El lunes 28, el Vaticano confirmo que la votación iniciará en doce días. Hasta la elección de un nuevo pontífice, la Capilla Sixtina permanecerá cerrada al público, pues será el punto de reunión de los cardenales.
Por Redacción COSAS
La Capilla Sixtina cerró sus puertas al público. En este espacio sagrado, los cardenales se reunirán en menos de dos semanas para celebrar el cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años. El sábado, el pontífice fue sepultado tras un multitudinario funeral en la Plaza de San Pedro que congregó a líderes de todo el mundo y a cientos de miles de fieles. Ahora, continúa el tradicional período de nueve días de luto antes de que pueda iniciarse oficialmente el proceso de elección.

El cardenal italiano Giovanni Battista Re, de 91 años, es el decano del Colegio Cardenalicio y organizará el cónclave.
Los preparativos para la elección
Este lunes, la Santa Sede confirmó que el cónclave comenzará el miércoles 7 de mayo, un día más tarde de la primera fecha posible. La decisión, tomada durante la quinta congregación general de los cardenales, refleja la voluntad de prolongar el tiempo de reflexión y debate sobre el futuro de la Iglesia.
Los purpurados dispondrán así de nueve días para continuar sus reuniones y conversaciones antes de ingresar en la Capilla Sixtina. Siguiendo el precedente de los últimos cónclaves, se espera que el proceso de elección dure entre dos y tres días, lo que situaría la elección del nuevo pontífice entre el 8 y el 9 de mayo.
Mientras tanto, la Iglesia avanza con los preparativos. Una de las prioridades es adecuar la Capilla Sixtina para recibir a los cardenales, quienes viajarán hasta el corazón de Roma para participar en un ritual milenario, retratado recientemente en la película «Conclave« de 2024. Entre las tareas más simbólicas figura la instalación de la chimenea donde se quemarán las papeletas de votación, de donde surgirá el humo —negro o blanco— que anunciará al mundo el resultado.
Quienes lograron ingresar a la Capilla el domingo se consideraron afortunados, conscientes de que podría pasar un tiempo antes de que el público pueda volver a admirar esta joya de los Museos Vaticanos. “Nos sentimos muy afortunados de ser el último grupo en entrar hoy”, dijo Sumon Khan, turista estadounidense. “Nuestro viaje no habría estado completo sin ver este lugar tan hermoso”.

El humo blanco anuncia que se ha elegido a un nuevo pontífice.
Los días de votación
Cuando llegue el 7 de mayo, los cardenales ingresarán en procesión a la Capilla Sixtina, entonando la solemne Letanía de los Santos. Allí prestarán juramento de guardar secreto absoluto. Luego, el maestro de ceremonias pronunciará el tradicional “Extra omnes” —“todos fuera”— y las puertas se cerrarán, iniciando así uno de los procesos más reservados de la Iglesia.
Durante el cónclave, el mundo estará atento a las señales que salgan de la chimenea: humo negro, si aún no se ha logrado la mayoría de dos tercios necesaria para elegir papa, o humo blanco y repique de campanas cuando finalmente haya un nuevo pontífice. La elección marcará el rumbo de la Iglesia Católica, que cuenta con más de 1.400 millones de fieles: ¿seguirá la línea reformista de Francisco, centrada en los pobres, los marginados y el cuidado del medio ambiente, o se optará por un perfil más conservador, cercano a figuras como Benedicto XVI?
En su deliberación, los cardenales estarán rodeados de la incomparable belleza de los frescos de Miguel Ángel y otros maestros renacentistas. Destaca, entre ellos, «La Creación de Adán», con la célebre imagen de la mano de Dios transmitiendo la chispa de la vida al primer hombre.
La Capilla Sixtina, construida en el siglo XV bajo el mecenazgo del Papa Sixto IV —de quien toma su nombre—, alcanzó su esplendor artístico gracias a su sucesor, el Papa Julio II, quien encargó a Miguel Ángel la monumental tarea de pintar el techo con escenas del Génesis (1508-1512) y más tarde «El Juicio Final» en una de sus paredes.

«La creación de Adán» fue pintado al rededor de 1511.
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