Lady Gaga se llevó una estatuilla en la categoría «Mejor Canción Original» por el tema de A Star is Born. En esta entrevista exclusiva, la cantante y actriz habla sobre su complicada relación con la fama.
Por Yenny Nun
Desde que se estrenó la cuarta versión de A Star Is Born en los pasados festivales internacionales de cine de Venecia y Toronto, tanto el público como la crítica han concordado en que, de hecho, nació una estrella en la vida real: Lady Gaga en su rol de Ally. Dirigida por Bradley Cooper, que también coprotagoniza la película, Gaga brinda una emotiva actuación que seguramente resultará en nominaciones a fin de año tanto para ella como para Cooper y la película.
Lady Gaga finalmente está cumpliendo los sueños que tuvo desde su infancia: convertirse en una gran actriz y cantante. Siempre a la vanguardia, desde que entró a la escena musical cambió la industria con su disco stick, borrando la línea divisoria entre el arte de la interpretación y la música pop y, paralelamente, ascendiendo meteóricamente a la cima de la fama con temas como The Fame, Just Dance, Poker Face y Bad Romance. Su música se tradujo en un reconocimiento mundial, y ella fue descrita como una mezcla extraña de Andy Warhol, Elton John y Madonna, una auténtica artista de su tiempo.
Lady Gaga nació con el nombre de Stefani Joanne Angelina Germanotta el 28 de marzo de 1986 en Yonkers, Nueva York. Su padre, Joseph, era un empresario vinculado al rubro de la tecnología, y su madre, Cynthia, asistente en telecomunicaciones. Stefani resultó ser un prodigio musical; a los cuatro años ya tocaba el piano; escribió su primera balada a los trece y se presentó sobre un escenario a los catorce. Asistió a un colegio católico en Manhattan, donde estudió música clásica y cantó en un grupo de rock.
Ella misma cuenta que sus grandes influencias fueron Madonna, David Bowie y Queen. A los diecisiete fue aceptada en la prestigiosa Tisch School of Music, en la Universidad de Nueva York, pero dejó los estudios al cabo de dos años para dedicarse a su carrera musical, trabajando como mesera de día y presentándose en clubes nocturnos por la noche, algo muy parecido a lo que le ocurre a Ally en la película. La joven logró llamar la atención por su talento musical, pero también por su estilo, transformándose en musa de varios diseñadores, como Alexander McQueen y Giorgio Armani.
La oportunidad de actuar se le presentó finalmente en 2015, cuando el productor y director Ryan Murphy le ofreció un papel en la serie American Horror Story: Hotel, lo que le significó ganar un Globo de Oro como Mejor Actriz de Reparto en una miniserie. Entre sus parejas, se encuentran el actor Taylor Kinney, el baterista Luc Carl y, actualmente, su agente, Christian Carino, que también representa a Justin Bieber, Cristina Aguilera y Jennifer Lopez, entre otros.
Conversamos con la diva un día después del estreno de A Star Is Born en Toronto. Aparece nuevamente con su melena rubia y maquillaje, muy distinta al aspecto natural que muestra en la película. Antes de sentarse señala: “Me encuentro tan feliz de estar aquí y muy agradecida, porque mi sueño desde niña fue ser actriz protagónica de una película. Siento mucha humildad, gracias por tomarte el tiempo para conversar conmigo”. Luego toma asiento, lista para dialogar…
—¿Cómo viviste la experiencia de ser dirigida por Bradley Cooper y coprotagonizar esta película con él?
