En entrevista exclusiva desde Bremen, Alemania, Claudio Pizarro cuenta sus nuevos proyectos futbolísticos y empresariales. COSAS presenció la apoteósica despedida de ‘Piza’, quien destacó la importancia de su relación con el Perú y su familia.
Por Isabel Miró Quesada
Ahora empiezo a trabajar como embajador leyenda del Bayern, jugando muchos partidos”, cuenta Claudio Pizarro sobre su nuevo rol como exjugador profesional, siempre ligado a la Bundesliga que ahora lo despide apoteósicamente, por todo lo alto. “En tres semanas tenemos un partido contra el Inter de Bavaria” (N. de la A.: el Bayern ganó 2-0). “Como embajador, debo representar al club en una gran cantidad de eventos, sobre todo con los spots. Trabajo mucho con Audi, con Telekom y con la mayoría de sponsors del Bayern. Tal vez esté haciendo entrevistas, dando charlas, firmando autógrafos, obviamente, y participando un poco más en concreto con los auspiciadores y sobre todo con la gente a la que le dan servicio. Contamos también un poco de nuestras experiencias y todo lo que hemos vivido como jugadores”. Como se ve, Pizarro no para. Porque, aunque el ‘Bombardero de los Andes’ se ha retirado del fútbol profesional, sus planes a futuro son enormes. Es conocida su pasión por la crianza de caballos y la industria de los vinos. También ha incursionado en otros negocios y empresas, como la sucursal de Osaka Miami que abrió con su amigo el actor Christian Meier (uno de los varios peruanos presentes en su despedida). Y ya suenan rumores de una película sobre su vida y una despedida en su querido estadio de Matute, de su exclub Alianza Lima. No sorprende que Pizarro se mantenga activo. Después de todo, su carrera siempre ha tenido cifras de vértigo. Veinticuatro años de futbolista, veinte de ellos en Europa, doscientos cincuenta partidos en la liga alemana, ciento nueve goles que lo convierten en el segundo mayor goleador extranjero de ese país, seis títulos de Bundesliga, cinco Copas de Alemania y Champions League.
Toda esa vida resumida en números es conmemorada en su triunfante despedida de las canchas hoy, sábado 24 de septiembre en Bremen, en el estadio del Werder Bremen, donde Pizarro se despide de ese y de los otros dos clubes de su trayectoria germana: el F. C. Colonia y el Bayern de Múnich. Aquí vestirá las amadas camisetas de sus clubes y se codeará con lo mejor de esos equipos, además de invitados estelares del fútbol europeo, como Per Mertesacker, Johan Micoud, Philipp Lahm, Naldo, Mats Hummels y el gran Arjen Robben.
¿Qué has pensado sobre tu relación con el Perú?
Mi relación con el Perú siempre va a estar ahí. Yo he dicho muchas veces que para mí una de las cosas más importantes, ahora que he terminado mi carrera, es aportar con esta experiencia y esta parte de mi vida como futbolista, como persona exitosa, y tratar de compartirlo para ayudar a los jóvenes tal vez a poder conseguir cosas importantes en sus carreras en general. Creo que la experiencia que he tenido como profesional ha sido muy grande. Parte de eso me ha ayudado a ver la vida y mi profesión desde otro punto de vista, que tal vez los chicos no llegan a ver a una temprana edad. Poder compartir y ayudar a que estos chicos peruanos puedan desarrollarse de la mejor manera y tal vez cumplir sus sueños en el extranjero sería algo muy importante para mí. Por eso siempre he dicho que esta relación con el Perú siempre va a estar. El tema es que no es tan fácil encontrar el momento correcto para poder hacerlo y tomarme el tiempo de estar ahí. Ese es el problema que tengo en estos instantes, pero yo creo que el momento llegará. Por ahora tal vez lo haga a distancia con la gente con la que puedo tener comunicación o que puedo conocer, pero yo sé que más adelante va a haber la oportunidad de estar presente. Tal vez se pueda desempeñar alguna función en la cual pueda aportar mi experiencia y, de alguna manera, el éxito que he tenido.
Dices algo clave: traer a los chicos al extranjero. La mayoría de peruanos creemos que el fútbol en el Perú se maneja muy mal. Hay mafias, mala gestión y cosas de fondo que se tienen que mejorar. ¿Faltan cambios para que se pueda elevar la calidad del fútbol peruano?
