Te cuento sobre los increíbles beneficios que puedes obtener en tu piel gracias al deporte como hábito en nuestras vidas.
Por Fernanda Boloña
La sociedad está más consciente que nunca sobre el cuidado de la piel y los potenciales daños que se pueden generar si no se le da el cuidado e importancia correcta. Los productos dermatológicos son el principal elemento de cuidado que ofrece el mercado y los medios de comunicación (principalmente las redes sociales) están pendientes de presentar al mercado, casi en tiempo real, las nuevas tendencias de belleza y cuidado de la piel. Cuando se trata del cuidado dermatológico, casi todo – por no decir todo – está pensado a base a productos. No es mi intención hacer una crítica a los productos de la piel, al contrario, me encanta ya que más allá de lucir bien nos estamos priorizando, dándonos un espacio en el día a día para el cuidado personal. No obstante, sí considero importante ampliar nuestro universo de cuidado y entender que el cuidado de la piel y la belleza no se reduce únicamente a la adquisición y uso de productos.
Por ejemplo, una buena rutina de limpieza de la piel siempre requiere el uso de un jabón neutro de rostro que es elemental para purificar y limpiar la piel. Los resultados serán buenos, de eso no hay duda, pero no necesariamente los mejores y es que esa clásica rutina de limpieza podría ser potenciada si incluyes un paso adicional: Hacer deporte habitualmente.
El deporte es vital para nuestra salud y previene enfermedades a largo plazo, pero también es un aliado importantísimo para el cuidado y bienestar de la piel. En mi experiencia, hacer deporte con alguna frecuencia ordenada ha hecho que mi piel luzca más joven, más luminosa y más firme. Definitivamente, esta fue una de las razones que más me motivó a volver el deporte en mi vida un hábito natural y fue algo que me costó tiempo, paciencia y determinación.
Sin más preámbulos, te cuento acá algunos de los beneficios que hacer deporte habitualmente trae a la piel:
“La sudoración producida por el ejercicio ayuda a eliminar las células muertas de la piel creando una exfoliación ligera para permitir una mejor regeneración de la dermis”.
Mejora la oxigenación de la piel
Al ejercitarte, la circulación de la sangre aumenta y mejora la oxigenación del cuerpo y de la piel. De hecho, según la reconocida dermatóloga española Paloma Cornejo, “la piel al hacer ejercicio constante depura de forma más efectiva las toxinas que pueden ser causantes de infecciones cutáneas o de pieles opacas y poco saludables”. El deporte es un muy eficiente método de eliminar más fácil y rápidamente las impurezas de la piel.
Sudoración y detox
Este dato quizás te sorprenderá, pero sí, sudar no es tan feo como parece. La sudoración producida por el ejercicio ayuda a eliminar las células muertas de la dermis creando una exfoliación ligera para permitir una mejor regeneración de la piel. Adicionalmente, este proceso ayuda a destapar los poros y glándulas sebáceas purificando la piel, eliminando el acné y los puntos negros.
Efecto anti-age
Por otro lado, el ejercicio contribuye a dar un aspecto más joven y radiante a la piel. Expertos en la materia comentan que el deporte es ideal para preservar y renovar el colágeno y la elastina, proteínas esenciales que aportan elasticidad y firmeza a la piel, evitando la flacidez u otros signos de envejecimiento como la aparición de arrugas y manchas.
Regula los niveles de insulina
Si bien no es un beneficio directo, es importante tomarlo en cuenta ya que tiene efectos positivos en el cuerpo que se reflejarán en la piel. El ejercicio físico ayuda a regular los niveles de insulina, hormona que si no está controlada puede aumentar el sebo, la aparición del acné hormonal e incluso bultos pequeños en el cuello principalmente conocidos como fibromas blandos.
Mejor calidad de sueño
Por último, es un hecho que hacer deporte favorece a reducir los niveles de estrés y, por lo tanto, ayuda a descansar mejor por las noches. A la vez, tener una mejor calidad de sueño genera que la piel se regenere y desinflame más eficientemente, reparando los daños del día. Esto evitará y/o reducirá, con el tiempo, las famosas “bolsas” y ojeras que tanto odiamos.
Como última nota, por favor, no olvides que es indispensable no dejar de cuidarnos si entrenamos al aire libre aplicándonos protector solar cada tres horas, además de hidratar la piel luego del deporte.
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