Uno de los éxitos televisivos más grandes de los últimos tiempos regresa a la pantalla renovado. “Torbellino, 20 años después” retoma las historias de los protagonistas de la serie de los años noventa y las mezcla con las de nuevas y jóvenes figuras. Conversamos con los principales actores que originaron el furor que fue “Torbellino” y con los responsables de continuar el legado.

Por Vania Dale Alvarado // Fotos de Javier Falcón

En la historia de “Torbellino, 20 años después”, hay varios paralelos con la realidad: no solo los actores, en su mayoría, encuentran un gran parecido entre ellos y los personajes que interpretan, sino que la premisa sobre la que se desarrolla el conflicto principal de la serie ha ocurrido también –aunque en menor dimensión– en la vida real. Marcos Vilcapoma, el personaje interpretado por Deyvis Orosco, se propone volver a juntar a la agrupación, pero esto no será tan sencillo. Aunque, ciertamente, Lucho Llosa –creador de la serie original– no la tuvo tan difícil como Marcos, ya que casi todos los actores estuvieron dispuestos a ser parte de este reencuentro, las complicaciones propias de reunir a un elenco de actores con vidas y trayectorias tan diferentes hicieron pensar a cualquiera que una propuesta como la que estamos a punto de ver en pantalla no terminaría de cuajar.

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Luis Llosa, director de la serie, es un destacado realizador y productor de cine que ha trabajado para Hollywood.

“Ha habido muchos intentos por juntarnos, pero nunca se concretaron por distintas razones, por temas de horarios o disponibilidad”, explica Marco Zunino. “Se habló de la posibilidad de una película más que de una serie”, comenta Lucho Llosa. “Pero eso quedó postergado, hasta que surgió esta propuesta de Latina, que me pareció atractiva”. El gancho que finalmente convenció a los actores de sumarse a este nuevo proyecto fue, en el caso de muchos, la oportunidad de contar la continuación de la historia que fascinó a millones de peruanos en los años noventa. “Al comienzo, la pensé, porque cuando Lucho me llamó, lo primero que me vino a la mente fue: ‘¡No me quiero poner ese vestuario naranja!’”, cuenta Daniela Sarfati entre risas. “Pero luego me explicó la historia, que contaba qué es lo que había pasado con los personajes originales después de veinte años. Ahí dije: ‘Qué paja’, porque siempre que uno termina de ver una película, por ejemplo, se pregunta qué pasará con los personajes, y ahora vamos a tener la oportunidad de descubrirlo”.

Para muchos, este reencuentro marca también su regreso a la televisión y, para otros, los más nuevos, su debut. Como sea, la serie se trata de nuevos comienzos. Hay algo en lo que todos coinciden: “Torbellino, 20 años después” es una nueva opción de entretenimiento sano, una oportunidad para reunir a la familia alrededor de una misma historia y –por qué no– una misma mesa, como en las épocas más gloriosas de la televisión peruana.

GENERACIÓN ACTUAL

Aunque los nuevos actores reconocen que la valla de la novela original está alta, confían en la fórmula de esta nueva producción. “Soy especialista en pasar vallas altas”, dice Deyvis Orosco en referencia a su pasado personal. “Yo comencé hace diez años siendo ‘el hijo de’ o ‘el nuevo cantante de’; sin embargo, tenía claro lo que quería en la vida. Y diez años después, puedo decir que lo conseguí”, agrega el intérprete de Marcos, un joven que llega a la capital huyendo del terrorismo y hace su fortuna en Lima. “Hoy grabamos la escena en que le digo a Patricia (Fiorella Cayo) que sería buena idea que se juntara Torbellino, y ella me responde que eso es casi imposible, porque cada uno ha hecho su vida. Entonces, le digo lo que Deyvis le diría: que la vida me ha enseñado que no hay nada imposible”.

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En “Torbellino, 20 años después”, Deyvis Orosco, en el papel de Marcos, buscará conquistar a Patricia Campoverde (Fiorella Cayo), su amor platónico de toda la vida.