Sí, sin duda alguna, hay mucha corrupción lamentablemente, mucha mafia, muchas cosas que no le hacen bien al fútbol como profesión y menos a los chicos jóvenes que están saliendo. Por eso ellos no pueden desarrollarse de la mejor manera, y eso da pena. Esto se puede ver cuando el fútbol peruano participa en competencias internacionales, lo que no ocurre siempre. El nivel es muy bajo y los equipos no pasan ni siquiera la fase de grupos. Yo siempre lo he dicho: en el fútbol peruano hay mucha calidad, pero, lamentablemente, con eso no basta. Hay que trabajar en otros aspectos que son muy importantes para desarrollarte como futbolista.
¿Y tú te atreverías a sugerir un cambio?
No bastaría con un solo cambio. Uno de los problemas más grandes que tenemos es la educación. Se han perdido mucho los valores. Creo que esas cosas son muy importantes para desarrollarte profesionalmente en cualquier sitio.
Claro, la pérdida de la institucionalidad y el respeto por ciertas cosas. Se ve en la política y en otras áreas. Es una pena, porque genera una gran frustración. La última vez que te entrevisté, ya tenías 40 años y decías que te estabas cuidando, que no te querías jubilar porque querías estar en el mundial. Imagino que no estar fue un golpe muy fuerte.
Lo he dicho muchas veces: ha sido uno de los golpes más duros en mi vida, porque justamente ese era un sueño que tenía, que me hubiera gustado cumplir. Cuando uno trata de conseguir sus sueños, obviamente trabaja muy duro. Mira, cuando yo era jugador de la selección, en los años que estaba en eliminatorias, ya había que cambiar muchas cosas. Lamentablemente, no podía entrar a la parte institucional, vamos a decirlo así, porque era capitán, era un ejemplo. Y esa era una de las cosas que tenía que empezar a trabajar con la gente que venía saliendo, con los chicos que recién estaban empezando, porque las generaciones iban cambiando y, obviamente, yo había visto muchas cosas dentro del fútbol peruano que sabía claramente que había que cambiar. Pero lamentablemente, yo siendo jugador, no es tan fácil entrar en distintos aspectos. Me hubiera gustado, obviamente, pero tenía una responsabilidad, primero como jugador y luego como capitán. Tomé la decisión de trabajar en el ejemplo, para que estos chicos que salían me vieran como un ejemplo, que sepan que yo siendo capitán voy a ser el primero en llegar y el último en irme, que voy a trabajar para cumplir mis objetivos y conversar con ellos mucho, hacerlos entender muchas cosas que tal vez no ven porque no están en el extranjero. Mi trabajo fue dejar una base para que estos chicos, en un futuro, puedan ver el fútbol y entenderlo desde otro punto de vista. Y yo, personalmente, cambié mi alimentación para tratar de llegar en las mejores condiciones. Pero al final, después de todos mis esfuerzos y todo lo que hice, ya no dependía de mí. Hice todo para poder estar ahí. Lamentablemente, el entrenador tomó otra decisión, miró para otro lado y, bueno, esas son decisiones que uno tiene que hacer también. Una situación de las más difíciles de mi vida, sino la más difícil.
¿Cuál es el sueño más grande que lograste cumplir?
Ganar la Champions League, que es lo que cualquier jugador quisiera lograr.
¿Y como ser humano? ¿como Claudio Pizarro?
Yo creo que eso también, porque siempre ha sido mi pasión. Ha sido lo que he conseguido con mi trabajo, digamos, lo que siempre me ha apasionado y lo que siempre he tenido en la cabeza. Mi vida siempre ha sido el fútbol en general, y conseguir ese tipo de objetivos es un sueño cumplido. Es lo que te da más satisfacción.
¿Cómo va a hacer el ser humano ahora que el futbolista full time se retira?
Para ser futbolista, no basta con jugar bien, hay que trabajar mucho el físico y la mente. Eso demanda muchos sacrificios. Obviamente, tengo 44 años y aún me siento joven, pero creo que es momento de disfrutar un poco más de tiempo para mí, mi familia y mis amigos. He sacrificado mucho tiempo para lograr mis objetivos.
