¿Qué programas educativos están eligiendo los centennials? Carreras tradicionales como Administración, Derecho y Psicología siguen siendo las
predilectas, sin embargo, un nuevo grupo de profesiones ha irrumpido en
los últimos años a raíz de la urgencia pospandémica de la digitalización.
¿Cuál es el top 10 de las nuevas carreras en el Perú?
Por Kike La Hoz
Una vez más, el mundo ha empezado a cambiar. La acelerada digitalización de los procesos, espoleada aún más por la pandemia, ha traído como consecuencia que dos campos en específico tengan que adaptarse a los nuevos tiempos: el mercado laboral y la educación superior. La revolución está en curso. En medio de esta transformación, los centennials, nacidos entre 1997 y 2010, tienen el desafío de elegir la profesión adecuada para enfrentar un mundo cada vez más exigente, global y competitivo. Pero la tarea no es para nada sencilla. En el Perú, la oferta de programas educativos ha aumentado en más de un 20% en tan solo cinco años. La multiplicidad de opciones responde a los cambios estimulados por el mercado, pero sobre todo a las nuevas necesidades de una sociedad más demandante. Carreras como Ingeniería en Ciberseguridad, Ciencias de la Computación e Ingeniería Biomédica eran inexistentes hasta hace menos de diez años, pero ahora están bajo los reflectores.
El aumento de las carreras, así como el desarrollo de la educación virtual en favor de modalidades de enseñanza cada vez más flexibles (semipresencial y remota), han generado que la población estudiantil crezca en un 21% entre los semestres 2020-1 y 2022-2: de 1’015.948 a 1’230,230 estudiantes, según cifras oficiales de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). En el grupo de las noventa y dos universidades licenciadas, tras el proceso de licenciamiento finalizado en 2020, el mayor crecimiento se puede advertir en el apartado de las universidades privadas: su población estudiantil se incrementó en un 38% (de 676.099 a 933.363 alumnos matriculados). En cambio, las universidades públicas vieron reducida su población en un 12% (de 339.849 a 296.867). Para Justo Zaragoza, director de Grupo Educación al Futuro, esto se debe a la mejor gestión académica de la oferta privada: “Hay que destacar que la creación de nuevas carreras tiene que ver con el dinamismo del mercado laboral y la pronta adaptabilidad y respuesta de las universidades e institutos. Lamentablemente, en el sector público, que permanece en crisis e inestabilidad, esto es más difícil, y solo se da excepcionalmente. De ahí la enorme contribución de las instituciones privadas en este nuevo entorno”.
Las Nuevas Carreras Más Deseadas
La propia realidad ha empezado a cincelar las flamantes profesiones de la actualidad. A raíz de la pandemia, el comercio electrónico (e-commerce) se volvió una obligación para la mayoría de empresas: las transacciones a distancia pasaron a ser la regla. Eso trajo consigo la necesidad de almacenar ingentes cantidades de registros en el mundo virtual. Los servicios de cloud y el manejo de bases de datos (big data) hicieron perentoria la aparición de especialistas en estos campos, así como en los relacionados con la ciberseguridad, para evitar hackeos o filtraciones de información valiosa.
“ Todo esto está llevando a que, cada vez más, entre a tallar un ejército de profesionales especializados. Por eso las universidades y los institutos se han dado cuenta de que deben ampliar su lista de programas. En estos momentos, muchas de las casas de estudios están armando las currículas para estas nuevas carreras. Pero aunque la ofer ta se ha ampliado, el mercado muchas veces va más rápido”, aclara Zaragoza
El interés de los centennials, influido por la digitalización y la tecnología, se empieza a orientar hacia este nuevo grupo de profesiones. El caso más llamativo es el de Ingeniería de Sistemas, una carrera con algunas décadas encima, pero que ha visto un crecimiento not able en los últimos tres años: solo en el grupo de las universidades privadas, el número de matriculados aumentó en un 76,8% (de 27.553 estudiantes a 48.722).
