembranza, Elizabeth hace una reflexión sobre cómo los lugares impactan en las personas y viceversa.
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“A menudo se dice que son las personas las que hacen un lugar, y hay pocos lugares donde esto sea más cierto que en Escocia, como hemos visto en los últimos tiempos”, manifestó la monarca.

Significativo detalle

Elizabeth

Vestida con un abrigo verde alpino de Stewart Parkin y un vestido de estampado floral, a juego con su sombrero de Rachel Trevor Morgan, ha sido su broche lo que ha llamado la atención de la prensa británica.

El accesorio ha resultado ser bastante significativo sobretodo para afianzar las relaciones entre Escocía e Inglaterra, que actualmente no pasan por su mejor momento.

El broche, alargado en forma de cardo con dos hojas y realizado en diamantes, representa a la flor nacional de Escocia, el país que tanto la reina como el príncipe Philip colocaban entre sus destinos favoritos.

Así, con un solo accesorio, la reina ha representado su compromiso con Escocia y recordado los mejores momentos con el duque de Edimburgo.
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