—Desde el momento en que conocí a Bradley en mi casa en California, desde el momento en que vi sus ojos, sentí una conexión inmediata entre nosotros. Antes de que me diera cuenta, le estaba calentando una pasta que había cocinado el día anterior. Bradley también es italiano, los dos somos de la costa este, sentimos una sinergia instantánea. Más tarde me preguntó si cantaría con él a dúo una canción titulada “Midnight Special”. Imprimí las notas, me senté al piano y comenzó a tocar. Cuando Bradley empezó a cantar, me detuve inmediatamente; tenía una voz increíble que venía desde el fondo de su alma, del néctar de su ser. Me sentí totalmente inspirada, y entonces supe que era el único actor del mundo que podría interpretar a una estrella del rock. Él creyó totalmente en mí y yo en él, por eso hicimos esta película.
—¿Te sentiste “desnuda” cuando Bradley decidió filmarte sin maquillaje y con tu color de pelo natural?
—Puse toda mi confianza en él. Creo que cuando un artista se mueve de un medio a otro y ha estado gestando una idea por largo tiempo, como sucede con Bradley con esta película, el primer proyecto es una explosión de talento. Pienso que este filme hubiera sido una obra maestra aun sin mi participación. Pero encontré mi fuerza en ser vulnerable y en confiar en él. Nunca pensé en cómo me veía, sino que me enfoqué en interpretar a fondo mi papel.
—Ally, tu personaje, cuenta en una escena de la película que los ejecutivos intentaron cambiar su físico. ¿Te ocurrió algo parecido?
Totalmente. Antes de grabar mi primer video querían que me operara la nariz, pero les dije que no. Estoy orgullosa de ser italiana y me encanta mi nariz italiana. No fue siempre así, pero llegué a amar quien soy. Logré mantener mi autenticidad, he seguido siendo quien soy en mi trabajo y mi carrera. Si me sugerían que me viera sexy, ¡hacía lo opuesto! Siempre intenté desafiar las reglas y los moldes que se usaban para catalogar a las mujeres de la música pop. Y aún no he terminado de hacerlo, me queda un largo camino.
—¿Dónde comenzaste a cantar?
—En muchos lugares interesantes, miles de clubes. Solía presentar tres shows por noche. Recuerdo muy bien el Rockwood Music Hall, en Nueva York, un lugar muy pequeño. Yo no era nadie y me presenté con Lady Starlight en un show llamado Lady Gaga y la Starlight Revue. Yo tocaba el piano y cantaba, y ella me acompañaba en la batería, las dos en bikinis y bailando. La gente nos podía ver desde la calle por la ventana, y aunque en el club cabían apenas unas treinta personas, cientos se apostaron en la vereda a escucharnos. Fue increíble.
—En “A Star Is Born” cantas en un club gay. ¿Es una experiencia autobiográfica?
—No estaría aquí sin el apoyo de mis amigos gays y drags. Fue algo que me tocó mucho cuando leí el guion, porque le había contado a Bradley de mi vida y él incluyó esa escena en la película. Es algo muy especial, le estoy muy agradecida.
—En la película Jack es alcohólico y drogadicto y tú te conviertes en su codependiente. ¿Cómo te preparaste para representar esa relación?
—Usé experiencias de mi propia vida y he investigado mucho la codependencia y el alcoholismo, que son temas muy importantes en la cinta.
—Tu personaje no es ambicioso en sus comienzos. ¿Qué papel juega la ambición en tu vida?
—Creo que la ambición es como un fuego con oxígeno que continuamente sopla en una dirección, haciéndolo crecer y crecer. Sin ambición al principio de mi carrera no estaría donde me encuentro hoy, porque me rechazaron una y otra vez. Te equivocas, te caes, tienes presentaciones de las que estás orgullosa y otras de las que no tanto. Creo que es maravilloso tener ambición, incluso si se refiere a cómo sentirte en lo personal; no tiene que ser siempre acerca de tu carrera. Mi ambición ahora es ayudar a más personas en el mundo. Tengo una plataforma y quiero usarla para hacer el bien, promover la bondad, la compasión, empoderar a los jóvenes, y ayudar a niños con su salud mental en una edad temprana, para prevenir que ocurran tragedias como la que sucede al final de esta película.
