Entre el 4 y el 9 de abril, durante la semana más esperada del año, la ciudad de Milán volvió a reinventarse a sí misma para presentar las nuevas tendencias del mundo del diseño. Presentamos las novedades de una edición sensacional a través de un reportaje que parece decir “más es más”.
Por Laura Alzubide
No hay espectáculo en el mundo que se acerque, ni un ápice, a lo que es la Semana del Diseño de Milán. El último grito de la industria en los stands del Salón Internacional del Mueble. Piezas modernas dispuestas en el interior de los palazzos del siglo XVIII. Las plazas tomadas por asalto: por las instalaciones y por un mar de gente que se toma fotos con ellas. En el distrito industrial de Ventura Lambrate, las propuestas jóvenes y desenfadadas. Las calles del barrio bohemio de Brera, intervenidas por el arte y el diseño. “Diseñar es un juego, y jugar es un diseño”. Esta frase del artista y diseñador italiano Bruno Munari se adapta como un guante a lo que es el evento más importante del mundo.
Con más novedades e instalaciones que nunca, Milán volvió a ser una fiesta. Destacaron la dramática puesta en escena en Ventura Projects de “May I Have Your Attention, Please?”, de Maarten Baas para Lensvelt, y en Spazio Krizia el minimalismo luminoso en “Foundation”, de Formafantasma. COS volvió con una experiencia sensorial –esta vez, con las burbujas de humo de Studio Swine– en “New Spring”. Todas estas exhibiciones fueron premiadas entre las mejores del evento. Pudieron quedarse en el tintero otras propuestas, como las de Dimore Studio en Via Solferino, Luca Nichetto para Salviati en Ventura Centrale, Färg & Blanche en el Teatro Arsenale, y Sigve Knutson en el Hotel Senato. Las opciones se antojan infinitas, ante la variedad de las propuestas del Fuorisalone.
Visiones peruanas
“Este año, el Salón Internacional del Mueble ha estado buenísimo, con muchos cambios y productos nuevos”, explica la diseñadora Ana Vega Soyer, quien viajó a Milán para el evento. “Mis favoritos fueron los lanzamientos de Molteni, el showroom de Cassina en la Fondazione Feltrinelli, las alfombras de Patricia Urquiola para CC-Tapis, el Spazzio Rossana Orlandi, los muebles de Christophe Delcourt para Minotti y el espectacular espacio de Moooi en Tortona. En cambio, lo que más me decepcionó fue el showroom de Moroso en Via Pontaccio”.
En cambio, para el interiorista Roque Saldías, en lo que respecta al salón apenas hubo nada nuevo, salvo algunas propuestas estelares, como las de Flexform, Edra y Missoni. Le gustaron más las presentaciones del Fuorisalone, como la instalación de Tokujin Yoshioka, en Tortona, con las sillas de vidrio de Shiro Kuramata, y las nuevas colecciones de Patricia Urquiola, con su visión del futuro amable y suave y de colores apastelados.
En Ventura Lambrate, también participó un grupo de creadores nacionales bajo el nombre de Perú Design Collective, con la muestra titulada “Design & Craft”. “Nuestro manifiesto conecta el mundo del diseño con el de la artesanía como colectivo, y eso nos permitía destacar como latinoamericanos”, cuenta Mario Alonso Ricci, cofundador del proyecto. “La experiencia fue muy enriquecedora. Intensa en el día a día, puesto que teníamos que atender a muchos interesados de todas partes del mundo en conocer nuestra historia y qué era lo que estábamos presentando y desde tan lejos. Ventura Lambrate nos funcionó muy bien como vitrina de exposición. Hemos hecho contacto con mucha prensa y muchos profesionales, y nuestra idea es ir creciendo en contactos, pensando en nuestra participación del próximo año”.
Artículo publicado en la revista CASAS #246
Fotos: cortesía de las firmas mencionadas.