Entre ambos, Deyvis Orosco y Fiorella Cayo, se generará una divertida interacción, porque el personaje de Orosco buscará enamorar a quien fuera el amor platónico de su vida, la entrañable Patty; pero Miriam, mano derecha de Marcos, interpretada por Jazmín Pinedo, querrá apoderarse de la fortuna del empresario, pues también la considera suya. “¡No es amor al chancho, sino al chicharrón!”, bromea Jazmín Pinedo sobre su personaje y sus sentimientos por Marcos. “Poco a poco me va saliendo esta vena malvada, porque como yo siempre estuve ahí para este chico, lo aconsejé y lo ayudé a crecer, siento que lo suyo debería ser mío también. Entonces, mi meta es quitarle todo”, cuenta, en primera persona, totalmente compenetrada con su personaje, por el cual decidió dejar la conducción de su programa “Espectáculos”. “Este año, para mí era imposible estar al frente del programa en la mañana y grabar en la tarde y en la noche. Tengo una gorda que tiene dos años y que la próxima semana empieza el nido, entonces, estaba preocupada porque el horario que tenía en ‘Espectáculos’ es bien fuerte; por eso, cuando el año pasado me propusieron hacer ‘Torbellino’, dije: ‘Todo pasa por algo’. ¡Y la verdad es que me cayó del cielo! Se acomoda mucho más al estilo de vida de mamá que tengo ahora. Además, aunque ‘Espectáculos’ me hizo aprender muchísimo, siento que llegué como a un tope en el programa, por eso decidí dar un paso al costado. Yo soy intensa, soy workaholic, me gusta siempre hacer cosas distintas e ir aprendiendo, pero, sobre todo, me gustan los retos”.

LOS NUEVOS TALENTOS DE AMADEUS

Los actores para quienes –al igual que Jazmín– “Torbellino” marca su debut en un papel protagónico en la televisión son Doris Fundichely, Estefanía Cox, Franco Pennano y Sebastián Llosa.

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Sebastián Llosa, hijo del director de la serie y sobrino de Mario Vargas Llosa, estudió Economía en Yale, pero decidió dedicarse a su verdadera pasión: la música.

“Me siento emocionada. Y a mí me cuesta emocionarme por cosas, porque lo único que hago es trabajar y trabajar, desarrollar y desarrollar, y creo que este es un buen momento para detenerme. Lo que me gusta de esta oportunidad es que se relaciona con mis otros aspectos como artista, porque pinto murales, hago rap, beatbox, bailo. Agradezco que mi personaje tenga algunos aspectos que yo trabajo profesionalmente, porque es bonito poder enriquecerlo, aparecer en pantalla pintando un mural y que no sea otra persona la que lo pinte y yo salga haciendo la finta”, relata Estefanía Cox, cuyo personaje en la serie, Nadia (quien no estudia en Amadeus, pero es hermana de una chica que sí), ha sido claramente inspirado por ella. “Ella es similar a mí en varios aspectos y eso me parece chévere, porque puedo entenderme a mí misma, interiorizar y observarme”, reflexiona.

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Estefanía Cox ha participado en producciones nacionales como “Al fondo hay sitio” y “Cumbia Pop”, pero este es su primer protagónico.

Otro de estos casos en que la ficción se asemeja a la realidad es el de Daniela (Doris Fundichely), la hija de Daniela Sarfati y Gabriel Calvo en la pantalla. “Mi personaje se parece bastante a mí. Daniela es una chica correctita, a la que le gusta que las cosas estén bien hechas, no le gusta que hagan chacota ni bromas. Ama a sus papás, los admira mucho a ellos y a su trayectoria. Están separados, pero ella sueña con que se vuelvan a juntar. Es fan de Torbellino”, alcanza a decir justo antes de recibir una llamada de sus papás en la vida real, Orlando Fundichely y Kariva Rivera. “Mis papás son felices porque saben que yo estoy feliz. Así esté cantando, actuando, bailando; así esté cocinando o lo que sea que esté haciendo. Si me ven feliz, ellos también están felices”, dice, y ya no sé si habla como Daniela o como Doris.

Uno de los personajes con el que interactúa la dulce Daniela es Diego, a quien da vida Franco Pennano, que, al igual que Doris, es uno de los más jóvenes del elenco. Con solo veinte años –coincidentemente–, el actor confiesa que la idea de hacer “Torbellino, 20 años después” le ha quitado el sueño. Literalmente. “Estoy tremendamente agradecido con este proyecto. Cuando me dijeron que había sido seleccionado, no podía dormir por la emoción… ¡Tenía pesadillas con Lucho Llosa!”, dice entre risas.

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Tanto Sebastián Llosa como Doris Fundichely y Franco Pennano pertenecen a familias ligadas al mundo de la televisión.

LA FAMILIA IGUANA

“Hay un reto que siempre me ha interesado: descubrir nuevos talentos”, dice el consagrado director de la serie. “Tanto Iguana como yo, a título personal, hemos tenido que ver con el lanzamiento de muchas personas, que, hoy día, para satisfacción mía, son actores, actrices y técnicos ya establecidos y consagrados”.