La recompensa es grande. Toda esta ciudad, Bremen, se viste de gala para recibir con una fiesta no a un equipo, sino a una persona. Un peruano. Y lo he visto en lugares públicos. La gente se te tira encima, sobre todo las chicas. Nadie te deja en paz. ¿Cómo manejas el ego? Eso es adictivo.
Yo creo que todos estamos expuestos a eso siendo personas públicas, pero yo siempre he sido muy tímido, nunca me ha gustado ser el centro de atracción para nada. Es más, me daba vergüenza. Te juro, siempre ese tipo de cosas me dan vergüenza. Ser tan famoso te da algunas ventajas, como poder tener reserva en algún restaurante que quieres o poder conseguir cosas por acciones o por el club. Es una ventaja grande. Lo demás es parte de la fama, del momento que toca vivir como imagen pública, como persona famosa. Pero eso nunca ha sido lo mío. Eso sí, el cariño y el respeto de la gente, por ejemplo en esta despedida, es sin duda muy especial. No lo voy a olvidar nunca.
Y veo que en tu casa, en tu cumpleaños, eres el mismo con tus amigos de colegio. Todo horizontal, todo normal.
Sí, normal, yo siempre he sido una persona auténtica. Tengo amigos del colegio y amigos del barrio. La fama viene y se va, pero no es fácil conseguir buenos amigos.
Cuéntame de tu incursión en los restaurantes.
Para mantener el nivel de vida, es importante hacer buenas inversiones. Y como también quiero divertirme y estar cerca del Perú, pensé aprovechar que la comida peruana es un boom en todo el mundo.
Todos tus negocios implica también un cierto disfrute. Los caballos, los vinos.
Con el tema de los caballos me emocioné tremendamente en el Perú. Tuve un haras en Argentina. Obviamente, la situación ahora en Perú no es la mejor, así que tengo algunos caballos en Europa, pero sobre todo con partners y socios. Son más para poder disfrutar y compartir con amigos.
¿Tú montas caballo?
No. A ver, puedo subirme a un caballo y montarlo, lo he hecho, pero no regularmente. Prefiero disfrutarlos cuando están corriendo, que es lo que me gusta.
Porque yo te veo como jugador de polo o de golf.
Sí, el golf es uno de los temas que me gustan mucho. Juego muy seguido, y cada vez que tengo tiempo trato de divertirme y relajarme por ahí. Es un deporte en el cual necesitas tiempo, y ahora, como te dije, una de las cosas que quería era tener tiempo para mí. Entonces, trato de mejorar en el golf.
Creo que además juegas con algunos compañeros estrellas.
Tengo muchos compañeros de fútbol que les gusta el golf y también juegan; el tema, obviamente, para ellos también es el tiempo.
Y cuéntame de los vinos, eso es una pasión y una inversión.
Siempre la tuve, la verdad. Obviamente, para poder desarrollar la nariz y el paladar, hay que beber mucho, y yo lamentablemente no podía. En algunas cenas me tomaba un vino y otro, y siempre tuve la curiosidad. Luego, ya a través del Instagram y recomendaciones de amigos, conocí más variedades. Y con un amigo que es mi maestro en estos temas visité viñedos y gente que cultiva.
Y siguiendo un poco esa línea, se podría decir que eres la persona más elegante del Perú, y bien los sabes.
Ese título me suena bueno. Si tú lo dices, gracias.
Sí, algo de autoridad tengo para poder decirlo con sello. El tema de la ropa, también. Porque la elegancia es también una manera de comportarse, de tratar a la gente, de conversar, en fin. ¿Te consideras una persona elegante o cuál es tu estilo?
Siempre me interesó mucho la moda, pero la cosa más importante para mí, y yo me acuerdo mucho de mi abuelo, es ser un caballero. A él siempre lo vi como un caballero respetuoso.
¿Por parte de mamá o de papá?
De papá. El otro era más fiestero.
Saliste mixto.
He salido mixto. Creo que es importante tener un poco de todo. Y siempre para mí era mucho lo que me llamaba la atención, y siempre he tratado de ser una persona así. Cuando llego a Europa, obviamente, llego a ver un mundo totalmente distinto de moda. Y tenía la posibilidad de poder comprarme ropa de marca, de disfrutar un poco esta moda europea que no la había visto nunca y que me comenzó a agradar. Es más, comencé a cambiar un poco mi look, si te das cuenta.
