La marca italiana que agrupa a los creadores más importantes del diseño y la arquitectura ha llegado al Perú. Su catálogo contiene clásicos que se renuevan y obras contemporáneas que se vuelven trascendentales. Desde su pasado, Cassina dialoga con el futuro de una manera vital.

Por Gonzalo Galarza Cerf

Cassina Meda

El primer catálogo de Cassina, de 1927.

Quien se adentre en la historia del diseño y la arquitectura pronto llegará hasta esta ciudad donde abundan los bosques: Meda. Situada en la Brianza, cerca de Milán, en esta localidad de poco más de veinte mil habitantes nació Cassina en 1927 haciendo uso del material que la rodeaba: la madera de los árboles. Los hermanos Cesare y Umberto Cassina empezaron con una carpintería hasta transformar Meda en la capital del mueble, y su marca, en una firma mundial con un archivo que agrupa a grandes maestros e incorpora a talentosos creadores contemporáneos. Para lograr eso, pasaron décadas. Hoy Cassina luce como “un joven de noventa años”, como dice su directora creativa, la diseñadora española Patricia Urquiola.

Cassina Navali Forniture

Tarjeta postal de los años cincuenta. En aquella época, Cassina era, principalmente, proveedor de piezas de mobiliario para cruceros y hoteles.

Esa vitalidad que tiene la marca la logra al reeditar clásicos y devolverles vigencia. Al resucitar piezas únicas con sutiles cambios que obedecen a los tiempos que corren: mayor conocimiento y posibilidades de ensamblaje, toma de conciencia sobre el uso de materiales y cuidado del medio ambiente y osadía en las apuestas. Obras clásicas de arquitectos que empezaron a vincularse a los hermanos Cassina en 1950. Primero fue el arquitecto Gio Ponti, pero después se sumaron personajes trascendentales: Franco Albini, Le Corbusier, Charles Mackintosh, Charlotte Perriand y Frank Lloyd Wright. A ellos se añadirían nombres más contemporáneos, como Philippe Starck, Konstantin Grcic y Michael Anastassiades.

Superleggera Fiat Milecento

En una imagen de los años cincuenta, el transporte de las sillas Superleggera, de Gio Ponti, en un Fiat Millecento.

“Cassina es sinónimo de diseño e innovación. Todos los grandes diseñadores que rompieron esquemas en el mundo del diseño han trabajado y colaborado con la marca. Por lo tanto, una boutique de diseño como la nuestra no estaba completa hasta que Cassina no formase parte de nuestro catálogo”, señala Romina Cooper Díaz-Ufano, gerente comercial de Casa Design, distribuidora de Cassina en el Perú (Studio Fair es el representante en América Latina).

Wink

Imagen promocional de 1980 de la chaise longue Wink, de Kita Toshiyuki.

Método de trabajo

De sus inicios, vinculados al mobiliario para barcos de crucero, Cassina conserva el taller de carpintería, donde la madera se ensambla sin el uso de un solo clavo. A este se sumaría después el taller de metal, tapicería y desarrollo de piezas y mecanismos. El archivo de la marca comprende cerca de seiscientas piezas, las cuales están siendo estructuradas para que, en palabras de Patricia Urquiola, dialoguen con el futuro. Esa es la labor que emprendió la reconocida diseñadora española desde que arribó a la sede principal en Meda, en 2015. “Hay productos que solo necesitan un poco de atención”, ha dicho sobre su forma de mirar ese privilegiado archivo.

Cassina

Uno de los best sellers mundiales de Cassina: el LC4, la chaise longue diseñada en 1928 por Le Corbusier, Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand. A la derecha, la escultural mesa Accordo de Charlotte Perriand junto a la butaca Feltri de Gaetano Pesce y la estantería Nuvola Rossa de Vico Magistretti. Fotos de DePasquale + Maffini.

De esa atención que le presta Urquiola y su equipo surgen pequeños cambios en las piezas, como renovarles tapicerías, o aligerarlas empleando aluminio. Otras obras, como la librería Veliero, que Franco Albini diseñó en 1940 para su casa, tienen procesos más complejos. Comprados los derechos a los herederos, Cassina se propuso dar vida a una pieza que el propio Albini ya no logró reproducir, pues se desarmaba. Para eso recurrieron a ingenieros navales de la Universidad de Milán. Cuatro años tomó poder levantarla. Hoy el costo de esa pieza supera los veinte mil euros.

Cassina

La silla Zig Zag de Gerrit Rietveld. A la derecha, sillas Capitol Complex Office, la reedición de Cassina que rinde homenaje a Pierre Jeanneret. Foto de DePasquale + Maffini.

Construir una narrativa

A Patricia Urquiola, quien cursó primero su carrera en Madrid para concluirla luego en el Politécnico de Milán, se le reconoce su atención profunda en el producto, las tiendas y la sede principal. Resultado de ello es su proyecto de transformar en museo los almacenes abovedados de la firma. Es una manera de revisar y acercar al público el gran catálogo de la firma, además de construir una narrativa renovada sobre la marca. Realizar un compendio de los noventa años de Cassina no es tarea sencilla. Urquiola apunta a que la marca sea comunicada bajo una misma narrativa, para que sea comprendida tanto por interioristas y arquitectos como por clientes ajenos a esas profesiones.

Lady

La butaca Lady de Marco Zanuso, ícono de los años cincuenta.

“Queremos que todas las tiendas y distribuidores que tenemos trabajen con el mismo lenguaje”, ha señalado la directora creativa. Romina Cooper recuerda que en enero de este año, tras concluirse la más importante Feria Internacional de Mobiliario en Colonia (Alemania), Cassina realizó una cena para algunos de sus distribuidores. El objetivo era tejer una relación más cercana entre los diseñadores y los representantes de la marca a nivel internacional.

The Cassina Perspective

La exhibición “The Cassina Perspective” en el showroom de la marca, durante la Semana de Diseño de Milán de 2019. La curaduría estuvo a cargo de Patricia Urquiola. Foto de Stefano De Monte.

“Fue una cena espectacular, donde el buen estilo de la marca se vio reflejado en todos los aspectos, desde la cena, el local y la compañía. Patricia se tomó el trabajo de conocerme y poder conversar sobre la realidad del diseño en nuestro país. Es una gran conocedora del Perú y aprecia nuestra cultura”, detalla Romina Cooper.

Cassina ha llegado al Perú.

Fotos: cortesía de Cassina
Artículo publicado en la revista CASAS #282