CHIQA es un emprendimiento con enfoque social establecido en Ollantaytambo y especializado en la fabricación de piezas de cabello de alta calidad, brindando empleo a mujeres andinas, y alentándolas a alcanzar su independencia financiera. 

Por Gabriela Peña      Fotos: Leslie Osterling

Cuando Kiara Kusilic, CEO de CHIQA, fue diagnosticada con alopecia androgenética su vida cambió por completo. Por dos años consecutivos perdió pelo en grandes cantidades y, a pesar de que trataba de recuperarlo probando distintos tratamientos, ver como ninguno funcionaba le causó una fuerte depresión que desencadenó en ella una baja autoestima. Nada la hacía presagiar que eso que le causaba tanto dolor se convertiría años después en la principal razón para fundar CHIQA, un emprendimiento de piezas de cabello sostenible.

Durante el confinamiento por la COVID-19, Kiara descubrió los hair toppers –piezas de cabello adheridas al cuero cabelludo para disimular la caída, agregar volumen y crear un cabello de aspecto saludable–. “Me cambiaron la vida; me permitieron sentirme yo de nuevo”, sostiene Kusilic, quien luego de su experiencia con ellos decidió capacitarse con Gretchen Evans, una fabricante de pelucas entrenada en Nueva York que trabaja en proyectos de Marvel y series de alta popularidad en Netflix. Dicha capacitación le permitió sembrar la semilla de lo que sería CHIQA. 

Sostenibilidad y responsabilidad social: los dos pilares de CHIQA

CHIQA es una empresa encargada de fabricar piezas de cabello, como extensiones, toppers y pelucas. Están establecidos en Ollantaytambo, Cuzco y buscan empoderar a la mujer andina dotándoles de trabajo para que logren su independencia económica.

En CHIQA fabrican sus piezas de cabello desde cero, para que puedan ser personalizables de acuerdo a los requerimientos de quien las solicite. Arriba: Juanabel Pillco, artesana de CHIQA.

Kiara afirma que todo inició con una mezcla de conocimientos y experiencias que la llevaron a construir este modelo de negocio. “Primero, el hecho de que las piezas de pelo me devolvieron mi autoestima tras sufrir de alopecia. Segundo, quería conocer más a fondo la industria del pelo, cómo se obtiene y la forma en que se fabrican estas piezas.  Muchas personas que compran cabello no saben de dónde proviene. La realidad es que detrás de cada pieza de pelo hay una mujer tomando la difícil decisión de vender o no su cabello para mejorar su calidad de vida, mientras que otras son forzadas y hasta secuestradas para realizar trabajo manual e intensivo por una miseria de dinero. ¿Cómo algo que hace tan feliz a alguien puede hacer tan miserable al otro?; eso me hizo pensar en las mujeres del Perú y en cómo podía ayudarlas”.

Hace un par de años, la fundadora de CHIQA tuvo acceso a datos sobre el abuso de la mujer en nuestro país, lo que la llevó a comprometerse a crear una realidad diferente para las mujeres andinas. “Ellas tienen un cabello hermoso, fuerte, largo y virgen, pero también poseen una capacidad de tejido artístico, pulcro, heredado de generaciones anteriores que las convierten en perfectas candidatas para crear piezas de pelo de alta calidad, piezas que otras tantas mujeres necesitamos”. 

Lamentablemente, la mujer andina enfrenta una intersección de factores de opresión graves, entre ellos el racismo, discriminación, sexismo, pobreza y machismo. En ese contexto, lo que CHIQA busca es dar trabajo y apoyo a mujeres que quieren salir adelante. “Les brindo un espacio y horario flexible que les permita ser madres y amas de casa. No solo busco apoyar económicamente, sino con educación y empoderamiento”, resalta Kiara. Las colaboradoras de CHIQA reciben clases de inglés y de cómo emprender un negocio para que, en un futuro, si ellas así lo deciden, puedan crear su propio taller de piezas de pelo o abrir una peluquería. “La mujer andina merece saber que vale, que sus habilidades son valoradas y que pueden llegar a tener las mismas oportunidades económicas que alguien con educación superior en un trabajo formal”, menciona. 

Mirada al futuro

En la actualidad, CHIQA fabrica piezas de cabello a pedido y se prepara para incursionar en el mercado internacional. “El principal mercado al que apuntamos es EE.UU., aunque estamos abiertas a vender a todo el mundo y a quién lo necesite”, sostiene Kiara.

El equipo de CHIQA. De izquierda a derecha: Juanabel Pillco, Maritza Baca, Francisca Salas, Flor de María Coronel, Isabel Mendoza, Claudia Ccahua y Kiara Kulisic.

Kusilic anuncia que está enfocada en abrir un espacio para donaciones de pelo, el mismo que podrá ser usado para la fabricación de piezas gratuitas a favor de los niños con cáncer. También, quiere abrir más talleres alrededor del país y seguir fomentando el cambio de la calidad de vida de las mujeres peruanas. “Quiero replicar esta felicidad a más mujeres peruanas, quienes nos bendicen con su pelo hermoso y destreza artística, ayudándolas a cumplir sus sueños”, finaliza. 

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