Con motivo de la ola de violaciones sexuales y violencia hacia la mujer, Stephanie Cayo nos comparte una columna: «La evolución como propósito, la educación como medio» en la que llama a tomar conciencia sobre diversos puntos. «Madres con los niños: Por misericordia, nos ayudarían mucho si dejan de celebrarles sus comportamientos primates, y en cambio refuerzan su tabla de valores para mejorar nuestras posibilidades de estar seguras de caminar por la calle sin que algún chico crea que tiene el derecho de abusar de nosotras de cualquier manera», escribe, entre varias otras opiniones.
Columna de opinión por Stephanie Cayo, actriz.
En ésta pandemia las circunstancias nos han llevado a hacernos preguntas que antes no había tiempo de responder.
Cuando las distracciones desaparecen, cuando estamos encerrados en cuatro paredes y no podemos trabajar para sentirnos útiles, cuando tu país, tu cuidad, el mundo está necesitando solo a “trabajadores esenciales, servicios esenciales”, quedas tú con tu familia, tú con tu pareja, tú contigo mismo. Vemos con claridad nuestros malos hábitos, los pensamientos innecesarios, nuestra necesidad de curiosidad morbosa, el chisme o las noticias, la pareja que elegimos en su forma más cruda, en su esencia pura. Quizás se acabaron los problemas y la mente inmediatamente necesita crearlos ya que sin problemas no hay esfuerzo y por ende no hay satisfacción. Entonces empezamos a elegir de una mejor manera los problemas que queremos tener. Y nacen preguntas más profundas: ¿Cuál es el propósito de nuestra existencia?
Voy a ir directo al grano cortando todo romanticismo de raíz sobre nuestro propósito como ser humano. Evolucionar como seres humanos. No te confundas con tus ideas románticas. Es solo mi punto de vista, como todo lo escrito en ésta columna. No, no es la felicidad absoluta (Dios, qué terrible sería estar solamente en un estado todo el tiempo). Leí hace poco que las emociones podrían estar sobre valoradas. Las reacciones impulsivas o los comportamientos anexados a nuestro pasado primate deberían estar desapareciendo.
Pero no. No tenemos la educación necesaria. Tampoco tenemos los medios necesarios. No hemos evolucionado aún, lo estamos haciendo lentamente, cada vez más lento, incluso no cómo solíamos hacerlo antes. Ahora vamos por el camino artificial, usando menos nuestras manos y apretando más botones.
Nuestra estructura de gobierno sigue valorizando más los negocios que la educación.
La comunicación sigue dirigida al consumismo en vez del reforzamiento de valores esenciales.
La política es mas importante que la familia.
Las tribus le vendieron el alma a la industria.
Con suerte lo veremos cambiar en unos cuantos millones de años. (Si es que tenemos planeta para entonces).
No quiero ser tan pesimista (o realista). La verdad es que nadie quiere serlo últimamente.
Pero me urge decirle a los padres algunas cosas que he venido observando.
¿Qué tal si trabajamos para lo realmente esencial? ¿Qué tal si entendemos que la vida ordinaria no es mala para nada? Que criar en familia y educar bien a tus hijos debería ser una prioridad. Madres, de una cosa me siento agradecida en la vida, y fue tener una madre que me dio su tiempo, su vida para compartirla con la mía. No basta con darle ordenes a los hijos, es necesario dar el ejemplo. Inspirarlos con el ejemplo. Es muy probable que todo lo que estás haciendo, tu pequeño lo va a absorber y lo va a repetir de alguna manera.
Madres con los niños: Por misericordia, nos ayudarían mucho si dejan de celebrarles sus comportamientos primates, y en cambio refuerzan su tabla de valores para mejorar nuestras posibilidades de estar seguras de caminar por la calle sin que algún chico crea que tiene el derecho de abusar de nosotras de cualquier manera.
Creemos individuos pensantes, educados, comunicadores, artistas, creativos, sensibles y respetuosos. De paso, podríamos también enseñarles a trabajar desde pequeños?
¿Será que la comunicación abierta puede eliminar de raíz comportamientos agresivos?
¿Tu pequeño dice mentiras? ¿Sabes cómo aprendió? Con miedo. Te tiene miedo.
Mujeres, el hombre que elijan para ser el padre de sus hijos, va a ser el primer referente de hombre que ellos tendrán. Por los clavos de Cristo, elijan bien.
Padres: Enséñenles a sus hijas a elegir una buena pareja. Denles tanto amor que entiendan hasta los huesos que se merecen un amor igual. Enséñenles a valerse por sí mismas y a trabajar en equipo. Enséñenles a decir con fuerza: NO es NO.
No es difícil tomar decisiones cuando sabes cuáles son tus valores. Lo único que tienen que hacer, padres, es asegurarse que sus hijos tienen esos valores bien puestos.
El movimiento llamado “A mí también me gusta la vida social” podría también convertirse en una campaña para que aprendamos a respetar todos lo que es un NO como respuesta.
¿Existe la posibilidad de enviar a cada casa un manual con instrucciones dónde se les instruya a todos los ciudadanos sobre lo que significa NO es NO?
Por ejemplo:
1: Si te dice que no quiere, es un NO. Respeta.
2: Si te dice que no quiere, es un NO. Respeta.
3: Si te dice que no quiere, es un NO. Respeta.
4: Si te dice que no quiere, es un NO. Respeta.
5: Si te dice que no quiere, es un NO. Respeta.
6: Si te dice que no quiere, es un NO. Respeta.
Repítelo las veces que sea necesario.