“Para mí, hacer ‘Torbellino, 20 años después’ no solamente representa el regreso del grupo, sino el regreso de Iguana, y yo por la productora siento un gran cariño y respeto, porque con ella nacimos mis hermanas y yo, y muchos otros talentos”, comenta Fiorella Cayo. “¡Después de Iguana, nunca nadie ha vuelto a hacer 40 puntos de rating en novelas!”.

Una de las características de Iguana Producciones siempre fue el trabajo en familia. Si bien Lucho Llosa estaba a cargo de la dirección, Roxana Valdivieso, su esposa, compuso varias de las canciones principales de los éxitos televisivos de la productora. Así, entre cámaras de televisión y claquetas, crecieron sus hijos Mateo y Sebastián Llosa, quienes ahora participan –uno frente a la pantalla y, el otro, detrás de cámara– en “Torbellino, 20 años después”.

“‘Torbellino’ se grababa en un sitio que se llamaba la Casa Dasso. Ahí, mi hermano y yo íbamos a jugar fútbol, y los actores nos callaban entre toma y toma”, rememora Sebastián Llosa, quien en la época en que se grababa la serie apenas bordeaba los cinco años.

Esta sinergia familiar vuelve a ocurrir, naturalmente, en esta continuación del clásico de los noventa. “Como familia, mis papás no solo nos apoyan mucho en lo que hacemos, sino que siempre nos han pedido ayuda en sus cosas a Mateo y a mí; entonces, este proyecto es, de alguna manera, la culminación de una dinámica que siempre ha existido”, reconoce Sebastián. No solo tiene uno de los papeles protagónicos (el de profesor de Orientación Vocacional de la academia Amadeus), sino que está haciendo la música de la serie.

HURACÁN DE PASIONES

Bárbara Cayo también acaba de componer una canción para “Torbellino, 20 años después”. “Se la mostré a Lucho y le encantó”, cuenta, emocionada. “La vamos a grabar. Es una nueva canción que me parece que va a tener una respuesta buena… Ojalá. Se llama ‘Pierde cuidado’. La idea es que sea un ‘Solamente tú’ moderno”.

“Cuando empezamos con ‘Torbellino’, recuerdo que Lucho (Llosa) no estaba muy seguro de hacer un grupo musical fuera de la serie, y yo lo perseguía por toda la Casa Dasso para hacerle escuchar ‘Solamente tú’, hasta que, en una escena en que yo tenía que cantar, canté esa canción, mientras Santiago Maguill hacía la finta de que tocaba el piano.

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Jazmín Pinedo renunció a la conducción de “Espectáculos” para dedicarse de lleno a su interpretación de Miriam, la gerenta general del emporio del joven empresario Marcos Vilcapoma.

Es ahí cuando Lucho me escucha, se interesa por el tema y contrata a un productor para que lo trabaje”, cuenta la actriz sobre el origen de uno de los temas más recordados del pop peruano, que marcó el inicio de un éxito que traspasó la pantalla.

El colegio Roosevelt fue el escenario de la primera presentación de Torbellino como agrupación musical, un hito que varios de los actores relatan con un brillo especial en los ojos. “Recuerdo que estaba más nervioso que perro en camión sin baranda”, bromea Gabriel Calvo. “En el bus camino al Roosevelt, Bárbara (Cayo) nos contó que estaba embarazada. Ese concierto fue nuestro primer contacto real con la gente, y el feedback fue increíble. Recuerdo que ese día llegué a mi casa y no podía dormir, estaba con la adrenalina al tope, totalmente sobreexcitado”.

“Ese, nuestro primer concierto, fue con micrófonos con cable, así que no podíamos movernos mucho”, relata Érika Villalobos. “Lo que nos marcó a todos ese día fue el momento después de terminado el concierto, cuando nos fuimos de ahí. Nos subimos al bus y la gente comenzó a correr detrás como loca. Esa fue nuestra primera señal de que Torbellino se iba a convertir en un boom”.

Ese boom del que habla Érika Villalobos recorrió todo el Perú y buena parte de Latinoamérica. El grupo sumó cientos de miles de fanáticos en países como Ecuador y Colombia (donde sintonizaban la serie a través de la señal de la “Perubólica”). “Terminábamos con la ropa mojada después de cada concierto, cantábamos en el suelo”, recuerda Fiorella Cayo. “Nos íbamos por todo el país cantando y bailando”, añade Bárbara. “Recuerdo mucho Guayaquil. En Ecuador nos trataban como unas estrellas. Yo no tenía idea de eso, porque acá en el Perú íbamos en una van, con seguridad, ¡pero allá nos recibieron con cinco patrulleros y tres motos! ¡Nos escoltaban!”.

