Dicen que del odio al amor solo hay un paso, pero… ¿qué sucede cuando una relación deviene en un día a día en el que el sufrimiento desplaza a la dicha? Los famosos no están libres de ello y aquí hacemos un repaso por las relaciones tóxicas que más han dado que hablar en Hollywood.

Por Redacción COSAS

Johnny Depp y Amber Heard

Hace tiempo que Johnny Depp dejó de ser ese muchachito que enternecía a las damitas de la audiencia como cuando interpretó al noble Gilbert Grape en 1993, tomando un estilo más acorde con el del cínico Jack Sparrow de Piratas del Caribe. Un primer matrimonio a los 20 años con la maquilladora Lori Allison, cinco años mayor que él, fue suficiente para no intentar reincidir en muchos años. Vinieron luego relaciones con Winona Ryder, Jennifer Grey, Juliette Lewis y Kate Moss, para terminar conviviendo con la cantante francesa Vanessa Paradis durante 14 años. A pesar que se les percibía como una pareja sólida, las supuestas infidelidades del actor habrían terminado por desgastar la relación.

Amber Heard en el ojo de la tormenta

En 2015 Depp tomó nuevamente la alternativa y tras un romance de tres años se casó con la actriz Amber Heard. Sin embargo, un año y un mes después, la pareja anunció su separación. En el ambiente flotaban rumores sobre violencia doméstica del actor contra su esposa. Finalmente, ella lo acusó de haberla golpeado debido a su alcoholismo y presentó fotos suyas para probarlo ante un juez. Lo que Heard pretendía, era que se le otorgue a mitad de los bienes de Depp, ya que se habían casado sin acuerdo prenupcial. Cuando prácticamente todos señalaban al actor como culpable, la aparición de unos audios le dieron vuelta al asunto. «Estás gordo y viejo», «eres un inútil», «te comportas como un bebe», «no peleas…», «no puedo prometer que no te volveré a atacar físicamente”, «no te lastimé, solo fue un golpe”, se escucha decir a Amber. Johnny Depp perdió crédito en Hollywood por este problema y ahora sus seguidores han creado el hashtag #JusticiaParaJohnnyDepp. Lo que esperan es que sea ella quien pague una indemnización por haber perjudicado la carrera de su actor favorito.

Parejas tóxicas: Amber Heard / Johhny Depp

 

Madonna y Sean Penn

¿Qué podía salir del choque de personalidades tan explosivas como la de la reina del pop y de este vehemente actor? Defensor de causas perdidas y ferviente activista, la vida personal de Sean Penn, ciertamente, tiene matices muy diferentes. Mientras ella rodaba el videoclip de Material Girl en 1985, el actor se presentó en el estudio de una manera nada elegante. Estaba apasionado con la actriz y quería tener una relación con ella. Penn era en aquellos años un tipo violento, bebedor y sumamente temperamental. Madonna, por su parte, disfrutaba de vivir intensamente. Pero ni siquiera ella sospechaba en lo que se estaba metiendo. Lo que le siguió a la boda que tuvieron en agosto de ese año, fue la terrible confirmación que Penn tenía de matón y pendenciero contra los hombres de prensa y de ser un celoso obsesivo.

Ambos artistas tenían en común ir a contracorriente y desafiar el sistema. Pero en el camino, la curiosidad de Madonna le comenzó a pasar factura. Se comenzó a volver frecuente el que ella se presentara en delegaciones de policía a denunciar maltratos, pero a las pocas horas, ella se retractaba y dejaba todo en cero. Pero el rumor que más contribuyó a hacer crecer la leyenda negra alrededor de su relación, lo fue que él la había amarrado a una silla y la tuvo así cerca de ocho horas. Finalmente, en setiembre de 1989 el divorcio quedó consumado. Penn ganaría en los años siguientes dos premios Oscar y Madonna consolidaría su posición en la industria musical. La separación se llevó consigo la vocación tóxica de ambos.

Madonna y Sean Penn

 

Selena Gomez y Justin Bieber

Los ídolos adolescentes empezaron su relación a insistencia de Scooter Braun, manager de Justin, quién convenció a Mandy Teefey, madre de Selena, para concertar una cita romántica entre ambos. Lo que parecía el marco para una acción de marketeo en favor de dos estrellas teenagers, dio pie a una relación de nueve años. Pero el cuento de hadas alrededor del naciente romance no tardaría en romperse. El muchachito, dos años menor que ella, hizo gala en más de una ocasión de su inmadurez. La primera discusión seria entre ambos tuvo el carácter de rompimiento y llevó a Justin a alquilar el Staples Center de Los Angeles. ¿El fin? Que la pareja pudiera reconciliarse viendo Titanic a solas.  Selena hizo gala de un compromiso absoluto, incluso cuando alguna groupie se presentó alegando que estaba embarazada del chico. Aunque la supuesta paternidad no resultó cierta, Justin si confesó haber sido infiel con la susodicha. Pero su novia lo seguía defendiendo a capa y espada.

Los siguientes años avanzaron entre rompimientos y reconciliaciones en las que el astro pop obtuvo más beneficios que Selena. Incluso, las mismas hermanas Kardashian, amigas íntimas de ella, complotaron para apañar y ocultarle infidelidades de su amado. Tras el destape de tales revelaciones, Kourtney Kardashian tuvo el descaro de salir con Bieber por poco tiempo. Selena intentó rehacer su vida con otros artistas como DJ Zedd y el cantante The Weeknd, pero su sentimiento por Justin era más fuerte y siempre volvía a él. Finalmente, en 2018 la relación terminó. Recién en 2019, la chica se atrevió a calificar lo que vivió: “Fue un asco durante el primer año. Pensé: Solo quiero abrazarme, solo quiero ver algo y olvidar. Pero ahora me siento bien. Ahora me siento increíble».

