Fernando Otero: espacios de digresión
El artista plástico Fernando Otero aprovecha la remodelación de su casa miraflorina para reflexionar sobre la relación entre psique, creación y arquitectura.
El artista plástico Fernando Otero aprovecha la remodelación de su casa miraflorina para reflexionar sobre la relación entre psique, creación y arquitectura.
Un chateau en las afueras de Nueva York, el gusto particular que lleva el sello de Tommy y Dee Hilfiger y la intervención del interiorista Martyn Lawrence Bullard. El resultado es una casa de campo de inspiración europea. Un mundo de texturas y detalles por descubrir.
Lo que empezó como la remodelación de una casa se convirtió en un proyecto integral, en el que Karím Chaman llenó los interiores de luz y de dorado, para darles una nueva vida.
La arquitecta Beata Woznica replantea los espacios y diseña el interiorismo de un departamento pensando en los gustos específicos de su propietaria, consiguiendo un hogar que responde a la historia, las necesidades y los recuerdos de quien lo habita.
El interior y el exterior se integran sin interrupciones de manera sorprendente en esta casa intervenida por Ana Vega Soyer, quien ha logrado llevar la naturaleza del lugar a la decoración a través de los muebles y objetos.
Intervenciones atrevidas donde el arte determina la atmósfera y, también, las dinámicas más funcionales. Geometrías que marcan un recorrido y escenas que invitan a buscar más allá, en un departamento decorado por Luz María Buse hecho para sentir, pensar y respirar.
Alexandra Obradovich rediseñó una casona de los años cincuenta para su familia. La propuesta refleja su estilo ecléctico y atemporal pero, también, la personalidad de sus hijos.
Un departamento de grandes dimensiones fue intervenido por la interiorista Jessie D’Angelo desde los planos. Su idea era reorganizar la distribución, sacar partido de los notables espacios, y lograr una decoración que abrace y acoja a la familia que la habita.
Es difícil calificar el estilo de Vick Vanlian, el diseñador libanés de origen armenio que está empezando a aparecer en las revistas especializadas como uno de los nombres del momento. Su propio departamento en Beirut nos revela un espíritu ecléctico y fetichista que no le teme a la irreverencia ni al color.
Los diseñadores Amaro Casanova y Edward Venero comparten un departamento lleno de color y de arte, donde cada ambiente se va formando a partir de sus diferencias y gustos muy particulares.