“Debe ser la carrera que más ha crecido, sobre todo a partir de la creación de nuevos programas que se desprenden de la Ingeniería de Sistemas como tal”, explica Zaragoza.
Basta echar un vistazo para confirmar este nuevo panorama. Los programas son variados y tienen la intención de cubrir los diversos requerimientos del mercado: Ingeniería de Sistemas e Informática, Ciencias de la Información, Ingeniería de Software, Ingeniería de Sistemas de Información, Ciencia de Datos, Ingeniería de la Información, Ingeniería Informática, Ingeniería de Sistemas y Computación, Ingeniería de Sistemas Computacionales, e Ingeniería de Seguridad y Auditoría Informática. En este campo de la aplicación de las ciencias exactas, la segunda carrera nueva con más crecimiento entre las universidades privadas es la de Ingeniería Mecatrónica, con un aumento de matriculados del 39% (de 5662 a 7879 alumnos).
En cambio, en el sector público se ha registrado un descenso del 15% (de 3849 a 3234 alumnos). Algo similar ha ocurrido con el programa de Ciencias de la Computación, que con diferentes nombres apenas se imparte en seis universidades privadas en todo el país desde 2008: los matriculados se incrementaron en un 37,6% (de 2665 a 3669 alumnos), mientras que en el sector público el número de inscritos se redujo en un 22,8% (de 1126 a 869). A la luz de los datos, la oferta privada ha pasado a ser más tentadora para los peruanos. De igual modo, en el grupo de Electrónica y Automatización, con carreras como Ingeniería Electrónica y de Telecomunicaciones, Ingeniería Electrónica e Ingeniería Automotriz, el crecimiento en el porcentaje de los matriculados en universidades del sector privado contrasta con la reducció ocurrida en su contraparte pública: +22% (de 3672 a 4490) frente a -14% (de 5809 a 4942). La balanza comienza a emparejarse.
“Estas no son solo tendencias del Perú, son tendencias a nivel mundial. Por lo tanto, debemos tener un enfoque global en la enseñanza de las carreras tecnológicas: es decir, incluir inglés y otras habilidades blandas en la formación de los estudiantes”, explica Zaragoza.
La novedosa oferta en salud
Así como en el campo de la aplicación de las ciencias exactas, en el aso de las ciencias médicas merece destacarse la consolidación de nuevos programas, mucho más especializados. A partir de las exigencias de la pandemia, han tenido una buena recepción entre los jóvenes estudiantes. El ejemplo más concreto es el de la carrera de Tecnología de Diagnóstico y Tratamiento Médico, que tuvo un crecimiento de matriculados del 79% (de 2481 a 4442, alumnos) en el apartado de las universidades privadas; mientras que en el sector público apenas tuvo un incremento del 18,8% (de 1511 a 1796).
Otro caso para resaltar es el de la carrera de Ingeniería Biomédica, creada en el Perú en 2016 y que actualmente se imparte en cuatro universidades privadas y una pública. El crecimiento de matriculados entre los semestres de 2020-1 y 2022-2, según cifras de Sunedu, ha sido de 77,4% (de 1140 a 2023 alumnos) en el caso del sector educativo privado, y de 187% en lo concerniente al sector público (de 66 a 190). También se debe incluir en este grupo a la carrera de Terapia y Rehabilitación, con menos de dos décadas en el mercado, pero que en los últimos años ha tenido un aumento sorprendente de matriculados sobre todo en universidades privadas: 40% de incremento (de 4035 a 5668 alumnos), en comparación con la caída del 8% en el sector público (de 244 a 224).