Selena-Gomez y Justin-Bieber

 

Britney Spears y Kevin Federline

La rubia princesa del pop alcanzó el éxito y la fama a muy temprana edad: 17. Además, tuvo la dicha de hacerse conocida en 1999 con su apariencia de colegiala sexy y de tener de novio a la voz principal de NSYNC: Justin Timberlake. El chico, considerado el nuevo diamante en bruto de la industria musical, se ganó el corazón del público al encarnar al muchacho de buen corazón y nobles sentimientos. Sin embargo, todo terminaría en 2002 y con rumores en el aire de una supuesta infidelidad de la rubia con el coreógrafo Wade Robson. Durante los siguientes años, mientras Timberlake se comprometía más con su carrera solista, Britney parecía más bien perder la brújula.

En octubre de 2004 ello quedaría patente cuando la blonda cantante se casó con Kevin Federline, otro de sus coreógrafos. Entonces, ella declaró que “después de besar a muchos sapos, había encontrado a su príncipe”. Lo cierto es que su flamante esposo no era más que un bailarín discreto que había aprovechado la ocasión para tratar de sacarle réditos económicos a su relación. La pareja tuvo dos hijos, pero el hecho más que unirlos comenzó a sugerir lo contrario. Britney comenzó a ser vista en clubes nocturnos con amigas de juerga como Lindsay Lohan e intoxicada en más de una ocasión. En medio de sus crisis emocionales, en las que su marido no parecía mover un dedo por ayudarla, la rubia llegó a raparse la cabeza y a agredir a los paparazzis que la acosaban. El colofón vino con internamientos en clínicas de desintoxicación y la obtención de Federline de la custodia de sus hijas (y de una buena asignación económica). Cuando el divorcio quedó sellado, fue evidente que el bailarín fue un oportunista que encontró la manera de hacerse de una renta para vivir tranquilo.

Kevin-Federline y Britney-Spears

 

Lindsay Lohan y Egor Tarabasov

Este es otro caso de como una estrella de la factoría Disney experimenta la decadencia. De estrella infantil a ídolo adolescente, Lindsay Lohan tenía el mundo a sus pies con tan solo 21 años. Había protagonizado un puñado de películas que la hacían la niña bonita de Hollywood: Freaky Friday, Mean Girls, Cupido motorizado y Just my Luck. Pero cuando debía dar el salto para convertirse en actriz dramática y afrontar retos mayores, las tentaciones la hicieron colapsar. Entre 2007 y 2013, todo lo que había construido se vino abajo al compás de su excesiva vida nocturna. Fue en seis ocasiones a rehabilitación y entró y salió de la cárcel por robo, conducción en estado de embriaguez y posesión de drogas. En medio de ese panorama en el que su suerte se iba eclipsando, una luz de “esperanza” apareció en su vida.

En 2015, conoció en Grecia al multimillonario y heredero ruso Egor Tarabasov, seis años menor que ella. La pareja vivió un volcánico idilio, pero pronto el ambiente se volvió turbio y confuso. En julio de 2016, dos incidentes darían cuenta de lo tóxica que era la relación entre ambos. El primero ocurrió en el departamento de ella en Londres, cuando Lindsay y Egor tuvieron una discusión tan fuerte que él intentó estrangularla y el hecho quedó registrado en un video de un aficionado. Aunque la Lohan amplió sobre el tema en sus redes sociales, luego se arrepintió y borró todo para proteger a su prometido. Una semana después en la playa griega de Mykonos, ambos forcejearon violentamente por un celular y nuevamente un video los delató. Los planes de boda se cancelaron y la Lohan no se cansó de decir que todo se debía al afán de su ex por la bebida. «Ninguna mujer puede ser golpeada y quedarse con esa persona si esa persona no está preparada para disculparse», dijo entre lágrimas la actriz en aquella ocasión.

Lindsay Lohan y Egor Tarabasov

 

Mariah Carey y Tommy Mottola

Su historia podría parecer el de una Cenicienta. Mariah Carey era una joven y prometedor talento cuando terminó la secundaria, pero ya estaba involucrada en el ambiente de los estudios musicales y era cantante de apoyo de la portorriqueña Brenda K. Starr. Durante una fiesta, tuvo la suerte de conocer al productor Tommy Mottola, a quien le entregó una maqueta que había preparado. Tan impresionado quedó el hombre de negocios, que le ofreció un contrato en Columbia Records y en 1990 la nueva estrella debutaba con el álbum homónimo Mariah Carey. En 1993 la nueva estrella ya se había casado con su descubridor (20 años mayor que ella). Hasta ese momento todo parecía un cuento de hadas. Sin embargo, bastaba con ver los videoclips de la cantante para notar un notable recato en su atuendo a pesar de su espigada y llamativa figura. Y todo tenía una explicación. Mottola en su afán de tener un modelo de mujer, ejercía un severo control sobre ella y su manejo de imagen ante los medios, revestía un celo excesivo.

Tanta fue la presión, que para 1998 el matrimonio ya había colapsado. Ni bien Mariah estuvo lejos del control de su antiguo productor, su imagen sufrió un radical cambio y era evidente que sus nuevos aires, sexis y reveladores, eran un decreto de emancipación. A la luz del tiempo, ella no guarda recuerdos felices de aquellos años. «No tenía libertad como ser humano. Era casi como estar presa». Y es evidente cuanto disfrutó de su libertad posterior, volando con alas propias en la industria musical.

Mariah-Carey y Tommy-Mottola