Así como hay leyes físicas, también hay leyes que nos afectan mental, emocional y espiritualmente, dice Ananda Friese. Las siete leyes universales son la clave del funcionamiento del universo. La especialista en espiritualidad contemporánea nos enseña cómo usarlas para ser más felices y vivir mejor.  

Por Ananda Friese de @the_soulab

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“Todo está determinado, tanto el principio como el fin, por fuerzas sobre las cuales no tenemos ningún control. Está determinado para los insectos así como para las estrellas. Seres humanos, vegetales, o polvo cósmico, todos bailamos al son de una tonada misteriosa entonada en la distancia por un intérprete invisible”, dice una cita atribuida a Albert Einstein.

Las manzanas caen del árbol, los pájaros vuelan y la Tierra gira alrededor del sol. Estas son leyes físicas que hemos descubierto a lo largo de la historia y que hemos aprendido a usar a nuestro favor.

Y así como hay leyes físicas, también hay leyes que nos afectan mental, emocional y espiritualmente, reflejándose en nuestras vidas.

Las Siete Leyes o Principios Universales –también llamadas herméticas o sutiles– son las leyes según las cuales funciona el universo y, dado que somos parte del universo, también funcionan para nosotros. ¡Nos guste o no! Son como una guía espiritual interna que nos ayuda a mantener nuestro centro y a ser consciente de que siempre y en todo momento hay un poder divino que llevamos dentro.

Estas enseñanzas son el origen de algunos de los sistemas de pensamiento más antiguos e influyentes. Tienen más de 5000 años de antigüedad, desde Egipto hasta Grecia, y la tradición védica de India.

 

¿En qué se basan las leyes universales?

En principios simples:

Todo lo que existe es energía. De acuerdo a las diferentes densidades, percibimos esta energía de manera diferente.

– Estas leyes siempre existen y funcionan en todo momento. No importa si actuamos en armonía con ellas o no. Sin embargo, sentimos cuando algo está fuera de balance.

– Las leyes corren en paralelo. Si ignoramos una ley, ignoramos todas las demás.

No podemos cambiar estas leyes universales ni anularlas. Entonces, la única pregunta es si somos conscientes de que existen y en qué medida estamos moldeando nuestras vidas de acuerdo a ellas.

Si las ignoramos, nos quitamos poder, al pensar que las respuesta a todo lo que no entendemos en este mundo está fuera de nosotros, pensando que somos impotentes. Pero cuando creamos conscientemente en armonía con esta fuerza universal, creamos  magia en nuestras vidas. Cuanto más comencemos a actuar de acuerdo con estas leyes universales, más fácil podremos reconocer las conexiones, manifestar las cosas que realmente deseamos y usar nuestro poder creativo.

 

Las siete leyes universales

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1. La Ley del Mentalismo

La primera ley universal establece que todo es conciencia. Todo lo que ves a tu alrededor era inicialmente un pensamiento hasta que se convirtió en un resultado visible como energía condensada. Todo tiene su origen en el mundo invisible y mental. Esta ley también se conoce como la Ley de la Unidad Divina. Todo está conectado. Este principio es el que nos permite aplicar nuestra facultad mental para aprovechar todas las demás leyes, casi percibiendo el pensamiento como el sistema operativo que nos permite interactuar con las otras capas del ser.

Cómo usarla a tu favor: Percibimos las cosas de acuerdo a nuestros pensamientos. El mundo es como que es, pero nosotros lo vemos de la manera en que pensamos, dependiendo de nuestros miedos y creencias. Las acciones hacen que nuestros pensamientos tengan una existencia física. Nuestros pensamientos y nuestras acciones deben estar en total armonía. Para crear cualquier cosa en tu vida, primero debes dirigir tus pensamientos. De esta manera creas tu realidad.

2. La Ley de Correspondencia

Como es arriba es abajo. Como es adentro, así afuera. Lo que existe en lo invisible, existe en lo visible. Lo que sientes y crees internamente, se manifiesta externamente. La ley de correspondencia a menudo se conoce como la ley de la atracción. Este principio propone que si quieres cambiar lo que está fuera de ti, debes enfocarte en tu interior. Recuerda: todos estamos conectados. Si nos centramos en nuestro bien mayor, traerá bien al universo y a quienes lo conforman.