Por último, un caso especial es el de Ingeniería Ambiental. Si bien cuenta con una tradición de décadas, en los últimos diez años ha tenido un crecimiento exponencial en el número de matrículas y en la oferta universitaria: veintiséis universidades públicas y diecinueve universidades privadas ya ofrecen este programa. La pandemia terminó de visibilizar la necesidad de un enfoque sostenible en las actividades humanas. Entre 2020-1 y 2022-2, la carrera en el sector educativo privado tuvo un aumento de inscritos en un 10,7% (de 13.310 a 14.746 alumnos), mientras que el sector público se redujo un 7,8% (de 9985 a 9201).
Carreras que no pasan de moda
En el grupo de carreras que han tenido un segundo impulso en los últimos años, sobresalen visiblemente las vinculadas al marketing. Los programas son diversos y muy acordes con los requerimientos de un modelo económico mundial centrado en el consumo: Administración y Marketing, Marketing y Dirección de Empresas, Marketing y Administración, Marketing e Innovación, Comunicaciones de Marketing, Marketing y Gestión Comercial, Comunicación y Marketing, Marketing y Negocios Internacionales, Marketing Global y Administración Comercial, y Administración de Negocios y Marketing.
La mayor oferta educativa de este grupo de programas se encuentra en las universidades privadas, que concentran a más del 95% de la población estudiantil. Además, entre los semestres de 2020-1 y 2022-2, el crecimiento de los matriculados fue del 39,6% (de 18.563 a 25.922 alumnos), en contraste con el 12% del sector público (de 394 a 443). Otro caso emblemático es el de Enfermería. Solo en las universidades privadas ha tenido un aumento inédito de la matrícula de un 113% (de 16.046 a 34.307 alumnos) en el periodo analizado. En el sector público, en cambio, la población se redujo en 6,7% (de 9576 a 8929). Algo similar, aunque en menor proporción, se produjo en lo que respecta a la carrera de Psicología: el incremento en un 65% de los matriculados en las universidades privadas (de 55.508 a 92.091 alumnos) difiere de lo registrado en las facultades públicas, donde la población de 5227 inscritos se mantuvo inalterable. En ambos casos, la pandemia y sus consecuencias en la salud física y mental tuvieron mucho que ver.
“Ingeniería de Sistemas debe ser la carrera que más ha crecido, sobre todo a partir de la creación de nuevos programas que se desprenden del programa original”, explica Justo Zaragoza, director de Grupo Educación al Futuro.
La elección nunca es sencilla
A más alternativas posibles, la elección siempre será más compleja. Pero eso no es todo. Para Antonio Henderson, psicólogo y director de Libera, un centro terapéutico que brinda orientación vocacional, el panorama actual –marcado aún por los estragos económicos y sociales que dejó la pandemia– repercute en los adolescentes que ya empiezan a sentir la presión de escoger un programa educativo.
“Todo esto ha llevado a un mal manejo de la frustración. Como resultado de la ansiedad y la depresión, se genera un nudo no muy positivo a nivel emocional que repercute en el tema vocacional”, explica.
Según cifras de Grupo Educación al Futuro, ocho de diez escolares peruanos, antes de empezar el quinto grado de secundaria, no tienen definido qué carrera estudiar. Y esto genera luego que tres de cada diez universitarios abandonen sus estudios, mientras que otros dos se cambian de carrera en el camino. De los cinco que llegan a terminar los estudios, solo dos señalan que volverían a estudiar lo mismo.
“El costo de elegir una carrera de manera apresurada puede ser alto, lo que se traduce en deserción, cambio, retraso, frustración y sobrecosto económico para los padres. El sistema educativomperuano, lamentablemente, contribuye a este hecho. La secundaria aquí es de solo cinco años en lugar de seis, como ocurre en muchos países, por lo que un buen porcentaje de jóvenes concluye sus estudios con solo 16 años, algunos incluso a los 15, y deben decidir qué carrera seguir sin la madurez necesaria”, afirma Zaragoza.
