“HAGAMOS QUE NUESTRO PBI VAYA AL MENOS AL 60% DE SU CAPACIDAD EN MAYO, HASTA LLEGAR A SU RECUPERACIÓN OPERATIVA EN EL CUARTO TRIMESTRE Y EN 2021″.

Por RICARDO MÁRQUEZ FLORES, PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD NACIONAL DE INDUSTRIAS

ricardo marquez

Nuestro país se enfrenta a un grave dilema que demanda acciones y decisiones inmediatas y urgentes. Conseguir un balance y un equilibrio entre la cuarentena y la normalidad, entre preservar la salud y la vida de los peruanos y también mantener su fuente de recursos diarios y sus empleos, son decisiones fundamentales que no solo se debaten en el Perú sino en el mundo entero. El trade off  que tiene el país es cómo reiniciamos el proceso productivo sin causar o agravar las medidas de contención del COVID-19. Así como llegamos al límite en la provisión de respiradores y unidades de UTI, la economía también llegó al límite con una caída del PBI en abril del 39% según proyección del MEF, que se agravará aún más con la ampliación de la cuarentena y con el 40% de la población peruana sin recursos para mantenerse en las próximas semanas.

La clave en este equilibrio, poniendo por delante la contención del COVID-19, es el retorno gradual de aquellas actividades productivas que no causen aglomeración, que puedan mantener el distanciamiento social y que aseguren un rápido retorno de los ingresos fiscales y el mantenimiento del empleo.

El sector industrial precisamente tiene las condiciones de justificación económica para reanudar sus actividades y, particularmente, ha demostrado eficiencia en el control del contagio en las industrias que vienen actualmente operando. Las industrias no solo representan el 12,9% del PBI, sino que por ocho años consecutivos han representado el sector que más impuestos aporta a la economía con más de 15 mil millones de soles en recaudación en 2019, siendo el primero en las ventas internas de todos los sectores productivos.

Precisamos, en ese sentido, reanudar las industrias de bienes no esenciales que tienen exportaciones en proceso y todas las industrias que tienen una importante capacidad de interacción con las cadenas productivas de los sectores de construcción, minería y agricultura. Estas empresas, que representan cerca del 70% del PBI del sector industrial que no está operativo, cuentan con protocolos estrictos de control del contagio y de adaptación del proceso productivo a las distancias exigidas para evitar la contaminación. Es necesario informar que los empresarios industriales hemos adquirido pruebas rápidas de detección del coronavirus y las estamos distribuyendo entre las empresas que empezarán a operar, siendo nuestro compromiso realizar pruebas a los trabajadores para preservar su salud y evitar el contagio en nuestras plantas y en la población en general. En ese sentido, contribuimos a trabajar juntamente con el gobierno en la realización de la localización y el seguimiento telemático y así garantizar que nuestros trabajadores eviten ser contagiados o contagiar a terceros en la población.

Debemos precisar, por otro lado, que en los países del Acuerdo del Pacífico, Brasil y Argentina, gran parte de las industrias se encuentran operativas, atendiendo sus pedidos de exportación de manufactura muchas de ellas. Chile es un ejemplo donde se reiniciaron sectores y se aplicó un control telemático regional y distrital, con muros sanitarios de contención, con el objetivo de no dañar las empresas y los trabajos, manteniendo un balance con la producción y el control selectivo y aislamiento de zonas calientes de contagio.

Para llegar a este nivel de control del contagio, precisamos de una adecuada provisión de camas UCI y ventiladores pulmonares. En esta tarea precisamente nos encontramos el sector privado a través de sus gremios empresariales dando nuestro apoyo al gobierno. La industria nacional con su reconocido nivel tecnológico unido por primera vez con nuestras universidades está fabricando, desarrollando y reparando los respiradores nacionales para mejorar nuestra capacidad de ataque contra esta pandemia. La Marina, la Universidad Católica, la UNI, la U. Cayetano Heredia, Senati, la Universidad Nacional de Trujillo, entre otros, somos conscientes de nuestra responsabilidad con el país.

Sin embargo, también debemos pensar en cómo reactivamos a otros sectores ligados a la industria y al quehacer productivo que bajo normas y protocolos pueden también reanudar sus actividades. Nos referimos, por ejemplo, al sector de nuestra gastronomía nacional, el cual debe reconvertirse como sector mientras dure la pandemia y no esperar hasta fin de año o comienzos de 2021. La cadena de suministros de productos agrícolas, la preparación con normas de higiene y buenas prácticas de manufactura y la distribución en deliveries  organizados en empresas online  pueden ser el ejemplo a seguir por otros sectores en proceso de reconversión productiva. Los sectores ligados a la comida rápida representan a más de 800.000 puestos de trabajo. Este y otros ejemplos deben ser realizados para crear oportunidades en medio de esta pandemia mundial.

Vayamos a incrementar nuestra producción de forma paulatina, hagamos que nuestro PBI vaya al menos al 60% de su capacidad en mayo hasta llegar a su recuperación operativa en el cuarto trimestre y en 2021. Incorporemos a la minería, la pesca, la construcción en una primera instancia, todos ellos sectores interrelacionados con la industria. Y que nuestra preocupación principal sea que la reanudación productiva se conjugue con protocolos de seguridad para la salud y la seguridad de nuestros trabajadores.