Laurel Hubbard, quien se encuentra entre las mejores clasificadas del mundo en su categoría, es la primera atleta transgénero que competirá en Tokio 2020.
Por Arianna Gonzáles
Luego de que el Comité Olímpico Internacional (COI) cambiara sus reglas en 2015 permitiendo a los atletas transgénero competir como mujeres si sus niveles de testosterona están por debajo de cierto umbral, una decisión histórica llegó a Tokio 2020.
La halterófila neozelandesa Laurel Hubbard se convirtió en la primera atleta transgénero seleccionada para competir en unos Juegos Olímpicos.
Las autoridades deportivas de su país confirmaron la mañana del lunes, que integrará el equipo neozelandés pues «cumple todas las condiciones para la participación de los atletas transgénero».
«Reconocemos que la identidad transgénero en el deporte es un tema altamente delicado y complejo que exige un equilibrio entre los derechos humanos y la ecuanimidad en el terreno», manifestó Kereyn Smith, jefa del Comité Olímpico de Nueva Zelanda.
«Agradecida y honrada»
La decisión ha causado controversia, pero también mucho respaldo por quienes abogan por una mayor inclusión en los Juegos Olímpicos.
Ante ello, Laurel se ha mostrado muy agradecida por la oportunidad que se le brinda de representar a su país en una competencia tan importante.
«Estoy agradecida y honrada por la amabilidad y el apoyo que me han brindado tantos neozelandeses. Cuando me rompí el brazo en los Juegos de la Commonwealth hace tres años, me informaron que mi carrera deportiva probablemente había llegado a su fin. Pero su apoyo y su aliento me llevaron a través de la oscuridad», dijo Hubbard en el comunicado.
Una vida dedicada al deporte
Antes de declararse transgénero, en el 2013, Hubbard participó en diversas competencias de levantamiento de pesas masculinas.
Sin embargo, desde 2015 y con el nuevo reglamento del Comité Olímpico Internacional, ella ha sido elegible para competir en los Juegos Olímpicos, lo cual no ha estado exento de críticas.
Todas ellas responden a las ventajas biológicas que este traería consigo atravesar la pubertad como hombre, lo que le daría cierta ventaja frente a las competidoras nacidas como mujeres.
En 2018, la federación de halterofilia de Australia trató de impedirle competir en los Juegos de la Commonwealth en Gold Coast, pero los organizadores rechazaron la medida.
Meses después de que Hubbard se clasificara con éxito a la competencia, la levantadora de pesas belga Anna Vanbellinghen le dijo a un sitio web de noticias de los Juegos Olímpicos que la situación era «injusta».
Tokio 2020 es la oportunidad que Hubbard ha estado esperando para mostrar sus habilidades al mundo, tras estar fuera de competición durante tres años, luego de su lesión en los Juegos de la Commonwealth de 2018.
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