Cómo usarla a tu favor: Si realmente queremos ver un cambio en nuestro mundo exterior, primero debemos cambiar nuestro mundo interior. Por ejemplo, si quieres tener más alegría y amor en tu vida, sé más alegre y expande el amor.

3. La Ley de la Vibración

Todo en este universo es energía y está en constante movimiento. Son simplemente frecuencias vibrando a diferentes velocidades. Hay dos polos de vibración: el espíritu está en un extremo, la materia está en el otro extremo. Entre esos dos polos, hay millones de diferentes niveles vibratorios. Si sientes miedo, enojo o vergüenza, estás en una vibración más baja. Tan pronto como sientas amor, alegría y gratitud, podrás percibir una vibración más elevada. Puedes notar la diferencia por la ligereza o la pesadez que sientes dependiendo de tu estado emocional.

Cómo usarla a tu favor: Debemos alinear nuestra vibración a las que deseamos atraer. Cuanto más fuertes vibremos en esa frecuencia, más rápido será el efecto magnético. Tomemos una actitud interna de que lo que deseamos está disponible para nosotros, solo debemos alinearnos y elevarnos a esa frecuencia.

4. La Ley de Polaridad

Todo es dual, todo tiene polos, todo tiene su par de opuestos. Lo igual y lo diferente son, en realidad, lo mismo. Este principio es importante ya que sugiere que podemos cambiar la polaridad de un grado de emoción, reconociendo que es lo mismo y eligiendo el grado que mejor se adapte a nuestras necesidades.

Cómo usarla a tu favor: Ten en cuenta que siempre puedes caminar entre un polo y el otro, solo necesitas ajustar tu vibración. Busca lo bueno en lo que aparentemente es una mala situación. Entiende que el fracaso es solo una lección. Permítete sentirte triste o enojado, incluso derrotado, pero no permitas que esos sentimientos permanezcan mucho tiempo en tu vida, decide moverte.

5. La Ley del Ritmo

Inhalar, exhalar. Sol, luna. Nacer, vivir, morir y nacer otra vez. Todo en este universo tiene un ritmo. Todo en nuestras vidas se mueve en un ciclo natural: sabemos que después de sentirnos mal, nos sentiremos mejor; necesitamos descansar luego de trabajar duro. Dormir luego de haber estado despiertos. Esta ley nos muestra bellamente que todo está en constante movimiento y cambio y que no tiene sentido retener algo.

Cómo usarla a tu favor: Es esencial que te muevas al ritmo de la vida. Es importante que no nos comparemos ni adaptemos al ritmo de los demás, sino que comprendamos que nuestra vida tiene su propio ritmo.

6. La Ley de Causa y Efecto

La sexta ley universal establece que cada causa tiene un efecto, no hay efecto sin causa y ningún efecto permanece sin una causa. Si reconoces un efecto en tu vida con el que no estás satisfecho, puedes rastrear la causa. Así sabrás lo que debes cambiar para lograr el efecto deseado. También puedes pensar en esta ley como semilla y cosecha. A través de esta ley, puedes ver claramente que eres el creador de tu vida. Asumir la responsabilidad de ello y ver exactamente lo que deseamos cosechar.

Cómo usarla a tu favor: Reconócete a ti mismo como el creador de tu vida y piensa qué causa se necesita para tener el efecto que tanto deseas.

7. La Ley de Género

La ley de género deja en claro que todo en este universo contiene energía masculina y femenina. Este principio no se refiere a la sexualidad o al género físico, sino a las características arquetípicas de los géneros. Lo masculino es la energía penetrativa, asertiva, progresiva, conquistadora y exploratoria que impulsa el progreso. Lo femenino es la energía receptiva, sagrada, atesorada y protectora, que mantiene la tradición y honra la prioridad de lo más importante, al tiempo que nutre lo que es más esencial para la vida.

Cómo usarla a tu favor: Integremos la energía masculina y femenina en nosotros, de manera equilibrada, ya que esta es la única forma en que podemos obtener todo nuestro poder creativo y crear la vida que deseamos vivir.

Recuerda que tu universo externo es siempre un reflejo de tu universo interno.