En un momento estuviste medio rubio.
Medio rubio, medio corto, entonces era un tema, algo que me llamaba la atención.
Pero siempre clásico.
Sí, no he tratado de ser tan despampanante o extravagante.
Como suelen ser muchos futbolistas. ¿Tienes tatuajes?
No, no tengo ningún tatuaje. Nunca me llamaron la atención.
¿Tienes aretes?
No, tampoco. Mi padre no lo hubiera permitido. No habría posibilidad alguna de que me pusiera aretes con el tiempo.
Hablando de tu papá, al que tuve el gusto de conocer en tres ocasiones, primero el día que llegamos a Bremen, en esa cena fantástica en la que estaba Christian Meier, que no sabía que era amigo tuyo.
A Christian lo conozco desde hace mucho tiempo, porque es hermano de la esposa de un amigo mío, que es hermano de mi representante.
Carlos, tu representante, es como tu consigliere.
Mi consigliere. Es mi hermano mayor.
Y bueno, decía que tu papá era un gran bailarín. Lo vi como una persona divertida, aunque luego le vi el lado más serio, cuando hablábamos de política. Él mismo ha reconocido que fue muy estricto.
Le encanta bailar, creo que eso lo llevamos en la sangre. Pero esa disciplina me ayudó mucho. La educación fue dura. Él siendo una persona de la Marina, con una educación militar que nos inculcó a nosotros muchas cosas importantes. Con el tiempo, uno se da cuenta de que los padres buscan lo mejor para uno. La forma en que lo hacen puede estar bien o mal, pero las intenciones siempre son las mejores para que tu hijo pueda ser mejor, para que pueda evitar vivir situaciones que ellos han vivido. A veces no tenían tiempo por el trabajo. Nadie nace sabiendo cómo ser padre, y muchas veces se equivocan, pero uno siempre trata de ser lo mejor para sus hijos. Siempre estaré agradecido con mi padre. La persona que soy es gracias a lo que ellos me enseñaron.
Imagino que tú también has tenido a veces poco tiempo para tus hijos, con la cantidad de viajes que has tenido que hacer y las horas que le diste al fútbol.
Cuando te decía que hay sacrificios que uno tiene que hacer para poder conseguir cosas importantes en la vida, también me refería a dar una vida buena a tus hijos, una buena educación, y que puedan más adelante desarrollarse de la mejor manera en la sociedad. Uno tiene que hacer estos sacrificios como padre, y tal vez no estar siempre a su lado por temas de trabajo. Son situaciones que tal vez los chicos, cuando son pequeños, no lo entienden, pero cuando uno va creciendo se va dando cuenta y va viendo las cosas desde otro punto de vista. Al final, uno lo aprecia sobremanera.
Para terminar, ¿qué es lo que crees que hoy te haría más feliz?
Estoy tratando de encontrar exactamente qué es lo que quiero hacer. Justamente este trabajo de embajador me da muchas posibilidades para tener tiempo para mí, y para enfocarme o comenzar a ver el fútbol desde otro punto de vista. Ya no solamente desde el campo, sino también desde la parte del marketing, desde la parte de la dirección deportiva. Hay muchos ámbitos en los que puedo observar y darme cuenta de a dónde quiero ir exactamente. Por ahora, también estoy disfrutando de todo el trabajo y el sacrificio que he hecho, que es lo que quería, así que estoy en una etapa de análisis, vamos a decirlo así, para enfocarme y tomar una decisión sobre exactamente hacia dónde quiero ir.
Ya, pero, ¿y pasar más tiempo en familia, ese tipo de cosas?
Sí, por supuesto, ahora lo puedo hacer. Obviamente, mis hijos ya están grandes y solo queda uno en casa. Los otros dos ya están fuera de casa prácticamente, pero cada vez que puedo voy a visitarlos y tratamos de pasar tiempo juntos. Y eso es lo que yo quería. Entonces, ahora voy a disfrutar personalmente con los chicos, que ya están grandes y cada vez van creciendo más. Así que hay que tratar de aprovechar todo.
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