Desde su punto de vista, el primer paso que deben tomar los egresados del colegio es apoyarse en la orientación de psicólogos especializados en el área vocacional. En segundo lugar, detectar los temas de su interés y conocer todas las opciones de estudios en esa línea, tanto técnicas como profesionales.
“No deben hacerlo sobre un pequeño grupo de carreras tradicionales ni a partir de la influencia de familiares o amigos, sino sobre la base de buena información”, explica.
Una vez cumplido esto, el tercer paso es evaluar las carreras con futuro laboral que más se aproximen a su interés.
“Los estudiantes requieren de información de lo que está ocurriendo en el mercado”, afirma Zaragoza, quien recuerda que los padres deben cumplir un rol de colaboradores más que de orientadores, porque en muchos casos “no están al tanto de las nuevas tendencias”.
¿Es necesario empezar la universidad ni bien se acaba el colegio? Ambos especialistas consultados recomiendan que solo aquellos que tengan definido al 100% el programa elegido den el siguiente paso. “A veces el estudiante se guía solo por el título de una carrera y no necesariamente por lo que va a estudiar. Es importante revisar el programa, las posibilidades de prácticas y la demanda laboral a partir del prestigio de la universidad”, asegura Henderson.
En caso de que la duda no se disipe, es mejor tomarse algunos meses para estudiar un curso corto, desarrollar un hobby o incluso viajar. Según Zaragoza, resulta más saludable y estratégico dedicar un poco más de tiempo a cuestionar las alternativas elegidas antes de tomar la última palabra. Lo que él llama “la crisis” es ese periodo que antes los egresados debían afrontar entre el colegio y los estudios superiores, y que ahora ha sido suprimido por el ingreso anticipado a la universidad.
“Muchos de los chicos no han pasado por esa crisis que te obliga a buscar tu camino. Pero esa crisis llega, y puede llegar en el primero, segundo o hasta en el tercer ciclo, y por eso se ven cambios masivos de carreras dentro de la universidad”, refiere.
El principal consejo seguirá siendo el mismo de siempre: tomar una decisión a partir de información verificada y actualizada. Eso incluye, por ejemplo, saber cuáles son los nuevos programas habilitados en algunas universidades para 2024. Una pista: Ingeniería de Ciberseguridad, Administración y Ciencia de Datos para Negocios e Ingeniería de Inteligencia Artificial serán tres de las carreras del futuro. Es momento de elegir.
Proyección Académica Internacional en la Universidad de Lima
La alternativa de un segundo grado internacional de bachiller ofrece más de un beneficio: complementar el perfil profesional con el plan de estudios de una prestigiosa universidad extranjera, obtener una red de contactos globales e incrementar las opciones de inserción laboral en los mercados locales y extranjeros. Los alumnos de la Universidad de Lima pueden acceder a todo esto y más gracias a sus convenios con los mejores centros de educación superior del mundo, como el convenio con la Universidad de Londres (Inglaterra), que brinda la oportunidad a los alumnos de todas las carreras de la Ulima de lograr un segundo grado como Bachelor of Science in Business Administration.
La Escuela Superior de Comercio de Clermont (Francia) reconoce al egresado Ulima como Bachelor in International Management, y la Universidad de Queensland (Australia) brinda a los alumnos grados en Business Management y otros rubros. Estos programas están dirigidos a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas.
Los alumnos de Psicología de la Ulima tienen la opción de estudiar en la Universidad Abat Oliba CEU (España), mientras que sus pares de Arquitectura y de Ingeniería de Sistemas pueden fortalecer su perfil educativo en la IE University y en la Universidad de Huelva (también de España), respectivamente. Además, destacan los más de ciento cincuenta convenios internacionales para que los alumnos de todas las carreras accedan a programas de intercambio estudiantil en renombradas universidades, como la SapienzaUniversità di Roma, la Universidad Bocconi (Italia), la de Turku (Finlandia), la de Quebec en Montreal (Canadá), la Katholieke Universiteit Leuven (Bélgica), entre otras.
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