La fama
—¿Qué significa para ti ser una estrella?
—En esta película significa ser valiente. Para mí es la valentía del espíritu humano, la compasión, la comprensión; eso es lo que hace a una verdadera estrella. ¿Me siento como una? Existen momentos en que estoy muy consciente de mi estrellato y otros en que me siento un ser humano como cualquier otro. No estoy aquí para ser una estrella, sino para tener una voz, ser auténtica conmigo misma y tener algo que decir que sea bueno para el mundo.
—Señalaste que uno de tus sueños era ser actriz. ¿Cuáles son los otros?
—Tengo sueños de ser madre, de crear una familia, de hacer más películas y más música. Pero estoy muy feliz, no estoy obsesionada con extender mi carrera. Me inspira que alguien creyera en mí y me ofreciera un papel en esta película. Cien personas pueden estar en un lugar y el 99% no creerá en ti. Pero si una de ellas lo hace, tu carrera despega. Estoy totalmente agradecida de estar donde me encuentro.
—Cuando tu sueño se hizo realidad, ¿qué te sorprendió de ti misma?
—Fue muy desafiante. Viajé a profundidades en mi corazón y en mi mente, a lugares que no pensé que existían. Nunca esperé sentirme como vuelta a nacer. Me dan ganas de llorar ahora mismo, estoy tan agradecida… (llora). Perdón, es que estoy tan increíblemente agradecida.
—¿En qué momento sentiste que naciste como estrella?
—Hubo dos momentos. El primero, cuando vivía en el Lower East Side de Nueva York y me reunía con una subcultura de amigos artistas, intercambiando nuestro trabajo. Me sentía como una estrella en mi pequeña calle, Rivington Street, aunque no lo era. Pero la primera vez que verdaderamente me sentí como una estrella fue cuando miré a los ojos de mis fans y me vi reflejada en ellos.
—¿Qué lecciones has aprendido en el camino?
—Lo que contestaría mirando esta película, especialmente el final: es importante que nos cuidemos y nos apoyemos. Es importante proteger a los artistas, sobre todo a los que llegan a ser muy famosos muy rápidamente. Vemos cómo Jack sufre con su adicción y su trauma. Hubo momentos, al comienzo de mi carrera, en que me hubiera gustado que alguien me ayudara psicológicamente a enfrentar el cambio.
Cuando te haces famoso todo cambia, tu vida, ya no eres un ser libre, de muchas maneras perteneces al mundo. Y creo que la salud mental es un tema importante para conversar respecto a esta película. Tengo una fundación llamada Born This Way Foundation, donde nos enfocamos en empoderar a los jóvenes apoyando su bondad, valentía y salud mental. Tenemos que darnos cuenta cuando hay personas sufriendo; a veces ni ellos mismos lo saben, porque es algo muy profundo. Por eso, si ves a alguien sufriendo, adolorido, extiende tu mano, ayúdalo.
—¿Quién te ayudó a ti?
—Recibí ayuda y empatía de personas que me brindaron atención y que validaron mis sentimientos. Muchos dicen que te lo buscaste, que querías ser cantante, una estrella, y ahora estás pagando el precio. Te culpan. No sé cómo explicarlo, pero en mi caso, desde que era muy niña, muy dentro de mí sentí que quería ser cantante y actriz. Es algo muy profundo que viene como de Dios. Por eso es que creo que debemos ser más bondadosos con las personas que viven bajo la luz pública y tratarlas como seres humanos.
—Los premios que has recibido, ¿te han ayudado a eliminar tus dudas?
—No ayudan, pero son un honor tremendo. Recuerdo la primera vez que recibí una llamada avisándome que estaba nominada a tres Grammy. Me puse a llorar, estaba muy emocionada. Pero los premios no borran la inseguridad de un artista; siempre estamos tratando de hacerlo mejor, de hacer un trabajo más honesto, de cavar más profundamente dentro de nuestras almas.