“El concierto de Guayaquil fue increíble, porque nosotros fuimos a cantar ahí en pleno conflicto del Perú con Ecuador”, revive Gabriel Calvo. “Teníamos cierto temor de que nos trataran mal, pero fue todo lo contrario. Nos presentábamos en un sitio en el que se había realizado el concierto de reencuentro de Menudo, la semana anterior. El show había congregado a ocho mil personas; entonces, nosotros pensábamos que meteríamos a unas 2500. Resulta que el día en que llegó el concierto, el sitio estaba lleno de cabo a rabo y había más de veinte mil personas. Yo estaba tan emocionado que cometí una burrada: en pleno conflicto entre el Perú y Ecuador, grité eufórico sobre el escenario: ‘¡Guayaquil es nuestro!’”, ríe, un poco avergonzado.

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NOSTALGIA QUE UNE

A pesar de sus distintas personalidades y de los diferentes rumbos que han tomado sus carreras, si de “Torbellino” se trata, Fiorella y Bárbara Cayo, Marco Zunino, Érika Villalobos, Daniela Sarfati y Gabriel Calvo no dudan. “Lo único que podía hacer que yo regresara a la televisión es ‘Torbellino’”, confiesa Gabriel, mientras que Érika dice que “esa nostalgia hace que todos estemos aquí; independientemente de que algunos estén más interesados en hacer televisión que otros, todos estamos alineados. La nostalgia de ‘Torbellino’ nos une”.

Marco Zunino confiesa que, para él, “Torbellino” fue algo que supo valorar con el tiempo. “En mi carrera, he tenido la suerte de estar en proyectos icónicos de la historia de la televisión nacional; pero, en ese momento, era muy joven. Yo tenía diecinueve años y estaba pensando más en desarrollar mi carrera, en salir, hacer cosas; por eso, cuando me llamaron de otro canal con una superoferta, me fui en una. No estaba tan enfocado. Fue divertido, una experiencia muy linda, y creo que creció con el tiempo. De repente, años después, empecé a ver que el público le tenía este cariño tan especial al grupo”.

Si bien la nostalgia es el factor clave de este reencuentro, Lucho Llosa rescata dos elementos que le van a dar un plus a la historia: la novedad y la reinvención. “Creo que ‘Torbellino, 20 años después’ es un vehículo para mostrar algo que a mí me interesa mucho en la vida, que es ver cómo la gente se reinventa. En este caso, me estoy reinventando yo –que estoy volviendo a la televisión– y se está reinventando el grupo Torbellino. Esta serie, más que un remake –que no me habría interesado tanto–, representa el reencuentro de los mismos personajes en otro momento de su vida”.

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Detrás: Deyvis Orosco, Jazmín Pinedo, Franco Pennano, Sebastián Llosa, Marco Zunino, Daniela Sarfati y Érika Villalobos. Delante: Luis Llosa, Estefanía Cox, Doris Fundichely, Bárbara y Fiorella Cayo, y Gabriel Calvo.

Pero, ¿cuál fue el factor principal del éxito sin precedentes de “Torbellino”? “Se compusiero  canciones que le llegaron mucho a la gente. La música ayudó mucho”, dice. “Había verdadero talento, energía, entusiasmo y una buena historia. Los chicos nuevos están pasando por un taller, como hicieron en su momento los Torbellino. Todos esos elementos están también en ‘Torbellino, 20 años después’ y deberían –en principio– ser los ingredientes responsables de su éxito”, explica.

Daniela Sarfati, por su parte, también cree que el boom “Torbellino” ocurrió gracias a la música y a que, de una u otra manera, el público se identificó con aquellos personajes carismáticos que, sobre el escenario, vestían pantalones de látex y tops de colores chillones. “Fuimos el reflejo de mucha gente que estaba luchando por hacer música, por salir adelante. De algún modo, hemos estado vigentes durante todos estos veinte años a través de la música”, reflexiona, y agrega: “‘Torbellino’ ha sido una de las cosas más bonitas que me ha pasado”.

Para todos, sin excepción, la novela de Iguana Producciones es un recuerdo grato. “‘Torbellino’ significa una emoción muy grande y especial en mi vida. Marcó una época llena de intensidad y fue una oportunidad en la que pude mezclar y desarrollar todos mis talentos: cantar, bailar y actuar”, cuenta Fiorella Cayo. “Para mí, ‘Torbellino’ es un vendaval de emociones”, agrega su hermana, haciendo referencia a una de las frases de la famosa canción de apertura del programa y resumiendo, así, la esencia de la novela juvenil más exitosa de los noventa, una esencia que esta nueva producción –con sus apuestas y fórmulas propias– promete mantener intacta.